domingo, 16 de enero de 2005

Bárbaros del norte

Pensaba seguir hablando de ciencia, centrándome ahora en las paridas luminosas pseudocientíficas que suelen soltar por sus boquitas los publicistas (que ya les digo yo que el tema tiene miga...), pero he cambiado de idea. Y es que esta tarde me he estado mirando el periódico, y me he puesto de muy mala leche.

Reconozco que no me he leido el artículo, sólo el titular, así que igual algo de lo que digo no es exacto, o, directamente, se parece a la realidad como un huevo a una castaña, pero me había puesto ya de bastante mal café con una noticia previa (resulta que hay sectores en el Vaticano que quieren canonizar a Pio XII, conocido simpatizante y colaboracionista del nazismo, y, para salvar este pequeño punto negro en su historial, han empezado a difundir informaciones según las cuales había un plan por parte de Hitler para secuestrale, todo ello cuando los alemanes ya estaban en retirada en Italia y los aliados -y la resistencia italiana, que, a diferencia de la francesa, parece ser que sí existió, aunque, a diferencia de la francesa, nadie hable de ella-, porque suponía un peligro para sus planes de conquista, que incluian el eliminar el cristianismo para substituirlo por el nazismo como religión. No, no es el argumento de una serie B cutre de principios de los ochenta, por más que lo parezca, lo sueltan así y se quedan tan anchos. Y con esto quieren demostrar que Pio XII en relidad no era tan malo, pese a haberse lavado las manos cual Poncio Pilatos sobre la matanza de seres humanos en los campos de concentración y haber ayudado a altos jerifaltes nazis a escapar a Suramérica, y más aún, que era un santo varón, porque Hitler, que este sí que era más malo que los hermanos Malasombra, quería secuestrarlo. Con dos cojones, un palito y las llaves de san Pedro), me había puesto ya de bastante mala hostia, decía, como para seguir leyendo.

Elipsis narrativa. Napoleón, además de por ser bajito, megalómano, gran estratega y todas esas cosas por las que es conocido, ha pasado a la historia por ser un bárbaro que hizo prácticas de puntería de sus cañones contra la Gran Esfinge, aplicándole un tratamiento de rinoplastia que para sí lo quisiera Barbra Streissand. Del mismo modo, tanto turcos como venecianos han pasado a la historia de la infamia cultural por haber convertido en Partenón en polvorín (curiosamente, siempre se obvia que los ingleses lo volaron por los aires, pero bueno), y romanos y árabes por haber ido quemando, por turnos, los fondos de la Biblioteca de Alejandría. Más recientemente, los Serbios se apuntaron al club escogiendo como primer objetivo a atacar en la guerra de los Balcanes la Biblioteca Nacional de Sarajevo (probablemente la mayor biblioteca que había logrado reunir la humanidad, por tamaño y fondos, tras la mítica alejandrina), y los talibanes fueron demonizados (y con razón, pero quizás esa fuera la menos importante de las razones) por destruir los grandes Budas Bamiyan, en Hazarajat. Bárbaros todos ellos, en la plena y completa extensión del término.

Pues parece ser que, en su ocupación de la Mesopotamia, los ejércitos de Bush necesitaban un polvorín. Un sitio donde guardar las armas con las que ir bombardeando (siempre por error, por supuesto) a la población civil. No soy militar, a dios y mis neuronas gracias, pero me imagino que decidir la ubicación de un sitio así no tiene que ser simple. Ha de estar bien comunicado, de forma que las tropas puedan acceder a él, pero a su vez se ha de poder controlar perfectamente quien entra y quien sale, que luego vienen los siegos terroristas, te roban el material y te montan un Cristo (y quien dice un Cristo, dice un Mahoma o incluso un Abraham) por un quitame allá esas pajas, como que hayas acribillado a su hija cuando iba a buscar agua por haberla confundido con un Saddam Hussien cualquiera. Además, teniendo en cuenta que estás en un terriorio ocupa... liberado, que diga, hay que ir con pies de plomo de no herir susceptibilidades políticas o religiosas, porque tampoco es plan (a estas alturas) de quedar como los malos de la película. Parece de cajón que el respeto por los bienes culturales del ocupado debería ser exquisito, que no se crean que hemos venido aquí por intereses puramente crematísticos, cuando en realidad les estamos matando por su bien, para ayudarles y traerles la Democracia. Y no hay que olvidar el Feng-Shui, es muy importante que esté todo situado siguiendo las indicaciones de Feng-Shui, que si no podría pasar que la armería acabese convertida en un foco de mal rollo que pusiese nerviosa, soliviantase o incluso atemorizase a la población, que es algo que, bajo ningún concepto, queremos. Verdad?

Con estos presupuestos, y partiendo del hecho de que hablamos de la Mesopotamia, cual sería el sitio ideal para guardar las armas? Uno de los, al parecer, infinitos palacios que tenía Saddam? El agujero donde no estaban escondidas las armas de destrucción masiva (que esa es otra...)? Algún edificio medio abandonado, o abandonado del todo, porque sus habitantes huyeron durante los bombardeos, o, directamente, han muerto?

Parece ser que la elección final ha sido la última. Con un ligero matiz, que sus habitantes llevan MUUUUUUCHO tiempo muertos. O, al menos, eso espero, porque si no el susto, cuando vuelvan de comprar tabaco, va a ser mayúsculo. Porque el sitio donde han colocado la Santabárbara del portaaviones sobre medio oriente en que han convertido Irak (de algo me tendría que servir escuchar tertulias políticas, lo de definir Irak como "poortaviones" me ha permitido hacer el juego de palabras entre el título del post y lo de "Santabárbara", que es donde se guardaban armas y pólvora para los cañones en un barco...) ha sido, como no podría ser de otra manera, las ruinas de Babilonia. Una de las ciudades más antiguas del mundo. Un icono cultural, político y religioso en occidente. La cuna del código de leyes más antiguo que se conoce. Una localización bíblica (y de esto tendría que tomar buena nota el cristino renacido de George W. Bush).

Y las han dañado.

Irremediablemente.

Bárbaros del norte. Infames bárbaros del norte. En toda la plena y completa extensión del término.

1 comentario:

Urui dijo...

Metieron tanques.

Eso nunca ha sido bueno para las estructuras ni para los suelos.

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