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martes, 23 de junio de 2009

Discos dedicados (XXXIX)


Els indius tenen coca allà al Perú.
Els ianquis, coca-cola refrescant!
Els catalans, la coca de llardons
i l’estupenda coca de Sant Joan.

No us penseu pas que aixó ès una bicoca,
voler anar de verbena i ser una coca.
El personal se’m vol endur a la boca,
del més espavilat al més tanoca.
Deu ser la confitura que els provoca.
Només sortir al carrer tothom s’hi aboca!
M’han dit que aquest destí és el que em pertoca...
I a mi, de grácia no m’en fa ni gota

Sóc una coca,
i sé el que em toca,
no sóc cap soca:
Sóc una coca,

una coca amb molts pinyons.

S’haurá de fer passar per una oca.
Si no, s’em menjaran aquestes loques!
O disfressar-se de foca.
Sois pensar-ho em fa patxoca!
Oh, la coca
de Sant Joan
és, de totes
les coques, la més elegant.

Ens és igual si n´hi ha molta o poca
perqué ens agrades més que la tapioca.
Ja et pots ben amargar sota una roca
i si ara t’atrapem et mengem tota.

Sóc una coca,
i sé el que em toca,
no sóc cap soca:
Sóc una coca,

una coca amb molts pinyons.
(ooooh!)

M’hauré de fer passar per una oca.
Si, no se’t menjaran aquestes loques!
O disfrassar-me de foca...
Sols pensar-ho ens fa patxoca!
Oh, la coca
de Sant Joan
és, de totes
les coques, la més elegant.

Sóc de totes, la més elegant.

Es la coca
de Sant
Joan.

Jaume Sisa, La coca


martes, 16 de diciembre de 2008

Más sushi (acompañado de habas y un buen chianti)

Pues como la disyuntiva estaba entre hablar del (fallido) zapatazo a (el hijo de una perra sarnosa y cien mil padres distintos, desconocidos y sifilíticos de) Bush o seguir explicándoles estupideces sobre comida japonesa, y sobre el tema lo más lúcido que podría llegar a decir sería exclamar un "Viva Zapata!", y no es plan, pues sigamos con el sushi, si les parece.

Les decía ayer que eso del nyotaimori (o el nantaimori, que tanto monta) era una cosa más por estética y juego de poder que por sano refocile erótico, y que estaba muy mal visto el follarse la vajilla durante los postres. Y que los japoneses tienen fama de ser muy suyos a la hora de hacer cumplir los protocolos.

El protocolo no se queda ahí. Tampoco se deben hacer comentario sobre el plato (y cuando digo el plato me refiero al recipiente, si el sushi es malo te puedes quejar al cocinero), ni pincharle o hacerle cosquillas con los palillos, ni coger la comida con las manos (ni mucho menos directamente con la boca) ni, por supuesto, comerse a la/al modelo.

Normalmente.




Como es obvio al ver las fotos (encontradas en Weird Asian News siguiendo un comentario en los enlaces a la entrada de NPCQLHI de donde salió todo) el cuerpo no es real, sino un pastel hecho a imagen y semejanza de un cuerpo humano. Pero si quieren sentirse Hannibal Lecter por un día, la idea tiene su coñita (y ahora supero a Mag, Nan, que ella sólo da ideas de regalos y yo doy ideas para la cena de Navidad y todo. Juguete completo, juguete Comansi).

Sobre las fotos sólo hay un comentario que hacer: No tienen reparo en mostrar las fotos del destripamiento, pero el vello púbico (falso y, es de suponer, comestible) lo pixelan (las leyes sobre pornografía en japón son muy estrictas en lo que respecta al vello púbico, hasta el punto que cuando Private empezó a distribuirse en esas islas, tenían que censurarlas una por una para que no se viera, hasta que se cansaron y acabaron haciendo una edición especial para japos con modelos depiladas integralmente). Eso señala una sociedad freudianamente enfermiza con respecto al sexo. Desgraciadamente, vamos por el mismo camino. Igual soy yo el raro, pero siempre será mejor ver un coño (o una polla) que un manojo de tripas frescas. Y lo dice un gore-fan confeso.

Sobre el concepto... Bueno, vivo en un país de tradición fuertemente católica, religión que tiene entre sus señas de identidad la comunión, que no deja de ser canibalismo ritual (según el milagro de la transubstantación, en el momento en que lo comes se convierte en el cuerpo y la sangre de Cristo, por más que al llegar al estómago siga siendo cianuro), así que poca cosa chocante puedo ver aquí. Esto al menos parece una fiesta divertida. Además, que aquí de toda la vida se han comido huesos de muerto en la Noche de Ánimas sin que nadie se llevase las manos a la cabeza...

lunes, 15 de diciembre de 2008

Sushi

El sushi es un plato de origen japonés a base de arroz cocido, algas, pescado o marisco, verduras y en ocasiones huevos o incluso carne, que de un tiempo a esta parte se ha vuelto muy popular en occidente. No voy a ponerme a explicarles clasificaciones o cómo se hace, porque seguro que de eso saben ustedes más que yo, y si no es así siempre estará la wikipedia.

Normalmente el sushi se sirve en platos de madera y se come con palillos o con las manos. Normalmente. Luego está el nyotaimori.


que consiste, como pueden ver en la foto, en servir el sushi sobre el cuerpo desnudo de una señorita. Por qué una señorita y no un caballero, me estarán preguntando? Bueno, probablemente porque la japonesa es una cultura fuertemente machista, y probablemente también porque la posibilidad de que el roce con los palillos, la salsa de soja resbalando por ahí, el típico nigiri que cuando intentas cogerlo se rompe y acaba el arroz esparcido por todas partes... provoquen que determinadas partes de la anatomía del "plato" cambien espontáneamente su posición relativa respecto al resto (vamos, que se le ponga tiesa) podrían romper totalmente la estética del plato. Y los japoneses ya saben que para esto de la estética son muy suyos.

Pero vamos, que existir, el nantaimori existe.


Esta práctica, como pueden suponer, es rara y, sobretodo, cara. No se trata sólo de encontrar a alguien que se preste a ello y que su visión no te quite repentinamente el hambre, sino que ese alguien tiene que seguir previamente un entrenamiento específico para ser capaz de estarse mucho tiempo sin mover un músculo ni sudar, se ha de depilar completamente, tiene que seguir unos protocolos de limpieza específicos... Pero vamos, que si les hace ilusión, sitios que ofrecen el servicio los hay. Estos dos los he encontrado sólo googleando un poco y no están en España, pero seguro que si profundizan un poco más los encuentran en su mismo barrio sin problemas. Y si no, siempre pueden montarlo ustedes y hacer con ello la primera peseta. En cualquier caso, no dejen que les estafen ni estafen ustedes a nadie: El plato debe estar desnudo. Bañadores, tangar y demás pijadas están fuera de lugar. En algunos sitios la legislación exige que se ponga una lámina de plástico (que, por lo que he visto en algunas fotos, es más un hule que una fina lámina de film de cocina) sobre el cuerpo, pero eso no hace más que desnaturalizar el invento. Las cosas, o se hacen bien o no se hacen.

Pero si con esto de la crisis están pobres, o simplemente no quieren gastarse el dinero en una chorrada así, que queda muy de supervillano de fumetti, pero por no ser no es ni eroticofestiva (verdad que ustedes no se follarían a la vajilla de porcelana de la abuela? Pues en esto también está mal visto lo de follarse a la vajilla al acabar de cenar. Y ya saben ustedes como son también los japoneses con la cosa del protocolo), pero aún así les hace gracia el tema, siempre pueden recurrir al Bodylicius, una tontería como una casa que vi hace un tiempo en No Puedo Creer Que lo Hayan Inventado y que incluso puede tener su chiste a la hora de hacer un regalo al/la típic* fanátic* de las japonesadas.


