Cojan a un mágo patético encerrado en una dimensión mazmorra... No, espera, empecemos por el principio. Cojan a una tortuga de sexo indeterminado (lo cual significa que no se sabe qué sexo tiene, no que ella no lo sepa o no lo tenga claro). Pónganle encima cuatro elefantes. Pongan encima de los elefantes un mundo discoidal con una cordillera en su eje (en cuyas alturas viven dioses) y un continente que haga de contrapeso. Dejen suelta la tortuga en mitad del espacio, para que vague en busca de otro miembro de su especie con el que aparearse (de ahí que el sexo de la tortuga sea tan importante, porque dependiendo de que sea macho o hembra, en el momento del Apareamiento el mundo quedará destruido o sólo un poco sacudido). Den al conjunto un buen baño de magia dominada por el número ocho para converirlo todo en mundo y espejo de mundos. Y para acabar, cómanse medio quilo de ácidos aliñados con bastante cultura general y una poquita de mala leche. Y tendrán el
Mundodisco. Ahora hagan un zoom, y céntrense en un mago patético encerrado en una Dimensión Mazmorra, habitada por Entes-Que-La-Humanidad-No-Debería-Conocer-Por-Su-Propio-Bien-(El-De-La-Humanidad-Me-Vengo-A-Referir), junto con su Equipaje, un bonito baúl hecho de madera de Peral Sabio y que da más miedo que los Entes-Que-La-Hum... que las cosas de las Dimensiones Mazmorra. Y es que que un mueble te mire con el ceño fruncido y cara de pocos amigos suele dar miedo. Sobretodo cuando el susodicho mueble no tiene ceño. Ni ojos. Ni cara. Y en cambio sí que tiene cientos de patitas y una enervante costumbre de tragarse a la gente y devolver, cuando se vuelve a abrir, sólo tu ropa interior perfectamente planchada y con un suave olor a lavanda. Cojan al mago y a su Equipaje, digo, y sáquenlos de las Dimensiones Mazmorra (bueno, en realidad saquen sólo al mago, el Equipaje ya irá solo) merced a las malas artes de un adolescente hiperhormonado que va de nigromante por la vida. Y que tiene un viejo loro. Bueno, en realidad no es gracias a las malas artes del niño, sino de los Diablos (no confundir con las Cosas de las Dimensiones Mazmorra, nos referimos a Diablos en el sentido de anti-Dioses). Concretamente del actual Príncipe de los Infiernos, que es un tio que ha inventado la burocracia y quiere imponerla como sistema de gestión en el Hades (cosa claramente absurda, pues todo el mundo que haya tenido que hacer trabajo de burócrata sabe que la burocracia no tiene nada que ver con el Infierno ni con los Diablos, sino que es claramente un castigo divino que ríanse ustedes de la Marca de Caín y las lluvias de fuego y azufre), y que ha decidido hacer pasar al mago (que, por cierto, se llama
Rincewind, aquí Rincewind, aquí unos amigos) por un demonio (sin que este lo sepa, por supuesto) para que el niñato nigromante hiperhormonado (que, por cierto, se llama Faus...
Eric, aquí Eric, aquí unos amigos), que en realidad lo que quiere es ser rico, famoso y follar (vamos, como todos los adolescentes que en el mundo, incluso en el Mundodisco, han sido, son y serán) haga algo... que no me acuerdo de qué era, pero en realidad tampoco es importante. Léanse el libro y descubranlo, que luego me acusan de hacer spoilers. Porque Eric, claro, invocó a un demonio (aunque luego no lo fuese) con la intención de obligarle a hacer su voluntad y que le concediese tres deseos, pero no tuvo en cuenta lo que dijo Santa Teresa, que se derraman más lágrimas por las plegarias atendidas que por las no escuchadas (vamos, que cuidado con lo que deseas, porque a lo peor se vuelve realidad). Y la cosa lleva a un divertido y surrealista viaje por la América Precolombina (o su reflejo deformado en el mundo y espejo de mundos que es el Mundodisco), por la guerra de Troya (narrada de una forma mucho más... verosímil, aunque no por ello menos épica, que lo que jamás haya hecho Hollywood al respecto) y por un dantesco (de Dante) Infierno, cuyo camino está (literalmente) empedrado de buenas intenciones (si algo son los demonios, es tradicionalistas) y donde se está gestando una revolución de guante blanco porque la gente (y eso incluye tanto a los demonios como a los condenados) de la burocracia y las técnicas de marqueting modernas. No les cuento el final, como comprenderán. Bueno, sí, que coño, el final es "Y aquello también era la felicidad. O algo por el estilo". Léanlo. Oh, por cierto, la novela es
Fausto Eric, del prolífico, diveridísimo y nunca bien ponderado p
Terri Pratchett. Y, sin ser la mejor del Mundodisco, es muy divertida, se lo aseguro. Te ries mucho con ella. Y se lo dice alguien que no se distingue precisamente por su sentido del humor.
(NOTA DEL AUTOR: Este post está escrito sin separación de párrafos intencionadamente, y como homenaje a Pterry. Después de todo, él tampoco hace separación de capítulos en sus novelas...)
EDIT: Es muy probable que el nombre completo de las cosas de las Dimensiones Mazmorra no se vea bien. Márquenlo con el cursor y entonces se ve sin problemas...
4 comentarios:
Junto con Brujas de Viaje y El Segador, Eric es lo único de Mundodisco en español que me queda por leer.
Por cierto, que ahora estoy con Tiempos Interesantes a medias ¿te la has leido?
A mi es el único libro del señor Pratchett que me queda por leer.
Y he de decir que, sin lugar a dudas, Dioses Menores es el mejor de todos los libros, o al menos, las tres primeras páginas de dicho libro, son las mejores que ha escrito Pratchett.
Viva el genio.
Pues este mes de Enero sale Mascarada. Brujas, ópera, fantasmas, Ank-Morpork, libros de cocina...
Hola, yo me he leido todos los libros de Pratchet excepto las guias de los gremios y el de 'El Ultimo heroe'. No estoy muy al tanto de los libros que se han publicado ultimamente es Spain
A los que no lo habeis podido leer aun en Espanyol os recomiendo el de Mounstrous regiment y el de Night Watch. El primero por divertido y el segundo por interesante.
El de Thud! esta bien al igual que el de Going Postal, pero creo que los otros dos son mejores.
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