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miércoles, 17 de agosto de 2011

Arte conceptual

La Españaza oficial (y eterna) ante la visita del Brujo de la Tribu (alegoría)



(para situar las cosas en perspectiva, informo que la iglesia está vacía, medio en ruinas, es pasto de la maleza y nido de animales salvajes, y las vacas van directamente de ese prado al matadero)

miércoles, 6 de julio de 2011

Momentos Kodak (XV)


(hoy no hay tiempo de más. Y esta foto del año pasado ya dice mucho. Para
quien sepa leer entre líneas)

lunes, 4 de julio de 2011

Citas (CCXIII)


Voy a llevarme un mal recuerdo de Madrid. He dormido poco. Casi nada. Es una ciudad donde no existen las puertas ni la intimidad. Te llevan por donde quieren. No he podido ir a los restaurantes de moda.

Manuel Vázquez Montalbán, Asesinato en el Comité Central




La foto, robada vilmente del álbum de mi musculoca favorita

miércoles, 13 de octubre de 2010

Aves de paso

Hoy, en los escasos momentos/cachitos de periódico que dejaban libre el (puto)fútbol y el rescate de los mineros de Chile (que me alegro infinito por ellos y por el ejemplo que han dado el gobierno y la población chilenos, pero el circo mediático que se ha montado alrededor es vomitivo), también aparecía la noticia de que se daba ya por terminada la línea del AVE Madrid-Valencia,y que sólo quedaba hacer las pruebas con trenes a velocidad de crucero para poder proceder a la inauguración. Y, como estrambote, se mencionaba que con este tramo España se convierte en uno de los países del mundo con más kilómetros de vía de alta velocidad (si no el que más, ahora mismo no me acuerdo y no me apetece buscar la noticia).

Y en estas que han saltado sesudos (y no tanto) opinadores diciendo, unánimemente y sin dar pie a la disidencia o el análisis crítico, diciendo que eso demostraba que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, porque no tiene lógica que España tenga más kilómetros de alta velocidad que Estados Unidos, Francia o Japón. Y uno, que es un poco así, ante el comentario levantó la ceja izquierda...

A ver, no soy precisamente el mayor fan en el mundo del AVE, y soy y siempre he sido claramente contrario a la forma como se están haciendo las líneas de AVE (a costa de congelar las inversiones en ferrocarril de corta/media distancia y eliminar trenes convencionales de larga: No todo el mundo tiene prisa, señores), y aún dando gracias a que se suavizó esa obscenidad ilógica que era el modelo estrictamente radial que impuso Aznar, pero decir que que España tenga un determinado número de kilómetros de vía demuestra que se ha vivido por encima de nuestras posibilidades me parece, como poco, muy osado.

Primero, porque esas líneas se planificaron, empezaron a construir y/o construyeron en su mayor parte en tiempos de bonanza económica, en España y en el exterior, cuando la financiación no era un problema. Segundo, porque el grueso de ese kilometraje está en unir la capital (en el centro geográfico de la península) con varias de las demás ciudades más importantes del país (Sevilla, Barcelona -pasando por Zaragoza-, y Valencia, cojea todavía Bilbo), que casualmente (es lo que tienen la geografía y la historia, son así de putas) están todas en la periferia, unir la capital con Galicia (este está en fase de proyecto/construcción), que es la esquina de la península que se quedaba descolgada, y conectar esas líneas con Francia. Se han tenido que hacer muchos kilometros porque los puntos que era necesario conectar estaban muy lejos. Y tercero, porque la infraestructura ferroviaria española (descontando líneas AVE) es sencillamente PENOSA. No es de recibo que, a estas alturas del curso, para ir de Barcelona a Galicia se tarden más de doce horas, un día para ir a Sevilla, o que se llegue antes en autobús a León o a Madrid que en tren. Es incomprensible. Y ya no hablo de las historias de horror que me cuentan los andaluces cuando tienen que hacer conexiones entre ciudades que no son Sevilla, porque ya son para echarse a llorar. Era imprescindible, y ya, una remodelación del sistema ferroviario español, aunque sea porque como medio de transporte (tanto de personas como de mercancías) en tremendamente más barato que el avión o el transporte por carretera (especialmente cuando en el horizonte no hay más que subidas de precio del carburante). Que no se está haciendo como a mi me gustaría, como entiendo que sería correcto hacerlo? Sí. Que se está haciendo una remodelación de lujo, olvidándose de (y dejando abandonados a su suerte a) los servicios de cercanías y media distancia, y obviando que también es necesario ese tren más cutre, más de batalla, más lento pero con una utilidad y un público objetivo evidente, sobretodo a media-larga distancia (para ir de Barcelona a Madrid me puede interesar un AVE. Para ir a Zaragoza... pues igual me iba mejor un tren convencional, pero que cortase por Manresa en lugar de bajar hasta Tarragona y luego volver a subir)? Sí. Que se están olvidando a las poblaciones intermedias, dejándolas a la práctica incomunicadas por tren? Sí. Que se podría haber hecho (a mi punto de vista) muchísimo mejor? Por supuesto. Pero se está haciendo. Se ha invertido una cantidad ingente de dinero, que en el momento de aprobar la inversión se tenía en modernizar la infraestructura del país. Eso no es vivir por encima de las posibilidades, es cambiar las cañerías de casa antes de que revienten. Que igual te has de hipotecar para hacerlo, pero si dejas que revienten te tendrás que hipotecar MÁS.

