Los adalides de la corrección política repiten: “la libertad de expresión debe tener unos límites”. Y, por supuesto, ellos saben dónde ponerlos. No tú. No yo. Sólo ellos. Los antiguos vigilantes de la moral pública son ahora los cuidadores de la línea, quienes la trazan y custodian.José A. Pérez en Mi mesa cojea
“Juancar, castigado sin cumple”.
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*Juan Carlos de Borbón en Sanxenxo (Pontevedra). José Ramón Hernando*
Aníbal Malvar confiesa en Público su desolación. “Porque el hombre que
fuera motor...
Hace 3 horas



3 comentarios:
jo, que foto has puesto...
¿Me prestaría su camiseta verde pistacho?.
Bisitos de Domingo.
Nan, adecuada al texto.
Anona, si me la cuida bien...
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