martes, 31 de mayo de 2005

10' 17''

Leo en uno de estos periódicos gratuitos que dan en el metro que alguien ha hecho un estudio que demuestra que el tiempo que se puede dar de margen a partir de la hora fijada para considerar que alguien llega tarde es, exactamente, de diez minutos con diecisiete segundos.

Era únicamente un breve sin más información, y tampoco no he hecho más investigaciones al respecto para saber de dónde ha salido, pero la noticia es curiosa. Para empezar, porque la noticia ha salido en martes, cuando este tipo de noticias (las de estudios científicos) suelen salir en jueves (básicamente, porque es el dia en que salen al mercado Nature y Science, las principales -o al menos, las más populares- revistas científicas), aunque eso no implica nada (la "noticia" es una chorrada y pueden haberla tenido en la nevera durante meses, ves a saber cuándo salió publicada y dónde). Para continuar, porque me anulo, me atribulo y mi horror no disimulo al pensar que se ha encontrado financiación para hacer ese estudio y, en cambio, el grupo multidisciplinar de Madrid que parece ser ha encontrado un método de detener el crecimiento de las neoplástias (los cánceres) se ha tenido que pagar el 80% de los estudios de su bolsillo, pero en fin. En tercer lugar, porque no se me ocurre una metódica que permita llegar a establecer con tal exactitud (lo que me ha matado no han sido los diez minutos, sino los diecisiete segundos) una variable tan subjetiva como esa.

Porque a ver, ese es el tiempo para considerar que alguien llega tarde... dónde? Y en qué circunstancias? Porque diez minutos cuando quedas con un colega para tomarte una cerveza no es nada, pero cuando vas al cine, llegar diez minutos tarde es una eternidad. En una entrevista de trabajo puede ser motivo para que te tumben antes de abrir la boca, pero en la cola del médico, donde nunca te atienden a la hora, no viene de ahí. En una reserva en un restaurante no importa, pero si se trata la hora de despegue de un avión, el llegar diez minutos tarde puede ser un desastre. De igual manera, no es lo mismo diez minutos en función de qué lado de la ventanilla estés. Probablemente, al piloto del avión no le va a venir de ahí (lo peor que puede pasar es que pierda el slot y tenga que esperar a otro). Y no creo que sean lo mismo diez minutos en Suiza que diez minutos en España, por cuestión de carácter y costumbres. Y de comparar una sociedad civilizada con los bárbaros del norte, claro...

En cualquier caso, si hemos de hacer caso a ese estudio, está claro que, salvo en temas MUY formales (entrevistas de trabajo, viajes en tren o avión) soy un perfecto tardón que va siempre corriendo porque llega tarde, como el conejo de Alicia. Y aún así casi siempre me hacen esperar...

1 comentario:

Spaulding dijo...

Aunque no venga demasiado a cuento con su post (aunque tendría que llegar con cierta puntualidad),le invito a pasarse por mi página para responder, desde la suya, a una encuesta. Lo siento, Excelencia... pero le ha tocado.

Powered By Blogger