La ha vuelto a liar. Esta vez, ha llamado a un gilipollas “gilipollas”. En público. Con las cámaras de televisión delante.
Estoy hablando de Labordeta, claro.Ya la montó el año pasado, a aquello de mediados de marzo, enviando a la mierda a ciertas señorías (esto de que el tratamiento venga inherente al cargo habría que empezar a mirárselo, porque llamar señoría, excelentísmo señor o molt honorable a según quien es como para sufrir retortijones de estómago continuos...) que, mientras intentaba hacer su intervención parlamentaria, se dedicaban a gritarle e insultarle desde sus (bien pagados entre todos) escaños. Ayer, tres cuartos de lo mismo. Pero esta vez no habló en general a las (maleducadas y con un comportamiento escasamente democrático) filas del PP, sino que se dirigió directamente hacia un diputado, cuyo nombre prefiero no saber porque mi muñeco de vudú ya tiene demasiados alfileres clavados.
Y el caso es que, parece ser, según cuentan por ahí las lenguas de doble filo de los comentaristas políticos, es algo relativamente habitual el que, desde ciertos escaños, lo único que se haga sea gritar y abroncar a los parlamentarios de otros grupos para intentar (en ocasiones con éxito, recuerden el debate del estado de la nación de Borrell) provocar el miedo escénico en el parlamentario al que le toque hablar. Se ve que no tuvieron en cuenta, en el caso de Labordeta, que, con los años que lleva ese señor rondando por los escenarios, lo del miedo escénico lo tiene más que superado, que no es un mindundi sobrevenido como tantos otros. Y se ve que, el hecho de que los que vemos los debates por la tele o los oimos por la radio no oigamos a esos maleducados que gritan es porque los micrófonos son muy direccionales y no cogen sonido ambiente.
Al pobre Labordeta hoy le estaban crucificando (especialmente ciertos comentaristas independientes del PP) por haber abierto la boca. No veo el motivo. Considero que si a un parlamentario de un grupo político, que por más minoritario que sea ES representación popular, este tiene todo el derecho del mundo de contraatacar. Sobretodo, si el presidente de la cámara no hace nada para poner orden, como, por otra parte, es su obligación. Desde luego, la situación dice mucho acerca de esos parlamentarios gritones, y de su idea de lo que es un parlamente (supuestamente) democrático. Parece que se crean que todo se reduce a gritar más que el otro y a no dejarle hablar. No es eso, señores. Que ya sabemos todos que ustedes lo de la democracia les queda muy lejos, que nunca se lo han creido y que no les hace ni pizca de gracia, pero por lo menos, respeten las formas, por favor. O, por lo menos, respeten las normas. Si no las del congreso, las de urbanidad como mínimo. Que siempre han sido ustedes muy aficionados a las cosas del orden, la urbanidad y el todo en su sitio que no se mueva nadie se siente coño. Panda de GILIPOLLAS.
Por cierto, había dicho que es una pena que Labordeta se presente sólo en Aragón y que no pueda votarle? Porque me da a mi que es el que más se lo merece...
2024
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Bueno.
Ha sido un año.
No estoy segura del todo, porque creo que he estado enferma la mayor parte
del tiempo.
En verano, directamente, creía que me iba ...
Hace 11 horas