miércoles, 3 de septiembre de 2008

Cronicas de Barataria (III)

(Nota del Autor: Celebrando -tarde, mal y nunca- el bicentenario de la Guerra de la Independencia, he decidido recuperar esta crónica que escribí y el 15 de Julio de 2003 -antes de abrirme un blog- en la página Loscuentos.net. Vamos, que buscando otra cosa me la he encontrado y me ha hecho gracia revisarla. Y además me salva un post. En el link tienen más crónicas y un par de cuentos sin relación ninguna con lo anterior que publiqué allí mismo. Todo sea por culturizarles un poco, bestezuelas).

Sí, ya se, quieres que te cuente un cuento. Como siempre. Si ya te conozco, ya... Hoy ya me lo he traído preparado. Es otra historia que pasó en Barataria, el cómo se desencadenó la épica y terrible Batalla de Mandril. Verás...

Todo sucedió en la ciudad de Mandril, la capital de Barataria. En aquella época era una gran ciudad, la mayor de toda la isla, con una larga historia que había quedado reflejada en su escudo heráldico: Un mandril con las patas rojas, muerto en el suelo, de cuyo pecho brotaba un manzano. En dicha ciudad hacía ya muchos años que gobernaba un señor (de quien se decía que había sido el inspirador del diseño del escudo), muy amigo del señor Asno, quien, en un momento dado, sufrió un arrebato místico y se internó en un convento de carmelitas descalzas que había a los pies del castillo de If. Eso provocó un vacío de poder, y, como la naturaleza aborrece el vacío, incluso seres tan antinaturales como los políticos decidieron echarle un cable a la Madre Naturaleza para rellenarlo. O para medrar a su costa. Lo que sea primero. Rápidamente se distinguieron dos bandos claramente enfrentados.

Por una parte, estaba la gente del señor Asno, quien, deseando a toda costa mantener el poder en la capital, destinó gran parte del grueso de sus tropas, incluyendo a una antigua Misterio de Educación, Cultura y Otros Desperdicios, conocida mundialmente por haber decidido que un afamado escritor residente en el país era en realidad una pintora impresionista, con el sorprendente resultado que el pobre hombre, a sus años, tuvo que hacerse travestí y apuntarse a un curso CCC de dibujo y pintura por fascículos. Doña Macarena Cóleradedios, que tal era el nombre de tan sabia persona, era la abanderada del Partido Nacional de Barataria, y a su servicio estaban todos los poderes del estado, en especial los de los medios de comunicación públicos, que para eso estaban, y, en especial, y lo mento porque tendrá una importancia capital en el desarrollo de esta historia, se hallaba a sus órdenes el señor Tomillo de Tajada, un humilde trabajador de una copistería de la capital (bueno, en realidad nunca trabajó porque se olvidaba de que tenía que ir, pero eso no fue óbice para que cobrase puntualmente todos los meses), quien, pese a su mala memoria, demostró ser un hábil estratega político.

En el otro lado, se hallaba la temible coalición calatravista-radical (que recibía ese nombre porque seguía las enseñanzas, si bien un tanto descafeinadas, de un filósofo y economista trasnochado llamado Calatrava) que formaban el Partido de la Pancarta y el Partido Ordinarista (que era el más calatravista de los dos). Al frente de dicho partido estaba doña Manolita Sicojas, ampliamente respaldada por el aparato del partido, empezando por su Becario General, el señor Pancartero.

El caso es que llegó el día de la contienda para escoger quien seguiría gobernando. Y, dado que Barataria no era una democracia ni nada que se le pareciese (aunque tuviese el nombre de república, ya te explicado muchas veces que no lo era), se lo acabaron jugando al dominó, que por el nombre les pareció apropiado. Y ganaron los pancarteros, porque la señora Cóleradedios se quedó con el pito doble en las manos. Esto, como podrás imaginarte, no les sentó nada bien a los del Asno, quienes vieron peligrar sus intereses en canteras de adoquines (Sicojas había prometido asfaltar toda la ciudad), y rápidamente urdieron una estratagema para aguarles la fiesta. Así, dieron carta blanca a Tomillo de Tajada para que hablase con dos partidarios, en principio, de Sicojas, y les convenciera de que la coalición con el Partido Ordinarista era demasiado radical y malmasona, y que sus calles respectivas estarían mucho mejor con un adoquinado nuevo con ribeteado de oro. Y ahí se lió la cosa.