Como pueden ver, son tres platos de porcelana para servir el sushi, con las oquedades corporales estratégicamente situadas para poder verter en ellas la salsa de soja y el wasabi sin riesgo de que el plato te arree una coz de puritito dolor (porque a cualquiera que le eches wasabi en la entrepierna, por más entrenado que esté para quedarse inmóvil, la coz de la arrea por simple movimiento reflejo. Que me duele sólo de pensarlo). Y, como pueden ver, se encuentra en sus versiones nyotaimori y nantaimori, para que elijan lo que más se aproxime a sus gustos.

Y otro día sigo, que la cosa da para mucho más...

martes, 26 de agosto de 2008

Trópico de Cáncer (y II)

(viene de aquí)

Aceptemos pues la prohibición en uso del Principio de Prevención, aunque ya digo que, a priori, yo no veo el problema. La cuestión entonces es: A qué viene montar el pollo AHORA? Pues básicamente, hablando mal y pronto, a que vivimos en un país de histéricas e indocumentados.

Porque el hecho objetivo es que quienes están poniendo el grito en el cielo son los que ahora tienen bebetos (y no lo digo en concreto por Nan, que no se si es de los que ponen el grito en el cielo por este tema o no), que son los que están en sus treintaybastantes. Es decir, los que en su día jugaron en esos parques construidos con madera tratada con creosota, que en su más amplísima mayoría no han desarrollado ni desarrollarán cánceres de ningún tipo. Que aunque a los más jóvenes y jóvenas del lugar les cueste asimilarlo, hubo un tiempo en que al parque se iba a jugar hasta edades más avanzadas de los cinco años, y se enlazaba sin casi solución de continuidad el ir al parque a jugar con el ir al parque a fumarse el primer cigarro y pillar la primera curda con el ir al parque a... a hacer otras cosas. Muchas de ellas por primera vez, también. A ver si no por qué se creen que se pusieron de moda los parques-plaza dura en detrimento de los parques con su seto y su jardincillo. Que además de histéricas e indocumentados, en este país siempre ha habido también mucho meapilas.

Es decir, que me despisto, que los que estuvieron (estuvimos) en riesgo potencial son (somos) los que estamos en las décadas de los veinte y los treinta, NO los actuales niños. Quedan en uso las instalaciones que se hicieron en su momento y que no se han reformado, sí (instalaciones que por cierto, la ultraprotectora ley NO obliga a reformar, por algo será), pero hace más de un lustro que no se pueden hacer parques nuevos usando madera tratada con creosota. Y si nos ponemos estupendos, hace cosa de una década que esa estética ha quedado (desgraciadamente) demodé, en favor de (horripilantes y absurdos) juegos infantiles diseñados por psicopedabobos. Y ya saben que pienso yo de los psicopedabobos. Y no hay ayuntamiento en España que deje pasar más de dos legislaturas sin hacer un reordenamiento urbano, una reurbanización o unas obras de mejora que arrasen con todo lo que había antes, especialmente si ha habido un cambio de color en el consistorio.

Pero es que además, los indicios que hay acerca de la toxicidad de la creosota son a MUY ALTAS concentraciones. Si les das de comer creosota a cucharadas a ratas de laboratorio, algunas desarrollan un cáncer. Y se ha relacionado estadísticamente la creosota con los casos de cáncer desarrollados por deshollinadores (es decir, gente que estaba en contacto continuo durante año con cantidades nada despreciables de hollín y alquitrán) en Londres. Y vale que hay niños muy bestias, pero no creo que ninguno se dedique a comerse los bancos de madera del parque! (si el suyo hace eso, caballero, hágase las pruebas de paternidad, porque pa' mi que en el hospital se equivocaron y le dieron un bebé termita).

Quiero creer que el origen de esta noticia viene de algún reportaje televisivo muy probablemente mal hecho (cada vez que un periodista de este país toca algún tema relacionado ni que sea de forma tangencial con la ciencia es como para sufrir un ataque de ansiedad). Como con los aceites de fritura cancerígenos (que no, leches, que para generar carcinógenos en cantidad apreciable en un aceite, tanto si es de oliva como si es de semillas, tienes que calentar el aceite hasta que polimerice y se vuelva gelatina!) o las dioxinas (que demos gracias que ningún periolisto se dio cuenta de que cuando se calienta cualquier tipo de proteína, sea carne o pescado, se generan dioxinas. En cantidad despreciable, pero se generan), o tantos otros temas.

Y miedo me da pensar el día en que alguno de estos cerebros pensantes se le ocurra abrir un libro de química y vea que los almidones de la patata, en combinación con su proteínas, a la temperatura de fritura generan acrilamida, que es (esta sí, demostradamente) cancerígena. O peor, que el libro sea de biología y vean que tanto la patata como el tomate son solanáceas, primas hermanas de la digital, el beleño, la mándrágora y (oh, horror!) el tabaco, y como tal es rica en alcaloides altamente tóxicos, cuando no directamente venenosos (niños! no coman nunca patatas que se hayan puesto verdes!).

Que morirías del atracón de patatas fritas antes de que alcanzases niveles de acrilamida o alcaloides mínimamente tóxicos? Sí, por supuesto. Pero en este país de histéricas e indocumentados (y meapilas), decir eso es público por una voz conocida bastaría para provocar el pánico y generar un crisis alimentaria como no se ha visto antes.

Y mañana, sexo.

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miércoles, 13 de agosto de 2008

3R

Ya saben, lo que los jipiosos, los ecologistas y demás gente de mal vivir llaman las tres normas de la sostenibilidad: Reduce, Reutiliza, Recicla...


Salero y pimentero de el bar-restaurante "El Ciervo", Nacional II km 381.7 (Bujaraloz, Zaragoza). Sí, son dos botes de zumo con agujeritos en la tapa.

Y antes de que alguno de los fashion victims y modernosdemierda que por aquí pululan se ponga a decir que si qué cutrez y que si tal y que si pascual, que se lo piense dos veces. Porque esto lo ven en un Natura, o peor aún, en un Ikea, se les hace el culo agüilla con lo "genial" de la idea y se lo compran isoflauto.



(y no pongas esa cara, que sabes que sí. Y sí, aunque no haya puesto el link, que soy educado, me refería a ti.)

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viernes, 25 de julio de 2008

Iconoclastia alcoholica


Encontrado no-se-donde.

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miércoles, 16 de julio de 2008

El test de las cinco (XXXI)

How many cannibals could your body feed?
OnePlusYou Quizzes and Widgets

Y que no me gusta a mi sentirme útil...

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lunes, 28 de abril de 2008

Perdiendo aceite

Conste que no he seguido el tema al detalle, así que si digo algo que no se ajusta a la realidad agradecería que me lo corrigiesen.

Una vez dicho esto, aclaremos unos términos farmacológicos: Entre las substancias tóxicas (al grado que sea) se distinguen dos tipos de toxicidades. Grosso modo, se habla de toxicidad aguda cuando nos referimos a los efectos tóxicos de una dosis suministrada en un corto periodo de tiempo, mientras que se habla de toxicidad crónica a los efectos tóxicos de dosis suministradas de forma más o menos regular durante largos periodos de tiempo. Por poner un ejemplo que seguro que tienen en mente (borrachuzos!), la toxicidad aguda del alcohol se da básicamente sobre el sistema nervioso (pérdida cognitiva temporal, disminución de la función motora, coma), mientras que la crónica, además de al sistema nervioso, afecta a otros órganos (hígado, riñones, sistema digestivo). Por norma general, y en tóxicos no letales, la toxicidad crónica requiere de concentraciones mucho más bajas (pero sostenidas en el tiempo) del tóxico que la aguda (la cantidad de alcohol necesaria para pillar una borrachera ocasional es mayor que la cantidad de alcohol necesaria para achisparse, pero si te achispas todos los días, al cabo del tiempo se podrá hacer fuagrás con tu hígado). Por supuesto, cada tóxico tiene sus particularidades y hay que tener en cuenta que la mayoría de ellos acaban generando un cierto grado de resistencia (una persona habituada al alcohol necesita una dosis mayor para intoxicarse que una que no haya bebido nunca), pero como primera aproximación, ya vale.

