Los más viejos del lugar tal vez se hayan extrañado de que, con la que está cayendo y con lo que yo he sido, todavía no se haya hecho prácticamente mención en este, su blog ni de la trama Gürtel (
lo del viernes pasado no cuenta, era un anaroseo), ni del caso
Millet, ni del caso Hicenda, ni de los espionajes en can Barça, con lo que a mi me ponen los culebrones de este tipo.
Miren, la verdad es que, en parte por una sensación de "me he perdido los diez primeros minutos de la peli y ahora no pillo de dónde vienen los tiros", en parte porque se que de ponerme a ello el blog se volvería (más) monotemático, y en parte porque a los guionistas de los culebrones respectivos les han obligado a alargar la trama varias temporadas más de lo razonable (en el momento de escribir esto,
en el PP de Madrid dicen que han cesado a Costa y en el de Valencia dicen que no... lo siento, es demasiado surrealista), la cosa me da un tanto de pereza. Y un mucho de vergüenza ajena, por qué no decirlo.
De hecho, con todo lo dado que soy yo (y qué les voy a contar a ustedes que no sepan) a indignarme e irasosializarme
TM con estos temas, esta vez ni eso. Con algunas cosas me ha dado la risa, pero en general las he ido viendo pasar y ya. Así que una de dos, o he alcanzado el zen, o me he vuelto viejo de repente. Sin arrugas en la frente pero con ganas de morir.
Ohm... Ohm... Ohm...O no tanto. Porque el viernes sí que leí algo que logró sacarme
bastante de mis casillas. Composición de escena: Caso Millet. Tenemos a
don Félix Millet, un
prohom de la altísima burguesía barcelonesa, de la de raza y de toda la vida. Uno que coleccionaba cargos y títulos como quien colecciona cromos.
Le falta el de arzobispo de Titipú para tener la colección completaEntre todos esos cargos y prebendas, el más
vistoso era el de presidente del Orfeó Català y director del Palau de la Música. Cargo que utilizó para embuchacarse una morterada en metálico (amén de otras pequeñas
extravaganzas que, a mi juicio, bastarían para colgar su cabeza de los restos de la muralla de la ciudad, como usar el Palau -patrimonio de la humanidad- como sala de banquetes para las bodas de sus hijas) mientras racaneaba hasta lo indecible con los cantantes del Orfeó y el Cor de Cambra, o con los mismos gastos corrientes del Palau.
Tanto el Orfeó como el Palau son, en principio, instituciones privadas, pero dado su relevancia ciudadana (que la tienen) las administraciones (Ayuntamiento de Barcelona, Generalitat de Catalunya y Gobierno de España) forman parte del patronato. Léase ponen dinero. Entiéndase
ponemos dinero. Es decir, que el dinero que se metió en el bolsillo ese hombre de plácida mirada que pueden ver en la foto de arriba era, en parte, del común de la ciudadanía. Hasta ahí, nada nuevo bajo el sol. El problema viene cuando la ley tiene (y siempre tiene) vericuetos extraños que, una vez metido en ellos, te permiten hacer cosas, cuanto menos, sospechosas.
Como por ejemplo que una institución que recibe fondos públicos pueda, a su vez, financiar partidos políticos. Que es lo que ha pasado aquí. Concretamente, la fundación Orfeó Català-Palau de la Música, dirigida por el presidente de la sección catalana de la fundación FAES (ven lo que les decía de que el guión de este culebrón se ha ido de madre?) entregó entre 1999 y 2008 a la Fundació Trias Fargas (que es la fundación de Convergència Democràtica de Catalunya) una cantidad que bascula entre los 600000 y 900000 euros (según le preguntes a CDC o a Millet, respectivamente).
Que huele un tanto a cuerno quemado, la verdad.
Pero, hasta aquí, yo sigo todo zen. Soy agua, el cuchillo me atraviesa sin dejar marca.
Ohm... Ohm... Ohm...El problema es que llega el pasado sábado, cojo el Público y, al respecto, leo el siguiente párrafo:
CDC asegura que no deben "ninguna explicación a los medios" y que no aceptan que les fiscalice la opinión pública, "que no tiene por qué hacerlo".
Y aquí el zen se va a hacer puñetas, y me irasosializo
TM todo yo.
PERDÓN?Cómo que la opinión pública no tiene por qué fiscalizar de dónde saca o qué hace con los dineros (dineros, recuerdo, en parte públicos) un partido político?
Señor Oriol Pujol i Ferrusola, pero usted a qué coño se cree que está jugando, niñato pijo de todo a cien?
No sólo tiene
por qué, es que debería tener la obligación
de! Son SUS dineros y son los que aspiran a ser SUS gobernantes! POR SUPUESTO que la opinión pública tiene derecho a fiscalizarles y saber que, aún estando en la oposición, se dedican a choricear de esta manera!
Y ESO es lo que le jode y lo que le da miedo, que, sabiendo que en la oposición son unos chorizos, nos podamos imaginar (como si no lo supieramos ya de primera mano, también) lo que podrían llegar a hacer estando en el gobierno!
Anda y vayanse a la mierda!