Canonizaciones

Se habrán enterado ustedes, que son gente informada, de que recientemente, en el Senado (esa cámara que nadie sabe a ciencia cierta para qué sirve, aparte de para poder meter a Fraga cuando los gallegos le dieron la patada), el PP (es decir, el partido que con férrea y viril mano dirige mi admirado Mariano Rajoy Brey, también conocido como El Gran Líder), dio la campanada y cogió a todo el mundo a contrapié al votar (conscientemente) en contra de la implantación del canon digital. Ya saben, ese impuesto revolucionario que le tenemos que pagar a Teddy Bautista y sus alegres mariachis cuando (por ejemplo) Nanyu se compra una tarjeta de memoria para sacarle fotos a su bebeto con la cámara digital, Urui se compra una tartera de cedeses para grabar los datos de su trabajo o Jamfris y Angua se compran un ordenador nuevo para su colección.

Y es que, como bien dice el Gran Lider, mi admirado Rajoy, ese canon es inaceptable, arcaico y sin sentido. Y eso es así, y ya. Y que el hecho de que previamente el PP se hubiese mostrado más que favorable al mismo no engañe a nadie, porque, como es obvio para cualquier español patriota, normal y de bien (es decir, no-socialista), Rajoy (y por tanto, el conjunto del PP, que para eso él y no otro es el Gran Lider, señalado como tal por el dedo del Lider Cósmico) siempre ha estado en contra del canon. Del digital. Si hablásemos del canon religioso (de la Única y Verdadera, claro), ya sería otra cosa. Y, en el caso que entren en colisión la realidad, las hemerotecas y Rajoy, son la realidad y las hemerotecas las que están equivocadas. Faltaría más.

Y Rajoy (nunca me cansaré de repetir ese nombre... Rajoy, Rajoy, Rajoy... si es que suena bien, coño!) no dice que sea arcaico porque sí, no. Lo dice porque es una persona culta y leída, que tal vez no sepa el tiempo que va a hacer mañana en Sevilla, pero que se ha leído de cabo a rabo todos los clásicos de la literatura españññññññññññola (o, al menos, todos los que se escribieron en la recia y viril lengua cervantina, que, al fin y al cabo, es la única que importa e interesa), y por eso lo sabe. Sabe que es malo, y sabe que es una cosa antigua.

Imagínense si será antigua, que ya hasta el Arcipreste de Hita (inciso: esto demuestra también que es una cosa mala, porque el arcipreste, como su nombre indica, era un religioso de la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica, Romana y Pederasta -perdón, la costumbre, pecadillos de juventud...-, y algo ante lo que se posiciona la SMICAR, verbigracia la investigación con células madre, el matrimonio entre personas del mismo sexo o la Educación para la Ciudadanía, tiene que ser más malo que un dolor de muelas pero de cojones) se manifestó en contra en su magna obra, cumbre de las letras universales (que no se qué quiere decir, pero queda que te cagas) El Libro del Buen Amor, allá en el siglo XIV después de (nuestro señor) Jesucristo. Y decía tal que ansina...

Cualquier hombre que lo oiga, si bien trovar supiese
puede aquí añadir más, y enmendar si quisiese,
ande de mano en mano a cualquiera que lo pidiese,
como pelota [lanzada] a las chicas tómelo quien pudiese.
Pues es de buen amor, prestadlo de buen grado,
haced honor a su nombre y no dudéis en pasarlo a otros,
no lo deis por dinero, vendido ni alquilado,
porque no tiene gusto ni gracia, ni [hay] buen amor comprado.

(fuente)

Lo ven? Lo ven? Si es que critican por criticar, hombre...

(gracias por la referencia, Xavi)

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