Corto me quedé ayer, corto...

Se que tengo una irritarte tendencia a ponerme monotemático cuando me sale la vena quemaiglesias, y me había hecho la promesa de no volver a hablar hoy de esto, pero qué quieren que les diga, que uno abre el periódico, se ve este titular


y empieza a verlo todo rojo. Como se ve pequeñito, y para que nadie pueda acusarme de que le estoy provocando un empeoramiento en la visión, se lo copio: El Papa afirma en África que los preservativos aumentan el problema del Sida. No. Miren. Lo siento. No puedo. No puedo comentar eso. Me supera. Y se comenta solo. Y es la prueba definitiva de que, o bien no hay dios, o bien passssa como de la mierda de lo que hagamos aquí abajo, o bien es un cabrón con pintas. En cualquier otro caso, el tres veces mal nacido capaz de decir algo así hubiese sido inmediatamente fulminado por un rayo divino Y luego ardería en los Infiernos por toda la eternidad.

A la izquierda un feto de doce semanas, en medio un aborto de la razón y a la derecha gente normal divirtiéndose sin pensar en reproducirse. (visto en El Teleoperador)
Visto lo visto, no me resisto (y sin haberlo deseado me ha salido un pareado) a recordar otro pequeño caso, también reciente, sobre el aborto y la iglesia, y que deja también patente la gran preocupación que tienen esos grandísimos hijos de puta por la infancia y los derechos de los niños: El de la niña brasileña de nueve años que, después de ser repetidamente violada por su padrastro se quedó embarazada de gemelos y, en aplicación de la legislación brasileña y del más elemental sentido común, abortó. Al hijo de una perra sarnosa y cien mil padres distintos, desconocidos y sifilíticos de José Cardoso Sobrinho, arzobispo de Recife, le faltó tiempo para excomulgarla a ella, a sus padres y al personal sanitario que la atendió. Y para los creyentes en esa secta claramente destructiva que es el catolicismo (y a los hechos me remito), la excomunión es el peor castigo posible. Y lo hizo porque "es mi deber alertar el pueblo, para que tengan temor a las leyes de Dios". Su puta madre.

Oh, por supuesto, cuando se levantó la polvareda que se levantó, criticó la excomunión... Pero al tanto, porque la criticaron. NO la retiraron. Sólo la criticaron. Y la criticaron porque "no era necesaria, a nuestro juicio, tanta urgencia en dar publicidad a un hecho que se da de manera automática", en palabras del malnacido sepulcro blanqueado de Rino Fisichella, presidente de la Academia Pontificia para la Vida y arzobispo de no-se-donde-ni-me-importa. Es decir, que el problema no era la excomunión, el problema era que se hubiese hecho pública y hubiese generado escándalo por ello, porque "ha resentido la credibilidad de la enseñanza, que a muchos les ha parecido insensible, incomprensible y privada de misericordia". Vamos, que lo grave era que la actuación del reconsagrado hijo de puta de José Cardoso Sobrinho hubiese podido mostrar a mucha gente con qué clase de monstruos inhumanos se estaban jugando las lentejas. Y no se lo pierdan (o sí... bueno, yo les pongo el link y luego ya entren o no a su cuenta y riesgo. Pero si lo hacen, no se pierdan la foto del amigo Fisichella, que con la cara paga.), que aún hay talibanes católicos que están pidiendo que se le expulse de la iglesia (e incluso hay un débil mental que pide "que se le entregue al Santo Oficio"... Que no existe desde el Vaticano II!) por ello, por mostrarse blando. Que asco, de verdad.

Visto en Sinoescoma.es
Y ya el despiporren llega cuando uno se pone a buscar un poco (el feo vicio de comer del fruto del Árbol de la Ciencia, ya saben...) y se encuentra con cosas como esto. Se lo resumo en tres patás: Sabían que hasta 1869 la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica, Romana y Pederasta NO consideraba pecado el aborto de fetos no completamente formados, salvo que se hiciese "para ocultar el pecado de fornicio"? Vamos, que si tu abortabas para evitar que tu santo se enterase que se la estabas pegando con el herrero, era pecado, pero si lo hacías porque el invasor de turno te había violado, o porque tenías ya más churumbeles de los que podías mantener y era preferible eso que dejarlos abandonados en el bosque como en Hansel y Gretel (cuento basado en hechos reales, en épocas de hambruna la gente prefería dejar a sus hijos en el bosque para que se los comieran los lobos a ver cómo se les morían lentamente de hambre en casa), pues no. Y sabían que esa postura fue defendida por ateazos adalides de la cultura de la muerte como san Agustín, santo Tomás de Aquino o los papas Inocencio III, Gregorio IX o Gregorio XIV? Para que luego vengan a decir que el magisterio de la Iglesia es siempre el mismo y que viene directamente inspirado por dios trino...

Fontdevila en Público, ayerY mañana prometo poner algo más ligero. Siempre y cuando el tabernáculo de malnacidos estos no hagan otra de las suyas...