jueves, 23 de septiembre de 2004

Siniestroides

Pese a que podría comentar mi visita de ayer al Forum (que si no iba ayer me lo cerraban y me quedaba sin ver los guerreros de Xian y esa maravillosa exposición que ha acabado siendo "Habitar el Mundo", la gran sorpresa agradable del recinto) o la parida luminosa de Aznar ayer en sus clases en Yooooooooooorstaun (por no hablar de su acento), y como luego la gente se me queja de que hablo demasiado de política, me voy a decantar, con su permiso, por una reflexión sociológica de todo a cien sobre un tema que he podido constatar en mi reciente estancia en Valencia. Que vuelven a haber siniestros por las calles. O, mejor dicho, siniestras. Que por cada uno de aquellos se ven veinte de estas.

Yo recuerdo, cuando era un chinorri, que, en las contadas ocasiones que bajaba con mis padres a Barcebollas, veía gente que iba muy rara, con los pelos de colores y de punta y vestidos que daban miedo. No hablo de siniestros ahora, hablo de los últimos rescoldos punkies, digamos ortodoxos (de cresta e imperdible, vamos) que quedaban por aquí, antes de que el caballo o la edad se los llevase por delante. Saco esto a colación porque, si bien punkis siempre ha habido, y que dure, las crestas y las pintas más... estridentes, por así decirlo, habían desaparecido bastante del mapa. Hace un par de años, se volvieron a ver crestas por las calles. Hablo de crestas de verdad, no de las que han estado de moda desde hace un par de temporadas, que son así como de klingon gai. O metrosexual. Tiene sentido. Entraba otra generación (la mia, por cierto), y había también otra generación de músicos punk, tanto dentro de su ambiente más natural (el underground más rabioso) como incluso dentro del mainstream oficial. Vamos, que salían cosas como punkies en los cuarenta y la Mtv.

Pero, y vuelvo al principio, se vuelven a ver brujitas en las calles. Y eso me ha parecido curioso. Porque desde mediados de los noventa que no se veían más que en contadísimas ocasiones y en lugares muy concretos. Ya he dicho alguna vez que tengo un venazo siniestro importante, y aunque lo cierto es que nunca he sido de encerrarme en hangares industriales a hacer ver que bailo los grandes éxitos de Bauhaus y the Cure (soy más del palo romántico que del pintas, ya saben, capillas góticas, cementerios y bosques oscuros y brumosos), y que estoy MUY desconectado del tema, garitos siniestros grandes en Barna no quedan. El Akelarre hace años que cerró y Kasino creo que también, y por lo que he visto en los carteles, las sesiones de los viernes de Mephisto -que se había convertido en el refugio de los sobrinos bastardos de Bela Lugosi de los que hablo- han vuelto a su origen, que es de heavy a palo seco. O eso me dicen, al menos. Y tampoco se ven (tantos) carteles anunciando fiestas siniestras en las tiendas de discos de la Ribera y el Gótico. Con las tiendas de complementos tres cuartos de lo mismo. Rosanegra se reconvirtió al merchandising de fan adolescente típica y si no ha desaparecido, lo parece. La última vez que pasé por enfrente de Arise, reducto heavy hardcore (aunque también se encontraba mucho material siniestrillo), lo que tenían en el escaparate eran uniformes de jipjopero. Otra tienda que había en Bonsuccés, que no me acuerdo como se llamaba, tampoco existe. El 7 Pulgadas, probablemente la mejor tienda de discos si buscabas algo se saliese un poco de lo común, y que tenía precios más que razonables y atendían pedidos, chapado. Todo el mercha siniestro que tenían en los Ryman, desaparecido... Y sin embargo, cada vez hay más.

Tampoco me vale la excusa de "moda adolescente" (porque no hablamos de siniestros de la vieja hornada que hayan vuelto a salir de sus ataudes, hablo de pimpollos reventones), que, aunque son demasiados y demasiado evidentes para ser sólo producto de un movimiento underground, no hay en las listas de las radiofórmulas (el término telefórmulas para referirse a 40tv, Mtv, FlaixTv, TeleTaxi o similares es válido? Algún filólogo en la sala?) ningún grupo siniestro/siniestroide saliendo cada diez minutos. Vale, están HIM y, si me apuran, Rasmus, que van de negro. Definir a Evanescence o los clónicos estos que les han salido y que no me acuerdo como se llaman, los de la chica con voz dulce como de cantar baladas ñoñas que lleva un abrigo rojo en el video ese todo con paisajes nevados, ya saben a quienes me refiero, definirles, digo, como siniestros, se me hace MUY cuesta arriba. Claro, que yo he oido definir a los Ramones como heavys, así que todo puede ser, y lo cierto es que tanto Evanescence como los otros, estéticamente, pueden situarse en la frontera del siniestrismo con vergüenza ajena. Pero que con sólo eso no se hace una moda callejera.

Y es que, además, son ojcuras muy ortodoxas, muy de vestido negro ajustado, gasa negra vaporosa, plataformones (el tacón de aguja no lo recuperarán, no... sigh!) negros, maquillaje negro, piel blanca blanca blanca y muchos abalorios tamaño king size con símbolos paramísticos y metachungos. Uniforme de trabajo este que es cualquier cosa menos práctico en un verano caluroso como este, por otra parte. Y ellos nada, erre que erre... Por lo menos, lo de los crepados imposibles parece que sí que ha pasado a la historia (Sí, Robert Smith lo sige llevando, pero lo de este hombre hace años que dejó de ser pelo, es un estropajo con sobredosis de anfetaminas. Además, con el pelo liso no sería él).

Yo entiendo que lo de las modas es una cosa más o menos cíclica y tal, y que tocaba este revival, pero así, a palo seco, sin catalizador ninguno ni nada... como que extraña, no?

1 comentario:

Ghanima Atreides dijo...

Possss, por Zaragotham hay bastantes sitios por los que aún se pueden ver siniestrillas y siniestrillos de toa la vida, y tiendas en las que vendan ropa de esa... hace un par de años, todos los escaparates de las tiendas de ropa para pijitas de alrededor de el corte ingles se llenaron de ropa siniestroide y ochentera, que yo la flipaba al pasar por ahí y me moría de envidia... será que por ahí se han escondido un poco más esostodo

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