Pero es que, además, hay otro punto que todos esos opinadores han pasado por alto: Cuando se construyó la línea Madrid-Sevilla, hubo que comprarlo TODO fuera. Tecnología, trenes, sistemas de seguridad... La línea Madrid-Barcelona ya funcionó con trenes de Talgo. Tecnología española. Y, a día de hoy, nos están comprando tecnología de alta velocidad en Estados Unidos, nos están comprando tecnología de alta velocidad en China, y en el concurso para construir un alta velocidad en Arabia Saudí, entre la Medina y la Meca (4500 millones de euros de proyecto, ahí es nada), donde se presentaron consorcios alemanes, japoneses, británicos... quedan dos participantes: Francia, con un consorcio con Siemens (los papás de la criatura) a la cabeza, y el consorcio formado por Renfe, Adif y Talgo. Es decir, que hemos pasado de ser tecnológicamente dependientes a no sólo exportar tecnología (y eso implica dinero y puestos de trabajo para el país), sino a tratarnos de tu a tu con el cappo de cappi del sector. Un sector que está en plena expansión, y se calcula que ha de crecer aún más. Y eso ha sido posible porque se ha hecho una apuesta estratégica por esa tecnología.

Eso es vivir por encima de nuestras posibilidades? Invertir, incluso hipotecarnos para invertir, en tecnologías de futuro (la alta velocidad, las energías renovables, donde España también es un país puntero), en agarrar por el pescuezo la posiblidad que tenemos de no perdernos también la que parece puede ser la Tercera Revolución Industrial (nos perdimos las dos primeras, nos quedamos descolgados de la tecnológica, y, gracias a los recortes en I+D del muy neoliberal gobierno que tenemos, ya es seguro que nos perderemos la biotecnológica) es vivir por encima de nuestras posiblidades?

Los cojones, hombre...

martes, 8 de junio de 2010

Objetivo Birmania Madrid

Pues eso, que se confirma lo que andaba amenazado por caralibros y tuiters: Que salvo imponderables de última hora (del tipo que me atropelle un autobús, me secuestre un ovni o encuentre trabajo) el próximo día 29 a aquello de las 11 de la noche aterrizaré en Barajas, y permaneceré en el Foro hasta el domingo 4 a aquello de las nueve de la noche (bueno, menos, que a aquello de las nueve tengo que estar en Barajas, embarcando).


Ir voy a hacer un curso (sí, otro, ya, masoca, sí, qué pasa) en la Universidad de Alcalá, que dura miércoles y jueves todo el día, y viernes por la mañana (hasta las dos, según el programa), pero ya que estamos, haré fin de semana. No me quedo en casa de nadie (y ni siquiera he preguntado si podría hacerlo) porque a) no podría corresponder (lo que no me parece justo) y b) quiero libertad absoluta de horarios y movimientos (y estando en casa ajena, por muy buen rollo que haya, como que no. Yo al menos me siento muy incómodo en esa situación). Así que me estaré en una pensión en la zona de Ópera.