En lo que se refiere a productos alimenticios, las substancias cuya toxicidad se conoce y que son susceptibles de aparecer en los alimentos tienen niveles máximos regulados, recogidos en el Códice Alimentario, que son SIEMPRE más bajos que los niveles de toxicidad aguda (y, por tanto, que los de toxicidad crónica). Y la normativa española tiene fama de ser bastante restrictiva y estricta en ese sentido. Es raro que se cuelen cosas, porque, se lo crean o no, aquí la administración controla MUCHO lo que los ciudadanos se pueden llevar a la boca, y prácticamente sólo se dan casos de escándalos alimentarios cuando nos salimos del marco legal (el caso del aceite de colza, que era un aceite que se vendía en negro, sin ningún control), o bien cuando nos encontramos con cosas que nadie esperaba encontrarse en la cadena alimentaria (los priones de las vacas locas, los pollos con dioxinas) y pillan a todo dios en bragas.

Ahora resulta que se ha encontrado, en unas partidas de aceite de girasol provinente de Ucrania, que estaba adulterado y contenía una concentración de hidrocarburos tóxicos más alta de lo que la ley establece. El ministro de sanidad dio aviso de que, por si acaso, hasta que no se supiera exactamente cuáles eran las marcas afectadas, y en qué lotes, y se pudieran retirar estos del mercado, la gente se abstuviera temporalmente de usarlo. Y las cadenas de distribución, conscientes de que en España aún tenemos la colza grabada a fuego en la memoria (el aceite de colza, debidamente tratado, es perfectamente comestible e incluso sano, y de hecho está en el mercado y en países como Alemania es de uso común, pero en España han tenido que cambiarle el nombre por "aceite de canola", porque no vendían una escoba), y sabiendo que a los españoles el juntar las palabras "aceite" y "adulterado" hace que se nos disparen todas las alarmas, decidieron, ante la duda, retirar del mercado TODO el aceite de girasol. Porque si se diese un sólo caso de intoxicación por ese aceite ucrainiano, la marca que lo hubiese envasado no hubiese vuelto a levantar cabeza en la vida.

Insisto, no he seguido el tema al detalle, pero entiendo que, cuando el ministro dice que "mejor que no se consuma, pero si se consume, tampoco hay que preocuparse", es porque los niveles que se han encontrado están por encima de los límites legales, probablemente incluso superen los límites de toxicidad crónica, pero no llegan a los de toxicidad aguda. Es decir, que comerlo, sano, lo que se dice sano, no es, pero que si lo comes un día, una semana, pues tampoco te va a matar. Oigan, pasa esto, estamos buscando exactamente dónde ha ido a para, hasta que lo encontremos, si pueden, sustituyan el aceite de girasol por otro tipo de aceite, pero si lo han comido no pasa nada, no colapsen los hospitales por ello al grito de "oh, dios mío, he comido aceite de girasol, qué hago". Pues abdominales para no engordar, gilipollas, porque otra cosa...

Pero se han juntado los Cuatro Caballos del Apocalippo: la Peste (la absoluta, total y vergonzosa ignorancia científica de la población española en general), el Hambre (que la explicación del ministro no ha sido clara, por no decir que se explicó como el culo), las Ganas de Comer (que la reacción de las empresas distribuidoras ha sido, por una vez, de quitarse el sombrero: ante la duda, cuarentena), y los Periodistas y Tertulianos, que, amén de sufrir, de forma más acusada y vergonzosa si cabe que el común de la población, de la Peste, en gran parte se la tienen jurada al pobre Soria desde el mismo momento de su nombramiento, muy probablemente porque es un científico, uno bueno, además, y no un politicastro profesional que le va riendo las gracias, y porque no es un meapilas y se ha posicionado, como científico que es, a favor de la clonación terapéutica y la investigación con células madre.

Porque no se equivoquen, el escándalo no lo han provocado ni las (poco claras y muy desafortunadas en lo formal) declaraciones de Soria, ni la retirada masiva del aceite de girasol de los comercios (que al consumidor poco informado le puede provocar miedo), ni siquiera la gravedad del caso. El escándalo, lo han generado los periolistos y los todólogos.

(el título, obviamente, es un chiste al más puro Ozores style, en homenaje a Corredero, que se que le gustan)

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domingo, 3 de febrero de 2008

Citas (XCI)

Tener un paladar limitado y convivir con prejuicios gastronómicos es una manera pobre de vivir

Santi Santamaria en su columna en el Magazine de La Vanguardia (13/01/08)


El link proporicón del día

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lunes, 1 de octubre de 2007

Con las manos en la masa (VII)

Ingredientes:

- Una lámina de pasta de hojaldre (1).
- Una cuña de queso tipo brie.
- Una manzana.
- Panceta, tocino o bacon.
- Una bolsa de queso rallado para gratinar.
- Un chorrito de aceite.
- Un poco de harina.

- Un rodillo de amasar.
- Una bandeja para horno.
- Cuchillo y tabla de cortar.
- Cuchillo de pelar.
- Una sartén mediana.
- Platos.

- Un fogón.
- Un horno.

Preparación


- Quitarse todos los anillos, relojes y pulseras, arremangarse y lavarse bien las manos. Secárselas.
- Pelar la manzana y cortarla a daditos (de aproximadamente medio centímetro de arista).
- Cortar el bacon, panceta o tocino a daditos del mismo tamaño que la manzana, o en tiras finas (en función de que sea un taco o esté loncheado)
- Cortar el queso brie en trozos tan pequeños como se pueda (aquí no digo a daditos porque como el brie tiene una textura pastosa, es imposible).
- Echar un chorrito de aceite (muy poco!) en la sartén y ponerla al fuego.
- Cuando esté caliente, echar los dados de tocino, panceta o bacon y saltearlos hasta que queden doraditos y crujientes. Retirar, conservando en la sartén la grasa que hayan sotado.
- Echar en esa misma grasa los dados de manzana, y pocharlos un poco (han de quedar blanditos y con un color un poco dorado, no fritos). Retirar y apagar el fuego.
- Mezclar (en la misma sartén) la manzana y el bacon, panceta o tocino.
- Encender el horno para que se vaya calentando (entre 170 y 200ºC ya va bien).
- Echar un poco de harina en el mármol de la cocina, poner la lámina de hojaldre, echar un poco de harina encima y, con la ayuda del rodillo de cocina, extenderla lo que sea menester (ha de poder cubrir totalmente el fondo de la bandeja).
- Repartir un poco de harina por el fondo de la bandeja para horno (para que no se pegue), y poner la lámina de hojaldre encima. No conviene que el hojaldre sobresalga mucho del fondo, con un dedo es más que suficiente.
- Echar parte del brie encima del hojaldre, de forma que quede más o menos repartido por toda la superficie.
- Echar el tocino, bacon o panceta y la manzana, de forma que quede repartido uniformemente por toda la superficie.
- Echar el resto del brie sobre lo anterior. Debe quedar más brie en la capa de arriba que en la de abajo.
- Cubrirlo todo con el queso rallado.
- Meterlo en el horno, y hornear hasta que el hojaldre haya subido y el brie esté bien fundido.
- Ponerlo a gratinar hasta que se dore el queso rallado. Es MUY IMPORTANTE vigilarlo durante todo el proceso, que si no puede pasar como con el de la foto, que me despisté y un poco más y se socarrima todo. Lo ideal es que quede un poco menos gratinado que ese.


- Se puede servir caliente, acabado de sacar del horno, o bien dejarlo enfriar y servir una vez frío.

Bon profit.

(1) ojo con esto. El hojaldre que se vende en los supers puede ser, además de fresco o congelado, de tres tipos: salado, dulce o neutro. Con salado igual queda bien, que el plato es salado, pero yo aseguraría el tiro e iría a por el neutro. El dulce, casi que lo dejemos para hacer pasteles.

