Las diez películas de terror a reivindicar en cualquier circunstancia por cualquier persona con un mínimo de coherencia, buen gusto y ganas de que no despertarse cualquier dia de estos con una cabeza de caballo cortada entre las sábanas (en mi humilde opinión, que como tal es la correcta y no acepta discursión alguna. Eso sí, la lista está abierta a cambios y se aceptan sugerencias) son:
1.- En compañía de lobos (The company of wolves, Neil Jordan, 1984). Por perversa. Por ser el cuento de caperucita de verdad. Por la mejor transformación en hombre lobo de la historia del cine. Porque sale Ángela Lansbury. Por la escena de la muerte de Ángela Lansbury. Por las cejas unidas en forma de V.
2.- Jóvenes Ocultos (The lost boys, Joel Schumaker, 1987). Porque son vampiros que se comportan como se comportarian los vampiros. Por la canción de the Sisters of Mercy. Por el bol de arroz que se convierte en gusanos. Por el amigote gilipollas. Por el abuelo que lo sabía todo. Porque a mi me gusta, qué pasa.
3.- Pesadilla en Elm Street (A nightmare on Elm Street, Wes Craven, 1984). Por el mejor villano carismático de la historia de las stab movies. Por un guión sólido y coherente. Por los efectos especiales. Porque da mal rollo. Por freudiana. Porque es la única saga de la época que dio lugar a secuelas que no incitaban al llanto y el crujir de dientes. Por la cancioncita de los niños, que se clava en el cerebro y no quiere salir.
4.- La noche de Walpurgis (León Klimowsky, 1971). Por cutre, y sin embargo, bonita. Por la cruz de Mayenza. Por las vampiresas en deshabillé rodadas en noche americana con ralentí. Por el castillo. Por los nombres imposibles de director, actores y personajes. Porque la ví con trece años, en casa de mis abuelos, una noche de luna llena con un viento que se te llevaba y fiebre, y esas cosas marcan.
5.- La máscara de la Muerte Roja (The masque of the Red Death, Roger Corman, 1964). Por estar basada en el mejor cuento de Poe, parecerse a él como un huevo a una castaña y sin embargo serle totalmente fiel. Por un Vincent Price tocado de la mano de dios (o del diablo). Por la muerte leyendo el tarot. Porque sale Hop Frog. Por el diseño del palacio del Príncipe Próspero. Por el disfraz de la Muerte Roja. Porque demuestra que no hace falta gastarse tropocientos mil millones de dólares en decorados hechos por ordenador, sólo unos focos de colores debidamente dispuestos. Por la Santa Compaña de muertes de colores.
6.- La novia de Frankenstein (Bride of Frankenstein, James Whale, 1935). Por el peinado y la forma de gritar de Elsa Lanchester. Por los dos enterradores. Por los homúnculos del doctor Pretorius. Por los comentarios fuera de tono de la campesina vieja. Por el glorioso blanco y negro. Porque el Frankenstein de Kenneth Branagh hubiese hecho buena cualquier cosa en comparación. Porque es sencillamente perfecta.
7.- La noche de los muertos vivientes (Night of the living dead, George A. Romero, 1968). Por la doble lectura. Por la doble lectura de la doble lectura. Por la niña zombie. Porque apenas si sale sangre, y maldita la falta que le hace. Por el final seco, cruel y desesperanzador. Porque gracias a ella sabemos cómo tratar con los zombies. Por el primer ataque de un zombie en el cementerio. Porque no hay motivo, y si lo hay no importa. Porque muere hasta el apuntador. Porque las pelis de zombies siempre dejan muy mal cuerpo. Porque es creible, y eso deja peor cuerpo todavía.
8.- Los Pájaros (The Birds, Alfred Hitchcock, 1963). Por irreal. Por surreal. Por hiperreal. Porque al final no hay ningún virus mutante ni ningún científico loco detrás. Por el ataque sobre la cabina de teléfonos. Por el cadáver al que se le han comido los ojos. Por las escenas en silencio absoluto, y las escenas con los trinos. Porque después de verlas, una bandada de palomas puede hacerte estremecer.
9.- Remando al viento (Gonzalo Suarez, 1988). Porque cuadra perfectamente con La fuerza de su mirada de Tim Powers. Por la caracterización de la Critura. Por los paisajes. Por Venezia. Por la jirafa en el palazzo. Por la forma en que Byron trata al Patriarca de Venezia. Por Bibí Andersen. Porque no es bueno dejar al perro fuera de casa cuando llueve.
10.- Angustia (Bigas Luna, 1987). Porque da lo que promete el título. Por Zelda Rubinstein. Por la película dentro de la película dentro de la película. Porque los ojos dan muy mal rollo. Por las espirales. Porque fue injustamente maltratada y olvidada.
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6 comentarios:
Mmm el terror no es un género que me haya llamado mucho, no obstante me permito sugerir un título que me hizo cagalme al verla de pequeño y otro que me "afectó" más de lo que querría reconocer, ya de mayorcito: Al final de la escalera y Ringu.
Buena lista, si señor, aunque yo hubiera añadido cosas como Un Hombre Lobo Americano en Londres (aunque a ratos es más comedia que otra cosa), Al Final de la Escalera, El Exorcista y puede que alguno de los Drácula de Christopher Lee.
Y también El Regreso de los Muertos Vivientes, de O'Bannon, que demonios... ¿porque estas listas solo pueden ser de diez y no de 20?
Ummm! la cancion de la q hablas de LOST BOYS diria yo q no es de Sisters of Mercy, mirare la bso en casa pero diria q ese grupo no sale pa na en ella... q gran pelicula y q refe a Peter Pan tan maja oye XD
Kraken, porque el post se llama "diez". Si se llamase "veinte" pondría veinte películas. Y aún así me dejaría cosas fuera, así que...
Anónimo, la canción que sale al principio de la peli NO es de Sisters. La de Sisters (Cry little sister, con coros de voces blancas) creo que sale sólo en los títulos del final.
Yo añadiría, sin lugar a dudas, un par más: La Profecía y Suspense (la de Jack Clayton)... y eliminaría de un plumazo La Noche de Walpurgis... Esa queda para lo del cine basura.
Ey, a mi me gusta!
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