Eso no significa que no quiera quedar con gente (en el tiempo que me deje el curso). Eso sí, paso de ir persiguiendo gente, que tampoco voy a estar tanto tiempo. Los que tengan interés en verme, que avisen y veremos como lo combinamos, y los que no, pues otra vez será (y ustedesvusotros sus lo perdéis). Y esto lo digo especialmente por los húngaros, que creo que son los que me quedan más a desmano del centro de la gente con la que tengo relación en Madrid (me encantaría veros, que ya sabéis que se os quiere, pero no voy a veros ni a hacer razzia friki. Si podemos quedar, genial, si no, pues no pasa nada). Bueno, hay un par de personas (o un par de parejas) con las que sí que tengo que quedar sí o sí, pero esto ya lo solucionaré por cauces privados, que a ustedes tampoco les interesa saber de quiénes se trata ni de por qué he de quedar con ellos, cotillas!

Y ya, creo que eso es todo. Dudas, consultas y peticiones del oyente, en los comentarios, al mail o al teléfono. Y disuélvanse, aquí no hay nada que ver.

Pero antes voten a Cereeebros! Que es el último día! Voten! Voten! Voten!

(las imágenes, fotomontajes combinando el Madrid actual y el de principios del siglo pasado, las he sacado de chez Kurioso. Conste)

EDIT: Importante. Para los que quieran quedar, dejo caer así como quien no quiere la cosa que el 1 de Julio es mi cumple. Ejem. Que no quiero decir nada con ello, eh?

martes, 18 de agosto de 2009

Run to the hill

Pues tendría yo que hacer una crónica de la semana que he estao en el pueblo, y poner afotiquis y tal, pero entre el calor, los putos mosquitos de los cojones que me tienen cosido (hasta en la polla, me han picado!) y que este mes esto lo leen cuatro gatos (y comenta sólo uno), pues pocas ganas tengo, la verdad.

Así que me limitaré a poner un vídeo (a ver si sale). Que igual por las Castillas es una cosa muy corriente y estoy yo aquí haciendo el palurdo, pero no lo había visto nunca y me hizo mucha gracia, la verdad. Simple que es uno.

León, avenida Ordoño II a la altura del cruce con la avenida Independencia. Fíjense en el semáforo. Y miren cómo se mueve el muñequito, miren!


Jijijijiji!

jueves, 13 de agosto de 2009

Momentos Kodak (XIV)

Pozo de Campo, Morla de la Valdería, León



Y sí, este año, después de bien bien veinte sin becera, volvía a haber vacas...

(ya otro día si eso me pongo a contestar comentarios y a explicar más cosas, que hoy no hay ganas)

viernes, 5 de diciembre de 2008

Las Crónicas Helvéticas (volumen VI y último)

En episodios anteriores: Hasta ahora todo han sido chorradas. Ahora viene lo bueno!

O no. Porque entre unos que piden discreción, otros que la exigen y otros que pasaban por allí, poca cosa voy a poder contar. Que la abadía donde se hizo la boda (y el pueblo donde estaba) era un sitio fastuoso, especialmente con el ligero enharinado con la que nos la encontramos





que lo que es la boda estuvo muy bien (y hasta aquí puedo leer), que durante la boda se puso a nevar (y cuando digo "a nevar" quiero decir "a nevar"), lo que hizo que ciertas fermosas señoritas que tuvieron la genial idea de ir con sandalias y tacones tuviesen serios problemas para llegar del templo al autocar (lo que nos dio a los caballeros, que quedamos, la oportunidad de quedar como señores)



que en el camino de vuelta ciertas personas que se quejaban mucho de la gente que pone música en el móvil en los transportes públicos se dedicaron a amenizar el viaje con la música (recuerdan lo que dije hace algunos días de una canción que iba a acabar odiando? Pues eso...) de su móvil, que el convite fue de lujo no, de lo siguiente (pese a que quisiera morirme de vergüenza ajena en más de un momento, y hasta aquí puedo leer), y que más de uno y más de dos acabaron con un pedo impresionante (y hasta aquí puedo leer).

Y al día siguiente tocó llevar a desayunar a los que se habían levantado demasiado tarde para llegar al desayuno, nos fuimos a ver el Museo Olímpico (que es una visita que uno se puede ahorrar, la verdad, aunque de para algunas buenas vistas)





Y de ahí a un bar, a esperar a que echasen a los novios del hotel, que los de Madrid y Estupendoprima (la morenaza que decía el otro día) se tenían que volver (respectivamente) a Madrid y Barcelona, y los demás que quedábamos nos teníamos que volver al Swisspueblito. Ellos trajinando cerveza para pasar la resaca, yo no porque ya me habían avisado que iba a tener que conducir. Despedidas, besitos, quedamos para pasarnos fotos... lo de siempre.

