Dicen que las cosas cambian

La RAE define clan como "Grupo predominantemente familiar unido por fuertes vínculos y con tendencia exclusivista". Y tengamos en cuenta que familia es, en cuarta acepción, "Conjunto de personas que tienen alguna condición, opinión o tendencia común". Hay cosas que son mucho más espesas que la sangre.

La RAE define tribu en segunda acepción como "Grupo social primitivo de un mismo origen, real o supuesto, cuyos miembros suelen tener en común usos y costumbres". En tercera, como "Grupo grande de personas con alguna característica común, especialmente las pandillas juveniles violentas". Supongo que, técnicamente, la Pérfida Ironía (TM) podría considerarse violencia, así que, salvo en lo de grande, la definición podría ser correcta.

Me precio en ser una persona leal, pero mi lealtad no es ciega ni absoluta. Antes que leal, prefiero ser justo, y cuando las razones tienen suficiente peso, no se me caen los anillos en enfrentarme a los míos. Ni sería la primera vez, ni sería la última. Pero un ataque directo y sin provocación previa no es una razón. Ni de peso, ni de ningún otro tipo. Si te metes con mis amigos, si te metes con mi familia, te metes conmigo. Seré leal, e intentaré ser justo, pero nadie ha dicho que sea buena gente. No lo soy. Y en lo que a gente como tu respecta, niñopiedra, y visto como intentas tratar a gente que sí lo es, no me apetece ni intentarlo.

SE que vas a leer esto. Me tienes (de momento) linkado, has comentado varias veces por aquí y todos los días tengo varias visitas desde tu casa. Por favor, siéntete libre de decir lo que consideres oportuno en los links, no voy a borrarlo. Yo no. No tengo necesidad de ello. Y no voy a ser yo quien deje a antiguos conocidos con las ganas de saber que ha dicho otro antiguo conocido.

Oh, y también SE cual va a ser tu reacción: Mira qué rápido han ido a contárselo los unos a los otros, están compinchados, me odian, todo es un complot contra mi. El Universo contra mi, el Universo contra mi. Claro, nene. No tenemos otra cosa que hacer en la vida que hablar de ti, y estábamos esperando, agazapados en la oscuridad, a que nos dieses la más mínima excusa para saltar a tu cuello, forzando las cosas para que hablases de nosotros. Incluído yo, que nunca fui oficialmente de los H*ng*r*s, que siempre me he representado única y exclusivamente a mi mismo. Pero en serio esperabas que podrías intentar meter esa puya y que no corriera como la pólvora para que todos nos pudiésemos reir? En estos tiempos un buen chiste (y tu lo eres) es un bien más preciado de lo que pueda parecer.

No te des tanta importancia, nene. No la tienes. Ni tanta, ni ninguna. No vas más allá de un divertimento y una excusa para rellenar un post sin hablar de la última metedura de pata de Rajoy. Aunque sería más divertido si no dieses tanta pena. En el sentido peninsular, y en el centroamericano. Sobretodo en el segundo. Antes he dicho que eras un buen chiste. Me retracto. Un buen chiste no hace que te sientas avergonzado de él. Eres el proverbial pedo que se escapa en una ocasión solemne. Hace que la gente se ría, pero en el fondo, todo el mundo preferiría que no se hubiese escapado.

Dicen que las cosas cambian.

Por la parte de los cojones.

Hay cosas que no cambian. Nunca. Que se repiten una y otra vez, con grupos de gente sin absolutamente ninguna conexión entre si, sin variar en el más mínimo detalle. Pero la culpa es de los demás, claro. Es todo un complot. El Universo contra mi, el Universo contra mi.

Hay gente que no cambia. Nunca. Que no muta, que no evoluciona, que no crece. Que seguirá siendo un niñato toda su vida, por más que se cambie de nick deje crecer greñas, se quite las gafas y se haga fotos imitando un mal cruce entre un Joker ochentero, un Enrique Bumbury especialmente pasado de coca y una mala imitadora Nina Hagen empuñando una guitarra de plasticucho barato, por más cabezazos que se de contra la pared. Porque, según él, la culpa será siempre, siempre, siempre, de la pared. Que se ha conjurado en su contra.

TOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOONTO.

Por más años que pasen, por más tiempo que pase. Eso no cambia. Y a estas alturas del curso, ya no creo que pueda cambiar nunca.

TOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOONTO.

Pero mira, al menos hacía mucho que nadie me llamaba "sectario" ni "mafioso". En eso, por lo menos, me has alegrado el día.