Lento pero seguro. Uno puede tener tantos defectos como sean capaces de imaginar, pero entre ellos no está, en ningún caso, el de no tener palabra. Valgo lo que vale mi palabra, y, nenes, yo valgo mucho. Y cuando doy la palabra, la cumplo. Y eso es extensible a este blog. Eso, por supuesto, no significa cumplirla inmediatamente. Las cosas, o se hacen bien, o no se hacen, y ya saben que lo bueno se hace esperar. Y como me parece que me he quedado ya sin lugares comunes aplicables, vamos al turrón, vale?
La cosa es que hace algunos meses, en una conversación intrascendente debidamente regada de alcohol (habíamos empezado a beber a aquello de las doce del mediodía y debían ser sobre las seis) me preguntaron sobre qué música escuchaba. Vale, la pregunta muy original no era, y además la respuesta no es precisamente fácil, porque escuchar, lo que se dice escuchar, escucho de todo. Vale, hay cosas que me hacen huir como de la peste, como La Oreja de Van Gogh, El sueño de Morfeo, Maná o el Walking on sunshine. En los dos últimos casos por motivos personales, más que otra cosa (bueno, en el caso de Maná también por motivos musicales), y en los dos primeros por motivos obvios (que son una mierda pinchá'n un palo). Aparte de eso, cualquier cosa es aceptable, en determinadas circunstancias, compañías, lugares y estados de consciencia alterados.
Como con esto (la versión resumida, por supuesto no le solté toda esa perorata, que estaba yo ya un poco perjudicao también a esas horas) no se dio mi (agradable) audiencia por conforme, concretaron más la pregunta a "qué musica usas para follar". Y quedaron como el culo, claro, porque demostraron que no se habían leído (ejem!) este post, que era relativamente reciente. Así que quedamos en que algún dia, con más tiempo, menos ruido y la cabeza un poco más clara, explicaría mi teoría al respecto largo y tendido. Nobleza obliga, y a ello vamos, aunque para ello tenga que enmendarme la plana (parcialmente) a mi mismo, porque me he dado cuenta de que incluí un error conceptual grave.
Sostengo la mayor. Para follar, no se debe usar música NUNCA. En el peor de los casos, radiofórmulas de estas sin noticias (que pueden destrempar a cualquiera) ni presentadores (que a veces son más destrempantes aún que las noticias). La música, cualquier música, marca un ritmo, una cadencia, un tempo que, instinstivamente, se tiende a seguir. Si, encima, te conoces (tu la pareja de turno) el tema en cuestión, puedes verte venir dónde vienen los cambios de ritmo. Y no se cómo lo ven, pero follar mientras sigues una coreografía es muy triste. La gracia (una de ellas) está en los cambios de ritmo (también de postura, pero ahora hablábamos de ritmo) más o menos inesperados por al menos una de las partes implicadas, y en seguir el ritmo que te pide el cuerpo (literalmente, además), no el que te marque una base rítmica de fondos. Recuerden: llevarse a alguien al catre no significa condenarse a galeras. Que si no, mal vamos.
En cambio, en los previos al polvo la música ambiental sí puede ser muy importante. Y entíendase por "previos" cualquier cosa que quede entre el postre de la cena (supongamos el clásico polvo nocturno, aunque conviene recordar que para follar, cualquier hora es buena) y lo que viene a ser el polvo en sí. Pero, como siempre, la cosa depende de la situación y de la(s) persona(s) implicada(s). Y aquí viene cuando digo que me enmiendo la plana, porque si en el meme previamente enlazado abogué por los boleros, una vez repensado el asunto, me tengo que desdecir. Y es que los boleros, en general, presentan dos problemas graves: uno, que suelen ser cantados en castellano, y por tanto la letra se entiende. Y dos, que esas letras suelen ser la cosa más triste, traumática y arrastrada que te puedas echar a la cara. Y claro, estar dándote el lote con alguien, que suene de fondo "teatro, lo tuyo es puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro" (Puro teatro, de La Lupe), o, peor aún, "te odio, te odio tanto, que yo mismo me espanto de mi forma de odiar" (Bravo, de Olga Guillot), ambos dos bolerazos que quitan el sentido, pues como que no es plan, no nos engañemos. Por supuesto, hay excepciones, como el (ideal para desnudar a alguien) Bésame mucho (por ejemplo, en la fantástica versión de Cesárea Évora), Bolero, bolero, de Celia Cruz, La Mentira, en versión de Ana Belén, Lía, también de la misma o La gloria eres tú (recomiendo la versión de Lucrecia. Qué coño, recomiendo todos los boleros de Lucrecia, que lástima que haya dejado de cantarlos). Y en el mismo saco, y por los mismos problemas, meto las coplas (salvando cosas como Y sin embargo, te quiero, en qualquier versión), y los tangos (aunque A media luz, por supuesto y sobra decirlo tratándose de un tango, cantado por Gardel, es más que adecuada). El tango, además, tiene un problema añadido, y es que tiene el baile más intrínsecamente erótico que la humanidad haya sido capaz de crear (no en vano es un baile de burdel)... pero hay que saber bailarlo, porque si no es un rompepiernas. Y recuerden que la idea era acabar follando, no en urgencias.