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viernes, 22 de junio de 2007

Pelotón de fusilamiento (XXXII)

Como es posible que sepan, una de las muchas críticas que se le hacen al llamado mundo occidental -o civilizado, si quieren, y no diré nada al respecto- en su "relación" con el también llamado Tercer Mundo -o subdesarrollado, si quieren, y aquí tampoco diré nada al respecto- es que les proveemos de alimentos pero no les dotamos del conocimiento y la tecnología que les permita cultivarlos por ellos mismos. Claro que aunque lo hagan, luego no dejamos que les salga rentable vendérnoslos, pero de eso ya hablaremos otro día.

Bien, pues algo parecido he pensado hace un rato al leer esta noticia sobre la nueva campaña de prohibición de publicidad del alcohol destinada a los jóvenes. Supongo que en lugar de educar a las personas a tomar decisiones por sí mismas, en lugar de proveerlas de un aparato crítico para que puedan pensar por sí mismas, resulta mucho más sencillo y conveniente decirles lo que pueden hacer y lo que no mediante un divertido sistema de prohibiciones. Mejor mantener agilipollada a la población -toros, fúrgol, OT, Gran Hermano y olé- que plantearse qué es lo que se está haciendo mal para que, por ejemplo, el consumo de cocaína entre los menores se haya disparado, o un chaval de quince años beba tres cuatro o cinco veces más alcohol que yo cualquier fin de semana (les doy una pista: entre otras cosas el sistema educativo actual es una mierda, y eso no crean que implica que el anterior fuese excepcional). ¿Conocen aquello de matar moscas a cañonazos? Pues eso.

No es cuestión de victimizar a la juventud sino de hacer una mínima reflexión, aunque como siempre les digo, una persona que piensa se convierte en un potencial problema, y por supuesto eso no interesa a nadie. Se vuelve peligrosa.

Original de Insociable


Se salvaron del paredón por muy poco: Darth, Royo-Villanova, Escolar, Íñigo, Lüzbel, Lopiensoloescribo, Júcaro, Hugo Martínez, Chesi, Jimmy Jazz, Lüzbel (de nuevo), AF, y Pierre Miró (también dos veces). Atareao he tenido al verdugo esta semana...

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martes, 6 de febrero de 2007

Flere, Bacus, flere...

Seguramente ya lo he dicho más de una vez, pero desde que los neofeuds entraron con nocturnidad y alevosía en el hogar de las ideas políticas, durmiendo a sus ocupantes para que no se defendieran, secuestraron el concepto de "liberal", lo encerraron en un zulo y lo sometieron a todo tipo de vejaciones y violaciones, hasta provocarle un síndrome de Estocolmo que lo pervirtiera por completo, yo políticamente sólo puedo definirme como "libertino". Vale, no sólo políticamente. Porque el (sacrosanto para los neofeuds... cuando les interesa) mercado es una herramienta (ojo, y una herramienta muy útil), pero en ningún caso un fin en sí mismo, ni, mucho menos, una solución para nada. Y hay determinados temas (alimentación, sanidad, educación, defensa, energía, comunicaciones... economía) que son tan absolutamente ya no estratégicos, sino vitales para nuestra sociedad que no pueden dejarse al albur del mercado. Porque requieren de planificaciones a muy largo plazo, y, dejémonos de polladas, el mercado es miope como un topo y no ve más allá de los beneficios obtenibles en los próximos diez minutos. Cádiz, Cartagena, Valencia, Barcelona, Tarragona,... están donde están, y son lo que son, porque el estado romano decidió construir la Via Augusta (que actualmente recibe los mucho más prosaicos nombres de N-340 y AP-7). Y se construyó hace unos dos mil años. No hay mercado que pueda prever eso, pero un gobierno sí que puede. Se equivocará o no, pero tiene la capacidad de hacer una previsión a dos mil años vista.

Sin embargo, que sea partidario de la necesaria y decidida intervención estatal en determinados temas estructurales y superestructurales no me lleva tampoco al stalinismo, ni a adorar a Ford y desear un mundo feliz. Y es que, como decía la canción, de la piel pa'dentro mando yo, y considero que no debe haber estado (y mucho menos, mercado) con capacidad de decidir cómo debo vestir, a quién debo querer, qué debo comer o cómo puedo matarme. Porque eso son cosas que sólo me afectan a mí, y sobre las que sólo yo tengo capacidad de decisión. Por eso mismo me he declarado muchas veces (lo pueden ver arriba a la derecha) en rebeldía pública ante la ley de persecución inquisitorial del tabaco que está en vigor. Inciso: tan nefasta como esa ley me parece la actitud de Esperanza Aguirre Gil de Biedma de declarar en rebeldía similar a la institución que es la Comunidad de Madrid, porque le va en el sueldo acatar las órdenes dadas desde una instancia superior (sin demérito de que esta pueda ser recurrida por los cauces así establecidos, pero mientras no haya resolución de recurso debe obedecerse). Un ciudadano puede ponerse en rebeldía, una institución no (aparte de que tenga el convencimiento de que lo hace sólo por ponerse en contra del gobierno, y que si mañana mismo se retirase la ley del matrimonio entre homosexuales, antes de que se pusiese el sol doña Espe habría contraído nupcias con Rita Barberá, sólo por joder). Fin del inciso.

De igual manera estoy en contra (y así lo he hecho saber) de la persecución hacia el alcohol y los bebedores. Veo muy correcto, en cambio, la regulación y el control (incluyendo la prohibición en determinados medios y determinadas franjas horarias) de la publicidad de productos alcoholicos. Algo que a cualquier defensor del mercado le hace chirriar los dientes, pero que es de una lógica aplastante: si quieres reducir el consumo, educa y evita la promoción, pero no persigas ni al producto ni a los consumidores. Las leyes secas siempre han sido contraproducentes. Y lo mismo vale con el tema de la comida basura, donde aquí, y sin que sirva de precedentes, la ministra de sanidad ha hecho las cosas bien, y han sido Burguer King quienes, unilateralmente, han roto un acuerdo que previamente habían firmado (el de no promocionar superraciones, aunque las siguieran ofreciendo).

Incluso, y por acabar de definir mi postura al respecto, yo, que no soy ni he sido nunca consumidor de drogas ilegales (se lo crean o no, mi evidente desequilibrio psíquico es de natural, no producto de un mal viaje), soy también firme defensor de su legalización, de más está decir que bajo determinadas condiciones de control sanitario. Porque no tiene sentido que substancias como los opiacios mayores (morfina, heroína), cuyo uso lúdico es irracional y suicida, no puedan por ello ser usadas médicamente como anestésicos (que lo son, y son los mejores desde cualquier punto de vista, además), que los canabinoides no tengan reconocido ni el uso lúdico ni el médico (cuando, en cualquier índice de peligrosidad, están por debajo del alcohol), o que no se puedan usar en psiquiatría substancias como la MDMA (éxtasis) o el LSD, que ya en su momento demostraron ser de gran utilidad para el tratamiento de determinadas dolencias del alma. Simplemente, es que no ha lugar.

Por qué les suelto este rollo? Porque ojiplático y anonadado me ha dejado la reacción de determinados sectores de la casta opinadora y política española ante el plan del Ministerio de Sanidad para igual el estatus legal de una bebida alcoholica (el vino) con la de todas las demás. Medida con la que, a la luz de todo lo que he dicho antes, estoy radicalmente en contra, pero que es de lógica cartesiana: si consideramos que el alcohol es una substancia peligrosa, las medidas de control se han de aplicar a toda fuente de alcohol. Y digo que me quedo patidifuso e incluso turulato con esa reacción no porque esos mismos sepulcros blanqueados (por cierto, todos ellos defensores de la sacrosanta inviolavilidad del mercado y del clan de los que hablaba en el primer párrafo) aplaudieran con las orejas ante las medidas antitabaco o antibotellón, y ahora se rasguen las vestiduras y se lancen cenizas sobre la cabeza por esto, sino por los motivos aducidos, el principal de los cuales es que el vino "es un bien cultural". Ellos, que tanto se quejan ante las subvenciones al cine, el teatro o el arte (que vamos, en mi pueblo son cosas que se consideran cultura), y que llaman despectivamente "titiriteros" (como si eso fuese más despectivo que, pongamos por caso "tertulianos", cuando los titiriteros claramente necesitan de más habilidad y mejores guiones que los otros), y "que está en nuestra historia". Pues oigan, no se. Pero es que la cerveza es de origen neolítico, y aquí quizás no sea tan popular como en centroeuropa, pero beber, lo que es beber, siempre se ha bebido. Y en Arucas (Gran Canaria) llevan 450 años (que ya es tiempo como para enquistar algo en una cultura) destilando ron (y uno muy bueno, por cierto), siendo la destilería más antigua de la Unión Europea y probablemente también de África. Si eso no es un bien cultural, que baje el Monstruo del Spagetti Volador y lo vea. En cualquier caso, es más tiempo del que tienen la mayoría de bodegas y viñedos españoles. Y tampoco es que sea el único destilado con una laaaaarga tradición en las Españas todas, porque aguardientes, orujos, patxaranes y demás aquí de siempre que se han bebido por litros. Pero es que además, el alcoholismo (porque la excusa para esto es el alcoholismo, no los accidentes de tráfico o laborales, por ejemplo, que la cosa parte de sanidad y no de interior o trabajo) tradicional y de toda la vida en España ha sido por vino, no por cerveza ni por destilados. Fariseos, más que fariseos.

