¡Apártate de ella, Satanás, sal fuera!
EXORCISMO EN EL CORAZÓN DE GALICIA
FARO asiste en Lalín al exorcismo de tres mujeres que dicen estar poseídas por Satán, en una ceremonia oficiada por un sacerdote católico.
Eduardo Rolland / LALÍN
"Sal fuera, Satanás! ¡Dios te lo ordena! ¡Apártate de ella!" La voz de autoridad del sacerdote resuena entre los gritos desgarrados de una mujer de unos 60 años, que se contrae en movimientos convulsos mientras el padre avanza hacia ella, llevando en la mano una cruz de Caravaca, que aproxima a su frente. Los alaridos de la mujer se alternan con una voz grave y espeluznante que sale de su garganta y proclama: "¡No! ¡No! ¡Nunca!". De pronto cae al suelo, revolviéndose y echando espumarajos por la boca, mientras profiere gritos roncos y lo que parecen unos sonoros eructos.
La señora se ha desplomado delante del banco en el que estaba sentada. Allí sigue su marido, que reza con recogimiento mientras observa la escena. En el mismo banco, otra mujer fuera de sí que gruñe, grita y da patadas contra el suelo, mientras un hombre ora a su lado.
En la fila siguiente hay una mujer sola, mayor, que sufre violentas convulsiones y mueve el asiento hasta dejarlo atravesado en el atrio de la iglesia. También profiere gritos y eructos.
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Para explicar mejor lo que ayer ocurría en aquella iglesia del corazón de Galicia hay que conocer a su párroco, José Donsión, que se califica a sí mismo como "uno de los mayores expertos en exorcismo de España". Para presumir tiene una importante razón: cada 24 de junio se celebra una popular romería, en el santuario de O Corpiño, famosa porque cura el "meigallo" y sana las posesiones infernales. Allí acuden en masa los fieles que creen estar habitados por Satanás. Y no sólo ese día. El flujo de víctimas del diablo es constante todo el año.
"Cada mes recibo a gente que cree estar poseída, en algunos casos es cierto y, en otros, necesitan un psiquiatra", explica el padre Donsión.
El sacerdote ayuda a las personas endemoniadas, aunque no cuenta con autorización expresa del Arzobispado. Desde el Concilio Vaticano II, el dogma de la existencia del diablo pasó a ser una "parte vergonzosa de la doctrina" y la Iglesia actual es poco amiga de favorecer la creencia de que el mal esté encarnado en un ser concreto y, mucho menos, en un lugar físico como el infierno. De hecho, sólo un 30% de los católicos practicantes cree que Satanás existe.
"El diablo no está de moda", reconoce el padre Donsión, "pero no está muerto, aparenta estar dormido y hoy está más activo que nunca; jamás hubo tantas posesiones satánicas".
Algunos curas han decidido emprender una cruzada por su cuenta. Y realizan exorcismos, como el de ayer. En O Corpiño, a puerta cerrada, hay no menos de dos cada mes.
La sesión comienza a las 12.30 horas. Antes de su inicio, el cura pone sus normas: "No se puede hablar con los poseídos, no se darán sus nombres y no se pueden hacer fotos, que de todas formas no saldrían", explica.
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Tras cerrar la puerta con cerrojo, Donsión inicia la ceremonia. Lleva en las manos un tomo rojo que, en letras doradas, se titula: "Libro de los exorcismos". Antes nos ha explicado que sus armas son pocas. "La principal es la palabra de Dios, que es lo que más irrita al diablo; también usamos agua bendita, acercamos la cruz al poseído, la sagrada forma y algunos objetos de culto, pero la palabra es lo más eficaz", afirma.
El párroco lee fragmentos del prólogo del Testamento según San Juan, y versículos de Marcos como "¡Cállate y sal de él!" o "Echaréis demonios en mi nombre", ambas frases recogidas en este evangelio.
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Con la cruz de Caravaca, el sacerdote se aproxima a cada una de las supuestas endemoniadas. Y habla directamente al diablo: "Este es el día, ¡Sal fora! ¡Yo te conjuro en el nombre de Dios, Satanás!", grita el exorcista. "¡No! ¡No quiero!", parece responder el diablo con una voz ronca que sale de la garganta de cada mujer.
Durante veinte minutos, continúan las convulsiones de las tres poseídas y sus gritos, a los que asiste impasible el sacerdote: "¡Dios es tu señor! ¡Repite, Satanás! ¡Sal de ella! ¡Ahora, yo te conjuro, sal, en el nombre de Dios!", grita una y otra vez.
A una de las enfermas, le acerca una figura de un retablo que representa al León de Judá. La mujer aumenta su delirio ante la imagen. Luego, el padre Donsión explicará que es una "herramienta" muy eficaz contra los endemoniados, como también las imágenes de la Virgen, que según la tradición aplastó al diablo en forma de serpiente.
La ceremonia termina con las tres mujeres en el suelo, entre convulsiones y echando espumarajos por la boca. Ya sólo dos de ellas gruñen y roncan sonoramente. La tercera profiere sobre la piedra unos suspiros propios de un orgasmo. Las otras, según el exorcista, siguen poseídas. A veces, no basta una sesión, sino semanas o incluso muchos meses. Media hora después de rematada la ceremonia, todas salen de la iglesia, repuestas. "Una posesión es como un avión con dos pilotos: ahora, mandan de nuevo ellas", concluye el exorcista, sin pesar alguno: "Volverán y sanarán; siempre he vencido a Satanás".
La noticia no es de hace cincenta años, es de hoy mismo. Ante lo que sólo puedo decir: Jodeeeeeer como está el patiooooo!!!
Y eso no es todo, en el próximo post, más!
(La noticia completa es de El Faro de Vigo. La tienen en el enlace de arriba)
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Hace 4 horas
1 comentario:
Como diría don Manuel (Fraga):"Eu non creo nas meigas pero habelas hailas." Claro que el diablo lleva las de perder, imposible que sea mas cabezón y tozudo que un gallego.
"... hoy está más activo que nunca; jamás hubo tantas posesiones satánicas".
¿Efectos secundarios de la derrota del PP católico, apostólico, y tramontano a nivel gallego y nacional?, ¿culparán también de esto a los socialistas y sus leyes?
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