jueves, 18 de junio de 2009

Pelotón de fusilamiento (LVI)

Creímos que no pasaba nada. De algún modo, cuando los obispos llamaron a la insumisión quirúrgica en las clínicas abortistas, sabíamos que la ley debía actuar contra ellos. Acusarles de incitación a... algo. A la negligencia médica, o a poner en peligro la vida de mujeres embarazadas. Era a algo así, seguro. Estaba en el código penal, pero la última copia conocida se quemó en 2026. Sin embargo, tampoco entonces recurrió nadie al código penal, y cuando la iglesia dio el pistoletazo de salida elogiando a los médicos que se negaban a practicar abortos, animando a todos a hacerlo y amenazando con excomulgar a quienes no se plegaran a sus exigencias, no se actuó. Y fueron pocos quienes se echaron las manos a la cabeza. Nada: otra salida de tono como las de siempre, una chorrada más de los obispos, gilipollas los hay en todas partes. Poco podíamos imaginarnos, en aquel casiverano de 2009, lo que se nos venía encima.

Los primeros en darse cuenta de las posibilidades fueron los de la Sociedad Tolkien. Se registraron como religión y, tras pasar unos años asistiendo a cursos de relaciones públicas y construyendo smials donde aleccionar a sus fieles, no lograron por poco que estado les financiara, pero sí que los suficientes lectores siguieran su llamada a objetar contra toda palabra que no hubiera escrito el autor de El señor de los anillos. No acabaron con la literatura, claro, pero si la iglesia ya había sembrado el campo con lo del aborto, ellos lo abonaron. Otros muchos vinieron después. Los Auténticos Gafapastas Reformados, por ejemplo, arremetieron contra el rock. Los poderosos Amish llamaron a la objeción activa contra toda tecnología, en especial la de comunicaciones. Cantaron sus loas a los técnicos que, equivocándose a propósito, dejaban grandes zonas aisladas del mundo. Excomulgaron a los que no. Cuando quisimos darnos cuenta, ya era demasiado tarde para actuar: todos utilizaban como excusa que un obispo había soltado una burrada mucho más tremenda en 2009 y allí no había pasado nada. La justicia cayó, presa de sus propias omisiones, su clientelismo y su desidia.

Y así, poco a poco, lustro a lustro, el planeta regresó a la Edad Media. La miríada de cultos que surgió a la estela de los católicos no destruyó nada por completo: se siguieron practicando abortos, la gente siguió escribiendo (y sorprendentemente, también siguieron apareciendo libros de Tolkien). Pero lo que sí fueron logrando es que, a base de tanta objeción a los derechos básicos, de tanta mierda echada sobre todo lo que oliera bien, la humanidad se estancara y finalmente empezara a retroceder. Lo cual, por supuesto, era el objetivo de la iglesia desde el principio.

Heme aquí, pues, utilizando los últimos restos de tinta sobre el planeta (desde que los Cthulhuideos Adventistas llamaron a la objeción activa de los barcos calamareros) para dejar constancia escrita de nuestra historia reciente. No sé si saldremos de este lance como especie pensante, pero en caso afirmativo sirva esta crónica como advertencia si alguna vez ocurre de nuevo algo parecido a lo de aquel casiverano de 2009. Si la fiscalía –cualquier fiscalía– puede actuar cuando alguien levante la voz en favor de la mala praxis médica, por favor que no dude ni un instante en hacerlo. La alternativa es mi mundo.

Y jodeos, tolkienianos, que las últimas palabras escritas sobre la faz de la tierra son mías.


(Bueno, mias no. Del ateazo de Manu)

6 comentarios:

Shanks dijo...

Joder, qué apocalíptico todo...
Buen finde!

Ginebra dijo...

Eso, que se jodan los tolkienanos!

Sota dijo...

Shanks, real como la vida misma.

Gin, oiga, vamos a llevarnos bien!

Anónimo dijo...

pues a mí el aborto me parece más cercano a la edad media que la defensa de la vida. Y el hedonismo que defienden los proabortistas propio de burgueses, niños de mama, incapaces de asumir la responsabilidad de sus actos porque...ufff...no me gusta usar condón, estoy ahorrando para un viaje a la riviera maya, o a mí jefe no le va a gustar...eso sí que es compromiso y lucha por la libertad

Oscar dijo...

Un buen aborto de anónimos de a tiempo, deposiciones que nos hubiese evitado tener que leer.

Anónimo dijo...

Hombre, señor anónimo.
Usted utiliza un término moderno para llamar a alguien medieval (que si, que la burguesía existe desde el siglo XI, pero no es a la que usted se refiere, que es más de siglo XIX). Esto ya es un despropósito.
Segundo, aqui nadie defiende el aborto, sino el derecho a abortar. Y no es hedónico es ley de vida. Uy, tengo 15 años y se me ha roto el condón, tengo 30 y no tengo estabilidad económica. O simplemente NO ME SALE DE LOS HUEVOS tener un hijo.
Y si no quiero tener un hijo, él lo va a notar. Y le digo ya que prefiero un aborto a un niño que nazca en un hogar sin amor. Vale que luego A LO MEJOR, ese niño va a ser superamado y tal. Yo fui un niño no deseado y mis padres no me pudieron querer más. Ahora bien, ellos DECIDIERON seguir adelante. No se lo impusieron.

El problema es que gente como usted, ve el embarazo no como una bendición, sino como un castigo. HAHAHA! maldito follador! Paga por tus pecados, arrastra la bola y cadena de un retoño!
Cuando ese pecador quiera tener un hijo, que lo haga por amor y con deseo, no como penitencia. Joder.

Y si nuestro hedonismo nos acerca a la edad media, no se a donde va la gente que, ignorando la evidencia científica y la voz de los biólogos (si, a esa gente que inventa internet y el 90% de las cosas de la que usted disfruta y que le salva la vida en el hospital), prefieren escuchar los abracadabras de brujos anclados en... vaya por dios, en el medievo, y arremeter contra la vida de los demás.

Supongo que usted está también en contra de, tratamientos contra el cáncer. Porque es de burgués querer librarse de ese enfisema que le sale por fumar mucho. Coño, apechugue con las consecuencias de sus actos. Espero que, cuando pille la sífilis por follar sin condón, usted reniegue del tratamiento y se coma sus purgaciones con patatas. O será un inconsecuente con sus propias palabras.

Que eso de ir al médico es de burgueses.

Que tendrá que ver el compromiso y la lucha con la libertad en todo esto?
Aqui se habla de que unos tipos que viven en un mundo de fantasía están instando a profesionales cualificados a que se amolden a su forma de ver el mundo. Ese es el quid de la cuestión.

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