N2

N₂. Nitrógeno molecular. Gas. Incoloro, inodoro, insaboro, prácticamente inerte. Compone aproximádamente el 78% de la atmósfera terrestre. Su nombre significa generador de nitratos, sales de ácido nítrico (aqua fortis). La mezcla de nítrico con clorhídrico da el aqua regis, que disuelve el oro.

No siempre se llamó así. Cuando Rutherford lo destiló por primera vez del aire, lo llamó aire fijada o aire nociva, porque vio que las plantas, en atmósfera de nitrógeno, se marchitaban. Scheele, Cavendish y Priestley, que lo descubrieron por su cuenta en la misma época, lo llamaron aire quemada o aire flogísticada (el flogisto, que gran invento, que gran deux est machina de la ciencia). Lavoisier, otro que también estaba en el ajo, lo llamó azote. Nada que ver con azotar (propinar azotes, golpear repetidamente). Aún hoy en dia, en francés se le llama azote. La RAE reconoce para el castellano el término ázoe como sinónimo de nitrógeno, y lo derivados del nitrógeno se llaman, genéricamente, azóicos. Azote. Ázoe. Del griego αζωτος. "Sin vida". Porque cualquier ser vivo puesto en atmósfera azóica acaba muriendo más pronto que tarde.

Soy nitrógeno.

Pálido, sin perfumar, soso. Sí, eso también. Pero básicamente, sin vida. Tengo que defender un máster experimental del que ni mis propios profesores tenían conciencia que era un máster experimental antes de fin de mes. Lógicamente, no está acabado de redactar aún. Y todo el mundo (incluso las profesoras que me han tocado de tribunal) me dicen que no me mate, que lo de que sea un máster es más un paripé para justificar un tipo de contrato (que me era más conveniente a mi y más conveniente a ello, y eso es cierto), y que total, ya saben todos los del departamento (porque lo han sufrido) el trabajo que he hecho. Que escriba algo para salir del paso y cubrir el expediente, y listos.

Pero no puedo.

No se.

Las cosas, o se hacen bien o no se hacen.

Y me encaparro en escribir algo con cara y ojos, algo bien hecho, y como no logro hacer nada que me convenza lo rompo y vuelvo a empezar. Y el tiempo se me echa encima, y este mes de enero entre enfermedades, entierros y operaciones el tiempo ha ido muy justo. Y saco tiempo debajo de las piedras y anulo la poca vida social que tenía (prácticamente inerte), reduciéndola casi a navegar espasmódicamente de link en link dejando comentarios en blogs cuando me dan ataques de ansiedad y desesperación, y abandonando blogs y foros que seguía con deleite porque me robaban mucho tiempo. Y duermo poco y mal y sin descansar. Y encima a mi el frio me sienta fatal, y me cargo de electricidad estática como un generador de Van Graff y no hay forma de mantener el pelo (que ha llegado a esa longitud que es demasiado largo como para pasar sin peinarlo, pero demasiado corto como para mantener el peinado) en su sitio y la cartelera tanto de cine como de teatro se me va llenando de estrenos que quiero ver y que no tengo tiempo y me encallo en la lectura de "La familia Vurdulak" de Tolstoi (no, León no, Alexei, el hermano) y me dan ataques de fotofobia y se me pela la cara y el oro se disuelve en agua regia.

Y me convierto en un malqueda, me olvido de los papeles, se me pasan de largo los cumpleaños de los amigos (lo siento, Toni, de verdad, y lo sabes), y me olvido de llamar a amigas que se pueden haber quedado aisladas por las nevadas y que, conociéndolas, eso puede haber tenido el mismo efecto que encerrar a un tigre albino en un lavabo (lo siento, Maria; lo siento, Itziar), y felicito tarde, mal y nunca a amigas que se han sacado una plaza de funcionaria (lo siento, Urui), y cuelgo cada dia en el blog un post en el que no digo nada y lo convierto en una especie de Selecciones del Reader's Digest, copiando cositas de aquí y de allá.

Y exploto por el sitio más ridículo por el que podía explotar y acabo escribiendo este post absurdo que me ha costado un tiempo que no tengo porque es lo más parecido a un derecho al pataleo contra mi mismo que me queda.

Soy nitrógeno.

No tengo vida.