Y casi que no me ponga a hablar del consumo de derivados de solanáceas, porque me puede dar la risa tonta...

(y si alguien que sepa latín me declina bien el título, pues se lo agradeceré y tal...)

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martes, 19 de diciembre de 2006

In vino, veritas

Antes de seguir leyendo, recuerden: no intenten hacer esto en casa, aquí somos profesionales y nos pagan por ello. No sean idiotas y lo hagan de gratis.

No, espera, no era así.

Antes de seguir leyendo (eso, ahora sí) recuerden lo que es la estadística: esa ciencia (y lo pongo en cursivas porque no es, a mi modo de ver, al menos, en ningún caso una ciencia, como mucho un instrumento de ellas, como las matemáticas) en las que si usted se come un pollo, y yo no como nada, ambos nos hemos comido medio pollo. Aunque yo siga con hambre. Será que soy un tragaldabas.

Explico esta bobochorrez que seguro que ya saben porque me encuentro en ese imprescindible blog sobre política y malas hierbas derivadas que es La Moqueta Verde esta curiosa relación estadística entre consumo de vino per cápita y tasa de crímenes violentos en Estados Unidos:
Wine and Violent Crime
(si pinchan en la imagen , les llevará a la página de donde sale, con datos primarios y tal y pascual)

Una proporcionalidad inversa casi, casi perfecta. Curioso, curioso, dijo Alicia al salir de agujero. Pero más curioso aún es cuando vemos esta otra relación, considerando también el consumo de café:
Wine and Violent Crime vs. Wine and Coffee
La proporcionalidad inversa se mantiene. Curioso, curioso, curioso.

Porque mira tú que uno pensaría que dos cosas tan malas malísimas como el alcohol y el café, que son excitantes y hacen que la gente se emborrache y son fatales para la salud y tal, incitarían los malos instintos de la gente y las harían peores personas... Pues se ve que no, ya ves tú.

Pero la cosa se pone aún más cachonda cuando se cruzan los datos con los del consumo de té helado enlatado o de zumos vegetales (les pongo los links por no llenar esto de gráficos), donde lo que se observa es que la relación consumo/violencia es... directa. De cosas tan sanísimas dóndevaaparar. (Todo esto así a ojo de buen cubero, que en estos casos no hay la gráfica de cruce de datos con violencia, sólo con consumo de vino, pero por las fechas aproximadas, ya da eso).

Qué sacaría como conclusión de esto alguien con mala idea y ganas de embolicar la troca, que se dice por aquí? Pues que la obsesión vigoréxica de gran parte de nuestra sociedad por llevar una vida sana, natural y alejada de vicios y placeres perniciosos para la salud sólo puede llevar al desorden mental, la violencia sin sentido y la delincuencia sin organizar (que, como su nombre indica, siempre será peor que la delincuencia organizada, porque esta al menos sabe dónde deja las cosas), mientras que una vida más disipada y casquivana, en la que uno se entregue con una cierta moderación al vicio, el lubricio y, por qué no, y en la medida de lo posible, el fornicio, da como resultado ciudadanos sanos mental y físicamente, que no se dedican a partirle el jeto al vecino por un quítame allá esas pajas.

Y qué saco como conclusión yo, que, ustedes que me conocen, saben que soy una persona cabal y consciente y centrada que en ningún caso tiene mala idea y le gusta buscarle los tres pies al gato? (uh... cuela?) Pues... Lo mismo, oiga. Para que engañar. Que son cuatro días, dos son fiesta, y que nos pille lo que venga bien comidos, bien bebidos, bien follaos y bien cagaos. Que al hoyo vamos a ir todos de todas formas, coño.

Eso sí, como me entere que alguno se le ocurre coger el coche después de haber bebido, me encargaré personalmente de reducir sus genitales a una masa amorfa y sanguinolenta. A patadas. Capisce?. Si se quieren matar, se maten sólos, coño ya.

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jueves, 3 de agosto de 2006

Con las manos en la masa (VI)

Ingredientes
- Carne picada (mejor si es mezcla de cerdo y ternera al 50-50, si se hacen de ternera sólo quedan demasiado secas, si se hacen sólo de cerdo, demasiado grasosas)
- Un huevo de gallina.
- Harina à gogo.
- Un par de dientes de ajo.
- Cinco o seis tomates grandes muy maduros.
- Cebolla (de una cebolla del tamaño de un puño, como un cuarto o así).
- Cuatro o cinco hojas de hierbabuena y/o menta.
- Un puñado de almendras tostadas sin piel.
- Un puñado de pasas sin semillas.
- Un puñado de olivas sin hueso.
- Un ramillete de perejil.
- Sal.
- Pimienta negra.
- Una cucharadita pequeña de pimentón dulce o picante (al gusto).
- Una punta de guindilla (opcional).
- Aceite de oliva virgen extra.

- Un bol grande.
- Una sartén mediana.
- Una cazuela mediana.
- Un rallador.
- Un almirez con su mano.
- Una cuchara de madera.
- Un cuchillo con su tabla de cortar.
- Cuchara y tenedor.
- Platos.

- Pan (a ser posible de hogaza o barra ancha, con mucha miga, del dia y bien horneado)
- Vino tinto.

Preparación

- Quitarse todos los anillos, relojes y pulseras, arremangarse y lavarse bien las manos.
- Echar tres o cuatro cucharadas de harina al bol y enharinarlo bien por todas partes.
- Echar al bol la carne picada.
- Picar (sobre la tabla de cortar, que si no se jode el mármol) muy finamente un diente de ajo, un par de hojas de hierbabuena y/o menta y un par de ramas de perejil y añadir al bol.
- Salpimentar al gusto.
- Romper el huevo y añadir el contenido al bol. Tirar la cáscara.
- Enharinarse bien las manos.
- Amasar el contenido del bol hasta que quede una masa más o menos homogénea, añadiendo harina siempre que sea necesario para que no se quede pegado por todas partes.
- Ir cogiendo porciones de la masa y haciendo pelotitas de unos tres centímetros de diámetro. Enharinarlas bien por fuera y reservarlas en un plato.(*)
- Poner en la sartén un chorretón de aceite, ponerla al fuego y esperar a que esté bien caliente.
- Freir las pelotitas de carne (en adelante, albóndigas) hasta que queden doradas por fuera. Retirar a otro plato.
- Con la ayuda del rallador, rallar los tomates hasta que sólo quede la piel.
- Picar la cebolla (sobre la tabla de cortar) a trocitos pequeños.
- Poner el aceite donde se han frito las albóndigas en la cazuela, y poner al fuego.
- Echar en el aceite la cebolla y freirla ligeramente (hasta que empiece a dorarse) removiendo un poco con la cuchara de palo.
- Añadir el tomate rallado. Remover con la cuchara de palo. Poner el fuego al mínimo, y dejar que hierva.
- Machacar en el almirez las almendras. Añadir a la salsa y remover bien.
- Cortar finamente (en la tabla) un diente de ajo y las hierbas aromáticas (un par de ramas de perejil y un par o tres de hojas de hierbabuena o menta. También se pueden utilizar otras hierbas aromáticas, según el gusto y la disponibilidad, con el mismo tratamiento). Añadir a la salsa y remover bien.
- Cortar (en la tabla) las olivas a rodajas. Añadir a la salsa y remover bien.
- Añadir a la salsa las pasas, la punta de gindilla, el pimentón, los restos de harina y carne que hubiesen quedado en el bol y un chorro de aceite. Remover bien después de cada añadido.
- Salpimentar al gusto y (lo adivinan?) remover bien.
- Dejar hervir la salsa a fuego lento hasta que empiece a reducirse y espesarse, removiendo constantemente.
- Añadir las albóndigas y dejar cocer un poco más a fuego lento, hasta que la salsa tenga el espesor adecuado, removiendo de vez en cuando.
- Servir acompañado de pan y una copa de vino.