Desligándonos de los géneros, digamos, clásicos, y entrando más en lo que serían los terrenos del pop (sea lo que sea eso, que no lo tengo yo demasiado claro), la cosa no es que se clarifique demasiado, tampoco. Porque lo suyo es encontrar temas que inciten al tocamiento, el rozamiento, la intimidad y el intercambio de fluidos. Que tengan, en fin, un punto erótico. Descartados engendros como la lambada (y hablo del baile que la acompañaba, no del tema en sí, que está bien) o esa especie de hijo tonto y feo que le ha salido que es el reaggetón, que son cualquier cosa menos incitantes al sexo (si hablásemos del asesinato de masas, ya es otra cosa), nos queda un universo. Uno, en principio, se decantaría por baladas, pero no me atrevo a escribir tal cosa. Porque, para empezar, si dices "balada" a alguien se le puede venir a la cabeza el Vivo por ella de Bocchelli-Sánchez (y a ver cuánto tarda alguien en hacer un chiste con el "poyeya"), y cuando yo hablaba de "intercambio de fluidos" no me venía a referir a vómitos, precisamente. Baladas, como tal, para lo que nos interesa, las de Scorpions y gracias. También en guitarreo suave, Steve Vai tiene algunos cortes más que interesantes para el tema, como Whispering a prayer o In my dreams with you (y no les pongo más nombres porque no encuentro los discos, cagontó, pero haberlos haylos). En general, las baladas heavys van muy bien, porque tienen ese punto agrio que hace que no puedan llegar a ser empalagosas.
Más. Reggae light. Cosas como el Red, red wine de los UB40 o el No woman, no cry de Marley (vale, esta no es light, precisamente, es reggae puro y duro). Blues, soul y, en general, cualquier cosa donde haya largos solos de saxo (no me pregunten por qué, pero el saxo es el instrumento sexualmente más excitante, del mismo modo que el violín el más irritante), y aquí incluyo (aunque sea de rondón) cosas como el Smooth operator de Sade o el Deseo Carnal de Alaska y Dinarama. Y como géneros, poco más.
Insisto, la cosa es muy personal e intransferible y depende mucho de quienes estén implicados y del tipo de sexo que se pretenda realizar. Personalmente, considero que una de las canciones con mayor carga erótica subyacente que se haya escrito nunca es el Lullaby de The Cure. Me pone y me hace venir ideas pecaminosas a la mente, raro que es uno. Pero también serían válidos el Perfect day de Lou Reed (para una cosa suavita y romanticona), el Sinceramente tuyo de Serrat, el You're still the one de Shanya Twain, el Love song for a vampire de Annie Lennox, el Missing de Everything but the girl, el Flamboyant o el Se a vida é de Pet Shop Boys, el Under the Gun o el Temple of Love de The Sisters of Mercy, el Army of me de Björk o, ya para un polvo de aquellos que al dia siguiente tienes que inyectarte nolotil en el nervio óptico para poder caminar, la versión del Lay, lady, lay o el Thieves de Ministry. Por poner algunos, y nótese que he ido haciendo un crescendo en cuanto a la intensidad de lo que vendría a ser el acoso y derribo mútuo.