Lo del coche. Resulta que como las familias se tenían que estar más tiempo, Estupendo había conseguido un par de coches prestados para que se pudiesen mover a sus anchas. Pero esos coches, una vez pasada la boda, había que devolverlos al Swisspueblito. Y los únicos que quedábamos con carnet de conducir éramos Estupendo y yo. El problema es que yo carnet tengo desde que tengo dieciocho años, pero desde entonces debo haber conducido como cuatro horas en total. Y tengo treinta y uno. Echen cuentas. Yo ya había avisado, pero bueno, de perdidos al río. El caso es que, lógicamente, no estando acostumbrado a conducir, cada vez que tenía que arrancar lo calaba. Y como por allí hay cuestas, más de una vez al ir a intentar volver a arrancarlo en cuesta pues se me iba un poco para atrás. Pero aparte de eso, logré llevar dos coches (en dos viajes, el segundo con Aiax y Estupendosister) sin mayor problema de Lausanne al Swisspueblito. Sin caernos al lago, ni atropellar a nadie, ni nada. O eso creía yo.

Porque, cuando una vez en el Swisspueblito fuimos a acabar de arreglar la casa en la que habíamos dormido los primeros días, nada más salir nos paró la policía y nos hizo ir a comisaría. Porque nos habían denunciado por chocar con otro coche y darnos a la fuga. Concretamente, el coche que conducía yo llevando a Estupendosister y Aiax. Ni Estupendosister, ni Aiax ni yo eramos consciente de haber tocado (mucho menos chocado) con nadie, y nuestro coche estaba perfectamente intacto (vamos, que la capa de polvo que cubría el parachoques estaba intacta), pero aún así acabé en el cuartelillo teniendo que declarar en mi cutre-inglés (aún gracias que los polis también hablaban inglés) sobre lo que había pasado. Al final, visto que nuestro coche no tenía ningún tipo de marca, y que no había habido tiempo material para que pudiésemos repararlo, se pusieron en contacto con el que nos había denunciado (que puso la denuncia por teléfono, ojo!), y entonces y sólo entonces el gachó se dignó a decir que no, que en realidad no le habíamos tocado y que había puesto la denuncia sólo porque le había parecido muy extraño que se me fuese el coche para atrás y luego hubiese seguido sin bajar a ver qué pasaba.

¬¬U

Digamos que hasta aquí puedo leer. Que no tengo ganas de decir otras cosas más feas y más gordas.

Caso cerrado, hasta donde yo se no quedo ni fichado (y si quedo, me la bufa), dejamos a Estupendosister en la estación y nos vamos a casa a cenar, que no nos ha quedao el cuerpo pa' chistes. Se pone a nevar otra vez (y cuando digo nevar, quiero decir NEVAR), casi me escoño al salir a fumar a la terraza (sí, no era mi día) y nos vamos a la cama, que con la tontería estábamos todos muertos.

Al día siguiente nos levantamos y ya no nevaba. Pero se había estado nevando toda la noche...


Zafarrancho de combate. Casta arreglando su casa (porque se iban de viaje también el lunes), Estupendo y Aiax enviando una cosa urgente por correo y comprando imprescindibles de última hora (como comida para el viaje) y yo arreglando la casa prestada, que se había quedado sin arreglar. Me dan un par de cajas de bombones (que aún le tengo que pagar a Aiax, por cierto, recuérdamelo mañana), nos despedimos... Y como iba con tiempo, la intención era dejar las cosas en la consigna y dar una vueltita por el Swisspueblito, pero... se puso a nevar. Y cuando digo nevar...



Así que no me atreví a salir de la estación (que sólo me faltaba ya caerme y romperme algo), y cogí el tren para el aeropuerto.


Lo jachondo del tema es que nada más salir del Swisspueblito no es ya que dejase de nevar, es que no quedaba ni rastro de nieve. A las pruebas me remito.



Y ná, que llegué al aeropuerto, el policía que estaba en la aduana ni me miró el pasaporte, pasé todos los controles con el champú en la mochila de mano (que me había olvidado que lo había metido ahí y me lo encontré ya en Barcelona), dormí todo el viaje... y cuando llegué a Barcelona me encontré con que me habían roto la maleta. El asa del trolley, para ser exactos. Con lo que la compañía de handling me tiene que dar otra (o eso me han asegurado), y como arreglo tener tiene, pues aún salgo ganando una maleta. Tracatrá.