Bon profit.

(*) Con esta misma masa, cogiendo porciones más grandes y aplastándolas después de hacer la bola, salen unas magníficas hamburguesas. Dos por uno, no se quejarán.

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jueves, 6 de julio de 2006

Con las manos en la masa (V)

Ingredientes (por persona):

- Una o varias patatas, en función de su tamaño. Deben ser las suficientes para llenar un plato sopero de patatas fritas.
- Un par de huevos (de gallina).
- Tocino de jamón (no, bacon no. Tocino. Con algo de hebra. Es importante).
- Una punta de guindilla.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal al gusto.

- Un cuchillo con su tabla de cortar.
- Una sartén pequeña con tapa.
- Una espumadera.
- Un tenedor.
- Un plato sopero.
- Fogones.

- Pan (a ser posible, de hogaza, del dia y bien horneado).
- Vino tinto (a temperatura ambiente).

- Una cama o sofá cómodo.

Preparación:

- Pelar las patatas y cortarlas a gajos o tiras de entre medio y un centímetro de grosor. Salar abundantemente.
- Encender el fuego.
- Poner bastante aceite en la sartén (como mínimo un dedo de grosor). Ponerla al fuego.
- Esperar a que el aceite esté bien caliente y echar en él la punta de guindilla.
- Echar las patatas a la sartén, con cuidado porque el aceite salta (y quema). Las patatas deben quedar totalmente sumergidas en el aceite, no echar más de las que admita el volumen de la sartén.
- Tapar la sartén con la tapa, y freir hasta que las patatas estén doradas. Para saber cuándo están doradas, levantar la tapa y mirar. Aprovechar para mover un poco las patatas con la ayuda del tenedor, para que se hagan uniformemente.
- Con la ayuda de la espumadera, retirar las patatas fritas al plato. Devolver el trozo de guindilla al aceite, y repetir los dos últimos pasos hasta que todas las patatas estén fritas.
- Retirar el trozo de guindilla del aceite (con la espumadera). Tirarlo.
- En la misma aceite, bien caliente, freir los huevos. La clara debe quedar bien cuajada (o incluso con los bordes más externos quemados, lo que se dice "con puntillas") y la yema totalmente líquida. Ayudarse de la espumadera y/o el tenedor para echar aceite por la parte superior del huevo, de forma que la clara que quede por arriba cuaje cuanto antes mejor.
- Mientras se frien los huevos, cortar (sobre la tabla de cortar, que si no joderán el cuchillo y el mármol de la cocina) el tocino a daditos pequeños (de cinco milímetros de arista o menos).
- Con la ayuda de la espumadera, retirar los huevos y colocarlos sobre las patatas. Lo ideal es que queden boca abajo (es decir, dándoles la vuelta con la espumadera), de forma que la yema se rompa e impregne las patatas.
- Echar los dados de tocino en el aceite, dejarlos un instante y retirarlos con la espumadera (como si los escaldaran, pero con aceite en lugar de con agua). Echarlos sobre los huevos y las patatas.
- Servir caliente, acompañado de tanto pan y tanto vino como sea necesario.
- Echarse la siesta en la cama o sofá (que créanme, después de un plato así se agradece muuuucho...)

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viernes, 17 de marzo de 2006

Diez (VIII)

Los diez alimentos cuyo sabor sin duda es pecado, y que deberían ser degustados, apreciados e idolatrados por cualquier persona de bien y digna de ser llamada por ese nombre, y que no tenga el paladar de cemento, son (en mi humilde opinión, que como tal es la correcta y no acepta discursión alguna. Eso sí, la lista está abierta a cambios y se aceptan sugerencias):

1.- El chocolate Santocildes. El negro, para hacer, sin leche, almendras ni mariconadas por el estilo. En la imagen, el segundo por arriba de la columna de la izquierda. Theobroma en el pleno sentido de la palabra.

2.- El ron de Arehucas. Señores, cuando pido "ron" quiero decir "ron", no "aguarrás". No me sirvan Bacardí blanco, por los clavos de Cristo!

3.- Las catanias. Almendra. Garrapiñado. Chocolate negro. Chocolate blanco. Cacao en polvo. (/me babea)

4.- El granizado de café (también conocido como cafécafécafécafécafé!!!!) de El tio ché, probablemente la mejor horchatería de Barcelona y, sin duda, el mejor granizado de café del mundo (y encima queda en el camino entre la playa y el metro, lo cual en verano es muuuuuy peligroso...)

5.- El helado de ron con pasas de Mercadona, uno de los poquitos con una carga de ron apreciable. Por qué ya no se venden cornetes de ron con pasas en las tiendas? El de Frigo estava de vicio...

6.- La androlla, también conocida como "botillo" (nombre, como se puede apreciar, totalmente absurdo e inapropiado). Ideal para cuando hace frio, ahí, cocida con su col y sus patatas...

7.- El allioli. Y he dicho allioli, no "mayonesa con ajo". All-i-oli. Ajo, aceite, mano de almirez, tiempo y paciencia. Como mucho, les acepto un poquito de sal.

8.- El vino turbio bien frio. Abstenerse cualquiera que tenga que hacer algo después de beberlo, es peligroso.

9.- El mojo picón. El rojo de toda la vida de dios. Las papas arrugás son optativas, siempre se puede comer a cucharadas.

10.- La tabla de embutidos conformada por jamón de Guijuelo, chorizo de León (picante, en su defecto se acepta el de Salamanca, pero mejor el de León) y cecina (de dónde sea, pero que esté bien seca).

sábado, 14 de enero de 2006

Con las manos en la masa (IV)

Lo expliqué hace tiempo y no tengo ganas de repetirlo, ahí tienen el enlace.
Así que si alguien considera una frivolidad que publique esto justo antes de irme al cementerio, es su puto problema.

Ingredientes (por persona):

- Un trozo de lomo de cerdo (En función de lo tragón que sea el comensal y de lo abundante que sea el resto del menú, que sean dos. En ese caso, duplicar el resto de los ingredientes).
- Un cuarto de manzana.
- Queso rallado (es importante que funda, no gratine, y que sea sabroso. Recomiendo el emmental).
- Un chorizo de freír.
- Un chorrito de aceite.
- Una cucharada de harina.
- Una cucharada de azúcar.
- Un pellizco de sal.
- Un polvo de pimienta.

- Una (o dos) sartén(es).
- Platos que puedan ir al horno (vidrio o cerámica).
- Un cuchillo que corte bien (no de sierra).
- Una cuchara de madera.
- Un horno (convencional o microondas).
- Fogones.

- Pan.
- Vino (turbio o tinto).