Pero en el fondo todo esto no es más que un pourparler. Oigan, que si han llegado a la (hagamos un símil absurdo) "parrilla de salida", y se tienen que poner a escoger minuciosamente la música que ha de sonar durante el precalentamiento, casi que lo dejemos correr. Eso suponiendo que no les dejen a ustedes con los cedés en la mano y el aparato reproductor (sutil a la par que elegante juego de palabras) listo para trabajar y teniendo que tocar para si mismo. Y sería muy triste, no creen?
La DGT vigiló comidas y cenas de Navidad.
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*“Placaje” a comidas y cenas de Navidad.*
La Dirección General de Tráfico (DGT) puso en marcha a partir del pasado
lunes, 16 de los corrientes, una campa...
Hace 11 horas
14 comentarios:
Ese color verde en el titulo le da mil patadas a la estetica del blog.
No leo porque mis ojos han sufrido daños.
Bechis.
Ecleptica.
Sí, choca.
Igual quedaba mejor el degradado en gris como la foto del tintero y la pluma de la cabecera.
(sigh!)
Todos se creen críticos...
Army of me?
Hombre, si me dices todavía All is full of Love o Hyperballad...
Igual me he perdido algo pero mira que, con lo que me gusta Bjork; Army of Me me irrita sobremanera...
Army of me, army of me... Y el Du Hast de Rammstein también. Para sesiones durillas, eso sí.
Mira, la vena industrialoide me sale por ahí...
Sota, voy con algo de prisa, por eso no comento nada referente al post.
¿Podrias recomendarme algun chocolate del Lidl? Gracias.
El color rojo no duele tanto a la vista como el verde, pero el nuevo dibujillo de la derecha no se vé muy bien lo que es.
Un poco de espacio a la izquierda de la primera letra también quedaría bien.
Antonio, m'has matao. El negro fondant, sin leche ni frutos secos ni hostias. El papel es amarillo con letras marrones.
Urui, cómo te lo diría... GROARG!
Pero hijo, ya se que el chocolate supremo es el que nombras en el blog de Urui. Lo que ocurre es que, como nombras al Lidl como atesorador de chocolates pasables y a este lo tengo mas cerca, pues de ahi la pregunta. Ya se que el Lidl no es el rincon del gourmet, corcho ;)
Respecto a musicas, coincido contigo en que en el polvodromo la musica la han de poner los 2 contendientes.
Y a proposito de tus post sobre libros, ¿que opinas de Perez-Reverte?. Yo los he leido casi todos, y "El club Dumas" y "La tabla de flandes" estan bastante bien.
No, no y no, señor Embajador. Se lo consiento todo menos decir que un violín es irritante. El violín es uno de los instrumentos de sonido mas bonito que existen.
El problema, querido embajador, es que el violinista debería ser capaz de tocar ese violín, cosa que la mayoría de veces no sucede. Mas que tocarlo, lo maltratan.
Se lo digo yo, que soy violinista desde hace quince años y he visto suficientes violinistas buenos como para saber de que hablo.
A ver si voy a tener que presentar una queja a la Embajada...
Antonio, este post no versa sobre chocolates ni sobre Arturo Pérez Reverte. Ya te contestaré otro día.
Pryrios, el violín hace el mismo sonido que un gato arañando una pizarra. Es irritante. Que puede generar músicas bellísimas? No se lo discuto. Pero mil veces mejor un cello o un contrabajo que un violín. Tampoco soporto a las sopranos, si le sirve de algo. Por cierto, me llama usted embajador. Embajador. Que le den paseillo!!!
¿Es que ahora te han ascendido a otra cosa? Pensaba que eras el embajador de la República... Oo
¿No serás por casualidad el Rey ahora, no? :P
Por cierto, señor emb... señor Sota, apuesto a que podría ponerle a según quien tocando el violín por las cuerdas bajas y no sería usted capaz de decirme si lo que sonaba era en efecto un violín o un violoncelo...
Que no, que no le dejo tener a usted razón con lo referente al violín y punto, y eso que en muchas otras cosas se la doy xD
Sobre lo primero, véase el post del 21 de Agosto.
Y sobre lo segundo, no. Cuchillas arañando cristales. Y no me lleve la contraria.
Quien le entienda a usted que lo compre, majestad.
Veo que hemos llegado a un punto donde nuestras opiniones serán irreconciliables. Espero que esto no desemboque en un conflicto entre monarquias :P
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