Y creo que con esto ya está todo. En breve este blog volverá a su programación habitual. Permanezcan atentos a sus pantallas...

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Las Crónicas Helvéticas (volumen V)

En anteriores episodios: Ángel se da cuenta de que su amor por Buffy es imposib... uy, no, que me lío!

Cuando ya estábamos en el hotel recibí una llamada de Casta diciendo que los de madrid (léase el matrimonio Corredero de Wang-Kenobi, Soliloco y la Calva) habían llegado ya, y que cómo es que no había ido a recogerles a la estación. Las razones básicas eran tres, a saber: a) Porque ya son mayorcitos, b) porque con el hotel nos regalaban un pase para los transportes públicos de la ciudad, en metro se llegaba en dos minutos, llovía (poco ya, pero llovía) cuando andando era como un cuarto de hora (cuesta abajo, pero llevando maletas y con sus provectas edades, pues...), y los pases de metro los tenía ella, y sobretodo, c) porque estaba cansado de estar todo el día andando y no me apetecía. Pero para que no se diga, en lugar de irme por ahí a darme a la bebida, les esperé frente al hotel en cueros.

Bueno, en cueros llevaba todo el día, que ya he dicho que estaba lloviendo y el llevar pantalones, americana y levita de cuero me permitió llegar a la noche no habiéndome mojado más que los pies y la cara. Y abrigadito. No contaron con mi astusia.

Y fumando espero, fumando espero, tate que se metieron en el hotel sin que yo los viera, y no los localicé hasta que estaban inscribiéndose. Sobre el encuentro, qué contar... Bueno, nada que no haya dicho ya antes el maestro Efedito Efeditez en una de sus fastuosas y fantabulosas tiras a las que ya tardan en aficionarse:


Dejan las cosas en las habitaciones, charlamos un poco, nos llevamos un pequeño susto que no contaré aquí, y ea! A cenar fondué! Esta vez en un restaurante menos chulo que el del día antes, pero en la misma Lausanne, mismo al pié de la catedral. Si recuerdan el capítulo anterior, tendrán en mente la foto de unas bonitas escaleras con tejadito, que subían desde la zona del Ayuntamiento hasta donde la Catedral, y que eran el infierno de subir. No fuimos por ahí.

Fuimos por otro camino, más largo pero más fácil de llegar. Pero como ya íbamos algo tarde con respecto a la hora a la que habíamos pedido mesa, y además se estaban quejando constantemente de que tenían hambre y de que tenían hambre, al final subimos un tramito de escaleras. Nada, cuatro míseros escalones. Y de una escalera bastante mejor de subir. Pero ay, amigo, que allí llegaron el llanto, el crujir de dientes y el "es que yo no hago aeróbicoooo!!!". Mediasnenas todos. Al final llegamos al restaurante (algunos echando el bofe por la boca y cagándose en todo), nos pusimos a cenar... Y empezaron a llegar primos de Estupendo. Y primos de Estupendo. Y primos de Estupendo. Y acabó aquello que parecía el camarote de los hermanos Marx, sólo que en vez de pidiendo huevos duros, pidiendo patatas. Por cierto, que Otto no cumplió la palabra dada y no hizo el striptease al que se había comprometido en el blog de Casta. Sobre su conciencia queda.

La fondué (al kirch) muy rica, los chupitos de licor de Pierre muy ricos, los de kirch menos ricos (pero de alta graduación alcohólica, también), la conversación (en la esquina de la mesa donde estuve yo, al menos) fantástica... Y se puso a nevar. No cuajó más que cuatro copos encima de los coches, pero lo bastante como para que al salir algunos se emocionaran y se pusieran a hacer el cafre como niños de cinco años (y conste que no lo digo porque Estupendo me lanzase un bolazo que, de darme, me hubiese dejado turulato -más- pa' los restos). Nos metimos un rato en un pub cutre (para los estándares de aquí, allí lo mismo es lo más), y pa'l hotel que era tarde. En el camino de vuelta nos perdimos un poco, pero casi mejor. Primero, porque creo que nos dimos cuenta dos, y después porque así fuimos por un camino bastante más plano, que por la cuesta de 45 grados de inclinación que nos habían indicado como el camino más corto, si nos ponemos a bajar a aquellas horas, con aquel índice de alcoholemia (superable, pero alto) y con los adoquines mojados, hubiésemos acabado bajando rodando, sin parar hasta que diésemos con el lago.

