A·P·A·G·Ó·N!

(jo, puesto así parece el título de un teleflime de Antonia 3...)

Bueno, pues eso, que como ustedes saben (porque son gente informada o porque lo han leído donde Willito) hoy en Barcebollas ha habido un apagón de la rehostia porque los transformadores y las subestaciones han empezado a explotar en cadena, cual si de traca fallera se tratase. Lo cual en un país normal, aburrido y con cara y ojos sería rápidamente achacable a un acto de sabotaje o terrorismo, pero en este sainete de país que se llama España-con-acento-en-la-pé, donde aún están en funcionamiento instalaciones eléctricas de (literalmente) antes de la guerra, pues tampoco es nada tan extraño. Y claro, como se ha ido la luz (toda) de tres cuartas partes de Barcelona, pues todo se ha ido al carajo: comercios, oficinas, semáforos (el tráfico me dicen que estaba de un divertidooooo), transporte público...

Debo hacer notar, para acallar ciertas voces maledicentes, que nada ha tenido que ver el apagón con que yo fuese en metro esta mañana. Cuando se produjo, ya hacía rato que había salido de él. Transports Metropolitans de Barcelona tiene una vendetta contra mí, eso está claro, pero en este caso el problema era o bien de FECSA, o bien de Red Eléctrica Española (y todo parece que apunta a esta última), pues se ve que no venían a por mí.

Lo cual no implica, por supuesto, que no me haya afectado. Porque si bien en casa no se ha ido la luz en ningún momento (Santako no se vio afectada), en el curro sí. Y la cosa ha sido curiosa, porque hemos tenido un lag importante respecto al resto de la ciudad. Me explico. Se supone que el apagón empezó a aquello de las once. A esa hora, nosotros tuvimos una bajada de tensión que no llegó ni a apagar los ordenadores (en cambio, otras máquinas más delicadas, como los cromatógrafos, sí que se vieron afectadas), pero nada más. De hecho, nos enteramos del apagón a aquello de las doce menos cuarto, cuando el marido de una compañera la llamó para saber si nosotros teníamos luz. La luz se nos fue del todo pasadas las doce (coincidiendo con que los bomberos apagasen uno de los transformadores incendiados). Sobre la una empezó a desfilar gente. Yo me tenía que quedar hasta las tres, porque como tengo que fichar, si la luz volvía antes luego tendría que justificar que me había ido, y como que no me apetecía nada ponerme a mover papeleo por una chorrada así, y otros compañeros se quedaron también más rato por diversos motivos, que iban desde que al no ir el metro, no podían volver a casa, a que si no hacían hoy las pruebas que tenían programadas los experimentos se iban al garete, y por tanto se tenían que quedar hasta que volviese, sí o sí.

A las tres, que es mi hora oficial de salida, yo me fui, porque ahí no podía hacer nada. Curiosamente, a esa hora ya tenía luz a nuestro alrededor todo (el Princesa Sofía, el Trambaix, el Parc Científic, la Maternidad y la facultad de Biología), pero nosotros no. Y mi gimnasio (que está un poco más p'allá) tampoco. Así que pensé en irme a la playa, que hoy hacía muy buen día (en contraposición a la mierda de fin de semana que ha hecho a nivel meteorológico), pero entre que se levantó un viento bastante fresquito, que no tenía yo hoy el cuerpo muy para fiestas y que, entre pitos y flautas, este año aún no me ha tocado el sol (con lo que si me pongo tomarlo a las cuatro de la tarde sin protección ninguna, iba a llegar a casa que parecería un turista alemán, y mañana iba a poder mudar de piel como las serpientes), pues como que no era plan.

Así que me fui pa' casa, me casqué entre pecho y espalda una siesta de dos horas que me ha dejado nuevo (que el sábado dormí poquito, que tenía cosas mejores que hacer), fui al zapatero a recoger unas botas a las que tenían que poner suelas nuevas (y que, por supuesto, no tenían aún preparadas), me preparé la comida de mañana y ya.

Vamos, que he perdido todo el puto día sin hacer nada de provecho, no para la sociedad ni para mi mismo.

Me cago en Red Eléctrica Española y sus putos apagones...

Hace 309 posts...