Dije ayer que hoy seguiríamos hablando de piratas. De piratas fantasmas, además. Concretamente, de Los piratas fantasma, de William Hope Hodgson. Un autor y una novela que no me sonaban absolutamente de nada, pero que me encontré en las estanterías de Gigamesh, por poco más de seis euros, en plena orgía consumisto-bibliófila de Sant Jordi, con una recomendación en contraportada del mismísimo Lovecraft (que la ponía como la novena maravilla hecha novela). Y claro, Sant Jordi, novela, barata, recomendada por Lovecraft, de piratas, de fantasmas... qué más podía pedir (bueno, sí, que hubiese también sexo y fuese... no se, "Los eróticos piratas fantasma". Pero teniendo en cuenta que es una novela donde no aparece ni una sóla mujer -ya saben que las mujeres en los barcos traen mala suerte-, igual hubiese resultado ser un pelín demasiado gai para mí). Así que fue al saco.
Y no diré que los halagos del de Providence (y del prologuista) no sean merecidos. Realmente la novela está muy bien escrita, el autor demuestra tener un conocimiento exhaustivo del arte de la marinería (y se agradece infinito el glosario de términos marineros que los de Valdemar han incluido al final, porque si no no habría forma de seguir la novela), y realmente consigue mantener la tensión en todo momento a lo largo del texto, sin altibajos de ninguna clase. Vamos, que en el debe, tanto en lo que respecta a la novela en sí como a la traducción y la edición, sólo puedo poner eso, que exige saber demasiado de marinería para poder leerla agilmente (aunque no llega a los niveles de Veinte mil leguas de viaje submarino, donde se pueden arrancar páginas enteras dedicadas exclusivamente a clasificación taxonómica de peces), y el que el autor decide demasiado pronot (como en el capítulo tercero o así) decantar decididamente la historia por la vertiente sobrenatural, anulando cualquier posibilidad de dar una explicación racional a los sucesos del barco. Personalmente, encuentro que eso mata el misterio, porque una vez sabes que, efectivamente, hay fantasmas, no queda más que esperar el final no-feliz. Toda la novela hubiese sido más efectiva como novela de horror si la constatación de que todo lo que ha pasado no es por una coincidencia de causas naturales e imaginación desbordada de los marinos, sino por que el barco está efectivamente encantado, se hubiese reservado al tercer capítulo... empezando por el final. Pero todo lo demás es simplemente perfecto.
La historia es la del Morzestus, un velero con fama de embrujado que parte de San Francisco para atravesar el Pacífico con toda la tripulación (salvo un hombre) nueva, porque la anterior abandonó el barco en cuanto este tocó puerto sin esperarse ni siquiera a cobrar sus sueldos, asustados por lo que había pasado en la anterior travesía, donde habían muerto en extrañas circunstancias dos o tres marinos. Uno de los marinos nuevos se hace amigo del que había quedado del otro viaje, y este le dice que la leyenda es cierta, y que en el barco hay demasiadas sombras. Y claro, las sombras (de forma humanoide, que se mueven solas y que salen y entran del mar) empiezan a aparecer y a atacar a los marinos, con especial predilección por los que se quedan sólos y/o en los mástiles durante la noche, a la vez que aparece una extraña neblina y el barco se va viendo aislado de la realidad. Y aquí viene la explciación, muy Claremont (y muy poco creíble), a la que llegan los marinos: no es que sean fantasmas en el sentido clásico del término, sino que ese barco tiene una predisposición especial para entrar en contacto con otras realidades superpuestas con la nuestra, que es de donde vienen esas sombras. A partir de esto se desarrolla una especie de proto-body count, donde diferentes marineros van siendo atacados y muertos (o simplemente desxaparecen), empezando, en la más pura tradición del body count, por el superviviente de la anterior aventura que no es el protagonista (esto creo que es un punto que no tuvieron en cuenta en Scream: Si sobrevives a un asesino en serie, y no eres el prota de la siguiente secuela, vas a ser el primero en morir y además vas a tener la muerte más espectacular). Sin embargo, y en contra de lo que manda la tradición de las pelis de serial killer, aquí prácticamente todos los personajes son descritos y perfilados al detalle, y, sin llegar a decir que caen simpáticos (que va a ser que no), si que al menos son personas, no monigotes cuya única función es morir de formas más o menos imaginativas. Finalmente, la cosa desemboca en un grand finale, muy Lovecraft y muy espectacular, con flota fantas surgiendo de los mares y todo, y donde muere hasta el apuntador.
Muy buena novela, muy bien escrita, muy completa y muy recomendable. Le doy un ocho y medio.
El PP vende otra moto.
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*El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo junto a varios
barones autonómicos del partido.*
Así titulaba David Torres el pasado lunes en ...
Hace 13 horas
3 comentarios:
Mmmm, a ver si hay suerte y lo encuentro en la biblioteca...
Acabo de publicar un post con un pequeño test para saber si eres en verdad un serial killer, avalado por el FBI! pense que podria ser de tu interes viendo el tema del post. Saludos!
...
Y qué tiene que ver un barco fantasma con que yo sea o no (que según tu test sí, claro) un psicópata?
Gracias, en cualquier caso. Y bienvenido.
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