Preparación:

En una sartén, poner unas gotas de aceite y poner al fuego hasta que esté bien caliente.
Bajar el fuego al mínimo y poner el lomo. Añadir la sal.
Dejar que el lomo se vaya haciendo a fuego lento, sin girarlo, hasta que la cara superior se ponga blanca. Darle la vuelta, dejarlo un momento más y retirarlo del fuego. Colocarlo en los platos.
Pelar la manzana y cortarla a rodajas muy finas. El tamaño ideal de cada rodaja es el de un cuarto de manzana (o, si la manzana es muy grande, la mitad de este), y tan finas como sea posible.
En un plato (distinto a los que se han usado para poner el lomo) mezclar la harina con el azúcar. Rebozar las rodajas de manzana en la mezcla.
En una sartén (puede ser la misma o distinta de la usada para el lomo, según las manías del cocinero), poner aceite (no mucho). Poner la sartén al fuego hasta que el aceite esté bien caliente.
Freír las rodajas de manzana hasta que estén fritas (como una patata chip). Es importante ir con cuidado al añadir la manzana, porque saltará aceite.
Retirar la manzana frita y ponerla sobre el lomo. Conservar el aceite.
Poner abundante queso rallado sobre el lomo y la manzana (hasta cubrirlo por completo). Añadir un polvo de pimienta y una pizca de sal.
Cortar el chorizo de freír a daditos. Freírlos en el mismo aceite que la manzana, removiéndolos con la cuchara de madera para asegurarse que no se quemen de un lado y el otro quede crudo.
Poner el chorizo sobre el queso.
Echar por encima del conjunto un poco del aceite de fritura.
Dar al plato un golpe de horno (si es convencional, precalentarlo previamente), lo justo para que el queso se funda por completo. Debe fundirse, no gratinarse.
Servir caliente, acompañado de pan y vino.

viernes, 14 de enero de 2005

E-330

Igual les suena el número. No, no es una carretera. Es un aditivo alimentario que se encuentra en la mayoría de los productos alimentarios industriales. Y en los no industriales también, pero como no llevan etiqueta, no lo ven. Probablemente sea el aditivo alimentario más famoso de la historia, merced a una lista que ronda por ahí de aditivos cancerígenos. Segun esa lista, el E-330 es el aditivo más peligroso de todos, y provoca cancer fulminante, hemofilia, migraña, piorrea, mal aliento, caspa y afiliaciones al PP. No, en serio, los tres primeros males se los atribuyen al E-330. De hecho, yo he visto una de esas listas negras donde se le acusaba de provocar SIDA.

Chungo, verdad?

Hasta que te miras el Codigo Alimentario Español, y te encuentras con lo que es el E-330.

Ácido cítrico.

Si te cae en un ojo escuece como el diablo, vale, pero aparte de eso, es una de las cosas más inocuas que te puedas echar a la cara. Pero es una molécula que se oxida con mucha facilidad y además es muy barata de producir, con lo que su uso como antioxidante en alimentos está MUY extendida. Además, tiene efecto de potenciador del sabor. Para que me entiendan, cuando se le echa limón a las alcachofas o los champiñones para que al cocinarlos no se pongan negros, lo que se está haciendo es echar ácido cítrico (y limoneno, y azúcares, y alguna cosa más que tiene el zumo de limón) a chorro, con lo que se evita que se oxiden, ennegreciendose. Y quedan más sabrosos, no sólo porque se les de un toque de sabor a limón (virtud del limoneno), sino porque el propio sabor de la alcachofa (o del champiñón, o de lo que sea) se potencia. Es más, en preparados de carne tiene un efecto anticancerígeno directo, porque, para evitar el botulismo (enfermedad MUY chunga), a muchos preparados cárnicos (especialmente embutidos, enlatados y curados, como el jamón serrano) se les añade nitritos y nitratos (que es lo único que conocemos capaz de cargarse el Clostridium botulinum, el bacilo que lo provoca). El problema es que, en contacto con proteinas (y la carne, otra cosa no tendrá, pero proteinas todas las que quieran), los nitratos generan nitrosaminas, que son fuertemente cancerígenas. Sin embargo, la presencia del ácido cítrico evita esa reacción química.

Se preguntarán entonces de dónde viene esa historia de que el E-330 es cancerígeno. Pues de mediados de los años setenta, durante una negociación de convenio colectivo de una planta de fabricación de Schweppes en Holanda. La directiva se puso farruca, y algún iluminado, para presionar, decidió robar un informe (en blanco) del hospital y rellenarlo imaginativamente, para dañar la imagen de la empresa (no, yo tampoco entiendo la lógica de esa forma de actuar, pero bueno). Y lo rellenaron de forma que pareciese un estudio hecho en el hospital sobre los posibles efectos secundarios de los aditivos que se usaban en la fábrica. El ácido cítrico se usa por toneladas en la fabricación de refrescos (que es a lo que se dedica Schweppes), y, de hecho, es, con diferencia, el más usado en esa industria. Así que fue el que pusieron como el peor de todo. Ya les digo, hasta pie de atleta provocaba. El pastel de descubrió inmediatamente (en cuanto alguien preguntó en el hospital que qué había de aquello), pero eso no evitó que la lista (fraudulenta) saliera a la luz pública, y que haya ido volviendo a salir, periódicamente, sin que nadie sepa por qué, e incluso haya ido actualizándose con nuevas enfermedades atribuibles. Una leyenda urbana más.

Lo de los aditivos alimentarios es un tema curiosón. Tienen una mala fama terrible, y sin embargos están sometidos a unos controles comparable (y en ocasiones, superiores) al de los medicamentos. Y si alguien pretende saltarme con que son legión los casos de medicamentos que salen al mercado que arreglan una cosa pero estropean dos, o que han conseguido los permisos de fabricación empleando informes fraudulentos (no hace tanto que creo que fue Pziser la que retiró uno porque se había visto que podía provocar daños, y que después se supo que eso ya se sabía, y que habían ocultados esos resultados en los informes médicos), que se lo ahorren. TODOS los medicamentos son perjudiciales para la salud, sólo tienen que leer los prospectos, y lo que se tiene en cuenta es que lo que arreglen tenga mayor importancia que lo que estropean. En los aditivos alimentarios, en cambio, se EXIGE que sean inocuos, o que haya, al menos, una forma de anular los efectos negativos (caso de los nitratos, al ser imprescindibles, se combinan con otro aditivo, a priori innecesario, para anular el efecto negativo). Y, cuando digo que a veces los controles son superiores, es porque la administración alimentaria tiene laboratorios propios que controlan los aditivos que se quieren poner en el mercado, mientras que la farmacéutica no, y se fia de los informes que se le presentan.

A modo de curiosidad, y para acabar, les explico. Hubo empresas fabricantes de aditivos que se quejaban de que dichos controles eran demasiado estrictos, e imposibilitaban, en la práctica, el poder poner productos nuevos en el mercado. Y, para demostrarlo, aplicaron las pruebas normativas sobre el Rojo Tomate, un beta-caroteno natural, responsable del color de los tomates maduros, y que se usa (y está aceptado) desde hace años como colorante alimentario (los productos de origen natural cuya fuente es de uso tradicional no necesitan pasar esos controles, se presupone que si los tomates no son dañinos, y eso queda demostrado porque llevan siglos comiéndose y no se ha detectado nunca un efecto pernicioso, más allá de casos de alergia, sus partes tampoco lo serán. Además, este caso es paradigmático, porque es uno de los colorantes alimentarios usados como tal, a nivel industrial, durante más tiempo, y nunca se le ha detectado ningún problema). Le aplicaron las pruebas que tendría que superar para cumplir la normativa y poder comercializarse si fuese un producto nuevo.

No las superó.

Y les pregunto, se les ocurre algo más sano, natural y bueno para la salud que un tomate maduro?

jueves, 4 de noviembre de 2004

Con las manos en la masa (III)

Ingredientes
- Una lata de piña en almíbar de medio quilo (aprox).
- Medio litro de nata líquida de cocina.
- Un sobre de gelatina de piña.
- Dos cucharadas soperas de azucar.
- Galletas tostadas (tipo "María").

- Un cazo grande.
- Una cuchara de madera.
- Un molde de pasteles plano (que no sea una flanera honda, me refiero).
- Fuego.
- Nevera.

Preparación:

Escurrir la piña en almíbar (es importante que sea en almíbar, en caso contrario no cuajará el pastel) y colocar las rodajas sobre el fondo y las paredes del molde.