Al dia siguiente por la mañana me tocó llevar a los pitufos (léase los de madrid) de compras (tenían que ir al super) y a hacer un poco de turismo (más vistas mientras se levantaban y desayunaban)



así que coje otra vez el metro y tira pa'l centro, mientras me iba dando cuenta de que no volvería del viaje sin acabar odiando una canción que antes me gustaba. Al menos se había levantado muy buen día, a diferencia del anterior. Aproveché para mirar otros sitios bonitos que no había visto el día anterior




para comprobar que si bien la fuente al pie de la falla está fechada en 1726, la falla en sí lo está en 1583 (agranden, agranden...)


para constatar la presencia hispánica en suiza



o lo originales que son ellos por si sólo a la hora de rotular y dar nombre a comercios, como en esta tienda que vendía productos de terror


en el Teatro de la Bulimia


o en esta funeraria de cartel ultranaïf


Y ya con esto nos dimos por vencidos, bajamos de nuevo, nos helamos los huevos un rato paseando por junto al lago (nótese la tormenta al fondo)



y corriendo al hotel a cambiarnos, que se nos echaba encima la hora de la boda!

En próximos episodios: La boda! Por fin! Que largo se está haciendo esto!

lunes, 1 de diciembre de 2008

Las Crónicas Helvéticas (volumen IV)

En anteriores episodios: Nuestros héroes habían vuelto sanos y salvos de los oscuros alpes tras derrotar a la temible Raclette de Gruyères y la no menos temible Nataespesa de los Alpes

Nos despertamos en el Swisspueblito, con un día negro como la pez, frío y lluvioso (con lo que no hay más vistas desde el Swisspueblito). Mi intención era coger el tren a primera hora hacia Laussane, pero Estupendo dijo que nones, que bajábamos todos en coche, vestido de novia incluído. Por el camino tuve que ir mordiéndome la lengua a cada momento para no ir diciendo "para aquí que saque fotos", que fuimos por la carretera del lago y las vistas eran todas preciosas. Muchas viñas, por todas partes. Todas ellas raquíticas, que daban penica. Según Otto es por la forma en que estaban plantadas (que no me acuerdo como se llama, seguro que en los comentarios lo dice), pero bueno. Que diga lo que quiera, parecían ánimas en pena y punto.

Llegamos al hotel,


me inscribo, subo las maletas, compruebo que tengo vistas




(las fotos, por cierto, son del día siguiente a la mañana, que no se que ha pasado que la mitad de las fotos de ese día las he perdido...), me encuentro con una bonita sorpresa en la mesilla de noche


dejo el traje para que me lo planchen (que había llegado hecho un higo, con la tontería) y me voy hacia la estación del tren a recoger a Aiax y L., que llegaba esta mañana y Aiax había ido a buscarla. Y a hacer turismo por la ciudad. Con su ayuntamiento


su fuente fallera


sus escaleras cubiertas (vistas desde abajo y desde la mitad, más o menos)



su arquitectura de tejados alpinos


su catedral (de la que hay que decir que algún día debió ser bonita, pero las restauraciones -tanto la de Viollet le Duc como la que están haciendo ahora- son como para pegarles a los restauradores con un calcetín sudado. Aún así, tiene sitios realmente impresionantes -la entrada lateral, por ejemplo-, y para alguien acostumbrado a la iconografía católica una iglesia tan... desnuda -no tiene altares, ni santos, ni pollas, sólo arquitectura- resulta sorprendente. Y la entrada, con esas cortinas bajo el órgano reluciente, es puritito cabaret)




su Guillermo Tell


Y sus vistas crepusculares sobre el lago.



Y ya de ahí pues fuimos bajando, nos paramos a tomar un café y a comprar regalitos (que por cierto, qué dificil es encontrar una tienda de souvenirs en Laussane, si lo se me los compro en Ginebra y fuera. Por cierto que las turistadas -relojes de cuco aparte- son bastante menos ofensivas al buen gusto y la vista que las que se suelen encontrar por ahí. Hay horrendidades, cierto, pero son las menos), y de vuelta al hotel, que llegaban los Pitufos en bloque.

En general, Laussane muy bien. Más bonita (e infinitamente más viva) que Ginebra. Más paseable, desde luego.

En próximos episodios: Pues más de lo mismo, qué quieren...
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