lunes, 3 de enero de 2005

Sin subvenciones

Parece ser que alguien ha decidido que estamos en el Año Cervantes, o Año El Quijote, o algo así, porque hace cuatrocientos años que la primera parte de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha salió a la luz. Po fueno. Po fale. Po m'alegro. Que ahora toca que todo el mundo se convierta, de la noche a la mañana, en expertos en la obra cervantina? Pues le daremos una patada a una piedra y nos saldrán siete quijotófilos, no lo duden. Que gente que, de normal, lo más que lee son los pies de foto de la prensa deportiva, y eso cuando no se limitan a mirar los santos, este año se gastarán el dinero en lujosísimas, carísimas y sobrecomentadas ediciones príncipe de la obra del manco, ni que sea para que cojan polvo en el armario del comedor? Pues bueno es, que las editoriales han de vivir de algo. Que alguno habrá, incluso, que se lo leerá? Miel sobre hojuelas, siempre es bueno que la gente lea. Ni que sea porque es moda. Y si, además, parece ser que la obra es buena (y no un truño como Harry Potter), tanto mejor. Igual así este pais empieza a culturizarse y a dejar de parecerse a sí mismo.

Por mi parte, debo confesar, sin el más mínimo asomo de vergüenza ni nada que se parezca, que no he leido el Quijote. Siempre he tenido cosas más interesantes que leer, y además en el instituto me hicieron cogerle manía a la literatura clásica. Porque no me negarán que no deja de ser estúpido que hagan leer a los escolares, a la fuerza y bajo la coacción de un exámen, libros que los propios profesores te están diciendo que no entenderás del todo hasta que tengas cincuenta años, y aún suerte. Pero no, como es un clásico, te tienes que tragar un truño infame como Zalacaín, que, en la lista de cosas que te interesan cuando tienes dieciseis años, debe andar como por la tercera. Por la cola. Me consta que, a los de letras, les hacían leer el Quijote, o al menos, determinados capítulos, pero como servidor es de ciencias puras, me libré de la quema, y desde entonces hasta ahora. No lo he leido, no tengo intención de leerlo en un futuro próximo (lo cual no implica que si este año me encuentro con alguna edición bien de precio, me lo agencie), y tan feliz. Pero como que sigue sin estar en mi lista de prioridades.

Que de qué me quejo, pues? Pues de lo que dice el título. Que este año, que irán fondos públicos y privados a mansalva a fastos y celebraciones, más o menos afortunadas (y el inicio de año de Telecinco, iluminando molinos para señalar las campanadas, no me parece precisamente un buen presagio al respecto), y que se subvencionará cualquier cosa que huela lejanamente a bosta de Rocinante, este, su blog, de quijotesco nombre y cervantina prosa (ey,dije que no he leido el Quijote, no que no tenga referencias del mismo ni que no haya leido nada de Cervantes), no va a ver un puto duro del patio de Monipodio de nuestra política nacional y europea.

Pero vamos, que casi lo prefiero, visto como está el patio. Que aún me obligarían a poner en el diseño del blog el horrendo logotipo de la efeméride, o, peor aún, ese diseño espantoso que ronda desde hace semanas por las marquesinas de los autobuses, con cosas de Castilla-La Mancha haciendo como un collage que recuerda una representación de la cara del Quijote del tipo la que le puso Gustav Doré. No he encontrado el cartel por los internetes. Todo eso que se ahorran. Y todo eso que me ahorro yo.

Por qué seremos tan horteras en este pais, por dios?

2 comentarios:

Kraken17 dijo...

Yo ahora mismo me encuentro en plena lectura del 'librito'.

Y, horror de horrores, me está gustando.

Urui dijo...

Yo llegué hasta el encuentro con el vizcaino.

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