Poner el almíbar de la piña en un cazo. Añadir el azucar. Pornelo al fuego y llevar a ebullición.

Cuando empiece a hervir, añadir la gelatina y remover hasta que esté bien disuelta. Retirar del fuego. Añadir la nata y remover hasta que esté bien mezclada.

Verter la mezcla sobre el molde donde habíamos puesto la piña, con cuidado (para que las rodajas no empiecen a moverse y queden más o menos bien puestas).

Cubrir el molde con las galletas. Como estas suelen ser redondas, y no encajan bien con entre sí, recomiendo romperlas previamente para cubrir el máximo posible.

Dejar enfriar y guardar en la nevera (una vez frio) durante unas cuantas horas. Mejor de un dia para otro.

Para desmoldar, sumergir el molde unos segundos en agua caliente, para que la gelatina se vuelva a fundir y salga con facilidad (tan sólo invirtiendo el molde sobre un plato), y volver a meter en la nevera un ratito (para que la gelatina vuelva a cuajar, que si no queda ajqueroso).

Si apetece, decorar con cerecitas o nata montada. Si no, servir tal cual.

viernes, 1 de octubre de 2004

Alcohol de quemar (hígados)

Va a hacer un mes que Jose, un colega, en plena intoxicación etílica (y no solamente etílica) (1) durante el simulacro de fiestas de Santako me confesó que leía el blog (2) y que quería que hablase del tema cerveza en general y alcohol en particular. Nobleza obliga, así que aquí va el post.

Vaya por delante que no soy persona cervecera. Lo más, alguna que otra clara (3) cuando aprieta el calor, o una mediana (Voll Damm o Estrella, preferentemente) muuuy de vez en cuando, y cuando estoy entre un grupo de gente que SÓLO toma cerveza. Caso aparte son los conciertos, algaradas populares y fiestas de guardar, donde te apetece tomarte algo con alcohol pero un cubata no queda propio (aparte de que te cuesten un riñón y el hígado, lo primero por el precio y lo segundo por el garrafón). En ocasiones especiales (especiales no por nada, simplemente por estar en un sitio donde tengan y porque me da por ahí), Guinness. Y en el Blue Monk (y les pongo el link porque, qué coño, se lo merecen, que tienen uno de los pocos garitos decentes de Santa Coloma), tienen una cerveza checa que está muy buena, también, pero de cuyo nombre soy incapaz de acordarme. No más de media pinta, en cualquier caso, para estas dos últimas. También es verdad que, según la circunstancia, me puedo meter un litro y medio de San Miguel (cerveza que en circunstancias normales me repugna) entre pecho y espalda en una hora como quien no quiere la cosa, pero son raras. Esto me ha pasado, por ejemplo, la semana que estuve en Valencia, que coincidí en el curso con un chaval con quien hice la carrera (4) y que vive en Lleida (porque es de allí), y al salir nos metíamos en la cafetería del Campus a plimpar cerveza, discutir de lo divino, lo humano y lo perifrástico y rajar de otros amigos. Sí, soy una vívora, no se habían dado cuenta? Pues eso, que, con la tontería con la tontería, dia sí dia también nos marcábamos sus buenos tres litros mano a mano. Pero ya les digo que son casos excepcionales.

Supongo que el problema es básicamente que NO me gusta la cerveza. No me gusta el sabor, no soporto el amargo del lúpulo, no me gusta el olor, me revienta su capacidad diurética, que me obliga a ir al baño cada diez minutos (cosa especialmente delicada en según que garitos) o a mear en un portal/zaguán/seto (reconozco que regué abundantemente los que están alrededor de la estación de tranvía de Tarongers...), me molesta el que genere tantos gases (NO me hacen falta más, gracias, ya produzco bastantes yo solito!)...

Yo soy más de vino (turbio, por poner un ejemplo tonto y de a diario) y, sobretodo, de destilados. En especial, ron. Dorado antes que blanco. Un Arehucas (delicio, canario, pelígrosísimo, porque pasa como si nada, y muy difícil de encontrar en la península), un Santa Teresa, un Negrita (fantástico para carajillos, a falta de orujo), un Pujol (más para cremats que para beber directamente, pero bueno...). Incluso, a falta de otra cosa y antes que Bacardí blanco, un Cacique, siempre y cuando sea para mezclar, que solo ha de hacer el mismo efecto que darse un lingotazo de aguarrás. Tuve una época, hasta los veintipoquitos, que era más de vodka (siempre con limón) e incluso algún conato con la ginebra, pero ahora me dedico casi por exclusiva al ron. Todo esto en la sobremesa (raramente) o yendo de fiesta, claro. Con las comidas me limito exclusivamente al agua, y en dias señalados, vino. Fantas y similares, sólo cuando como comida rápida, que ya le queda propia, en caso contrario acaba enmascarando el sabor de la comida. Tampoco cerveza. Se que hay gente muy aficionada a comer con cerveza, pero no conozco ninguna comida que pegue (para mi paladar) con el sabor de la cerveza.

Por otra parte, no soy de mucho beber. Sólo recuerdo dos conatos de borrachera en mi vida (y digo conatos porque aún mantenía suficientemente bien el control, exceptuando a los intestinos) y fueron desastrosos. Primero, porque en cuanto paso el punto de achispamiento, me da llorona y depresiva, sin falta. Segundo, porque me provoca una sensación claustrofóbia. Me explico. En cuanto empiezo a intoxicarme (5) el cuerpo, las funciones voluntarias, me refiero, deja de responder. La cabeza, en cambio, me va a mil por hora. Y les aseguro que es una sensación muy angustiosa el estar conscientemente dándole a un brazo (por ejemplo) la orden de que se mueva, y que el brazo no lo haga. Tercero, me provoca sudores frios a la que me quedo quieto. Si bebo, tengo que moverme. Y, sinceramente, para pasarlo mal se me ocurren formas más baratas. Puedo pasar perfectamente una noche entera (de sol a sol) con un cubata. E incluso sin ninguno. Eso sí, si me lo estoy pasando MUY bien, bailando sin parar y sudando como un cerdo (QUEMANDO el alcohol que ingiero), puedo plantarme en seis o siete. Bueno, siempre que se den todos los casos anteriores y el bolsillo lo permita, claro. Que son las menos de las veces.

Supongo que no era esto lo que querías, Jose, pero chico, es lo que ha salido. Si quieres algo más concreto, deja un comentario abajo y veremos lo que se puede hacer.

(1).- Él lo negará, claro. Pero yo estaba mucho más sobrio que tu, y niño, estabas bastante perjudicao. No lo niegues a estas alturas, que total, entre tu y yo hay confianza y estos señores no te conocen de nada.

(2).- Lo cual es una perversión sexual tan digna como otra cualquiera, y no seré yo quien critique las perversiones sexuales de nadie. Eso se lo dejo a la Conferencia Episcopal, que se ve que les pone tanto como los traseros de prepúberes.

(3).- De limón, por favor. La clara hecha con gaseosa es una cosa horrible, insípida, con demasiado gas y que da arcadas y provoca cagarrinas. No se quién tuvo esa genial idea y cómo la popularizó en determinadas zonas de Españñññññña -las "eñes" extras vienen patrocinadas por decimoquinto congreso del Partido Popular y su nuevo logotipo naranja guantánamo. Partido Popular naranja, Partido Popular cristal, dos facheríos para elegir! Pop-pop-popular!-, pero se cubrió de gloria.

(4).- La de química, me refiero. Uno no tiene cuerpo ni facultades para prostituirse, qué le vamos a hacer.

(5).- Nota bioquíma: Todos los alcoholes son neurotóxicos en alto grado. El hecho que el etílico (CH3CH2OH) sea relativamente metabolizable, mientras que otros como el metílico o alcohol de madera (CH3OH) no lo sean en absoluto, y por tanto su ataque sobre el sistema nervioso sea más virulento, no implica en absoluto que la toxicidad del primero sea despreciable. Un coma etílico provoca daños irreversibles (de mayor o menor gravedad, en función de la puta suerte que tengas en ese momento) en el cortex cerebral.
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