Empezó una noche, después de la partida de dominó, en una taberna de mala muerte del barrio de los Alemanias (un barrio de mala nota de la capital), donde el pleno del Partido de la Pancarta estaba celebrando su victoria y haciendo chistes groseros sobre el doble pito de Cóleradedios. Se las prometían muy felices, ay... En estas estábamos, cuando los “conversos”, cuyo nombre no diré básicamente porque no me acuerdo, llamaron a un aparte a Sicojas y, cuando más despistada estaba, le arrearon con un puchero en toda la cara, descalabrándola viva, para acto seguido salir huyendo (en una estratagema muy inteligente, o todo lo contrario) hacia la sede del Partido Nacional. Hubo quien les vio huir y, extrañados, fueron a preguntarle a Manolita si sabía qué es lo que había pasado, encontrándose con el cuerpo maltrecho de la desdichada. Imagínate lo patético de la escena: Pancartero cogiendo a la pobre Sicojas en brazos y saliendo a la calle gritando “Manolita! Qué le han hecho a mi Manolita!?”.

Ahí se desencadenó el infierno. Los de la Pancarta fueron a pedir explicaciones, y los Nacionales les recibieron a adoquinazos y diciendo que la culpa era de Sicojas por ser un zorrón desorejao. Ellos respondieron, y la cosa fue a más, a más, hasta que no quedó un solo adoquín en su sitio en todo Mandril. Y aún se complicó más cuando los calatravistas descubrieron que estaban recibiendo por detrás (golpes, me refiero), y al girarse se encontraron con que quien tiraba piedras contra ellos no era sino Cristiana Alverde, una militante del partido de gran renombre y que incluso había tenido cargos públicos de gran relevancia, quien había perdido el oremus y se dedicaba a tirarles macetas desde un balcón al grito de “esa guarra se merece todo lo que le pase! Ella me quitó el amor de Pancartero! Perraaa!” Como puedes imaginarte, todo era fruto de un ataque de cuernos porque había intentado, sin éxito, ser ella la abanderada de los Pancarteros en Mandril, puesto que había acabado logrado Manolita.

La batalla duró casi medio año, sin cuartel ni piedad, hasta que, agotados los adoquines de la ciudad (incluso se habían desmontado un par de iglesias barrocas para usarlas como artillería pesada), se llegó a un acuerdo para hacer una nueva elección. Pero en esta ocasión, Cóleradedios logró forzar que la partida fuese a un juego de más alta alcurnia (así jugaba con ventaja, ya que ella era de una familia de rancio abolengo, por no decir que era simplemente una rancia, mientras que los pancarteros eran todos unos desarrapados del populacho). Esta vez, se lo jugarían al backgammon.

Que quien ganó al final? Bueno, eso es otra historia y ya es muy tarde. Venga, a dormir que mañana tienes que madrugar para ir al colegio. Venga, así, bien arropadito, no me cojas frio. Y que no te coman las chinches.

Hace 309 posts...

15 comentarios:

nanyu fonseca dijo...

que fuerte! ya eras asi hace años...

Sota dijo...

Por supuesto.

Por qué tendría que haber cambiado, si soy perfecto?

Soliloco dijo...

Fijate.. que no se yo, no se yo... pero que igual este cuento es como las pelis esas de la sobremesa

No por la calidad, sino por lo de inspirada en hechos reales

Sota dijo...

Uy.

No se de dónde has podido sacar esa absurda idea, Soli...

Will dijo...

A las barricadas!!!!

Sota dijo...

Por el triunfo de la confederación!

Soliloco dijo...

Ya, no se... no estoy mu fino últimamente :P

Fet dijo...

¿Puedo comerme las chinches?

Sota dijo...

Soli, si ej que... Tanto vicio, tanto vicio...

Fet, no. Que luego engordas.

starfighter dijo...

Esto lo soñaste tras una noche de juerga, venga confiesa...

Corredero dijo...

Viva la novela costumbrista!!!

Sota dijo...

Star, pues no se si fue justo antes o justo después, pero probablemente.

Corre, viva!

Shanks dijo...

Oye, pues podrías explicar más cuentos/historias de estos, no? Como la cita, o los ahostiables...
Qué bien escribes, jodío!!
:)

Sota dijo...

Shanks, me hará usted enrojecer...

Anónimo dijo...

No nos basta con saber el nacimiento del mito.

Queremos saber más¡¡¡

Por cierto mi Plataforma Pezonas se ha hecho famosa en Francia.

Queremos saber la verdad sobre la paternidad de Asnar¡¡¡ (no es broma, mirad el vídeo)

http://www.lexpress.fr/actualite/politique/aznar-dati-anatomie-d-une-rumeur_559218.html


Espero que no me denuncie la Fundación FEAS

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