Pero qué invento es este!?

Las cartas boca arriba. Soy fan de Alaska desde los tiempos de Deseo Carnal. Ese disco es del '84, así que debía tener como siete añitos. El primer disco que me compré (bueno, que hice que me compraran) fue No es Pecado. Y he sido fan incluso en los duros tiempos de la travesía en el desierto que fueron los Vulcanos. Casi una década terrible (la de los noventa, la misma que debería ser retconeada en la historia de los cómics) en la que editaron sólo 3 EPs (ni siquiera LPs, EPs), de los que se salvaban una canción de cada uno (Sálvame, En la Disneylandia del Amor y Autopsia a un Fantasma, respectivamente. Bueno, Basura -en el primero- y Sentimental -en el último- también están muy bien, pero son versiones). Después vino Interferencias, un disco de duetos-versiones que no estaba mal del todo, y el trío de joyitas que son Una temporada en el Infierno, Naturaleza Muerta y Arquitectura Efímera. Y hace unos meses sacaron El extraño viaje, que, no nos engañemos, supone un bajón importante. Pero mucho. Porque si en Arquitectura había tres canciones (de doce) que eran relleno (y en los otros dos, por el estilo), en El extraño viaje hay cinco canciones que valgan la pena. De doce. Y el primer single no está entre ellas, por cierto.

Pero en fin, que a la mejor puta se le escapa un pedo, y si aguanté el Vulcano 3.0, esto se le puede perdonar. Además, que dos de las canciones buenas son chumba-chumba barato (muy bueno para bailar, pero chumba-chumba barato), pero las otras tres podrían ser perfectamente descartes de Dinarama. O incluso de Parálisis Permanente. Y ahí ya me tocan un tema sensible...

El problema es que hablamos de Alaska. Y afrontemos la realidad, la señora de Vaquerizo ostenta los (dudosos) honores de, a) siendo una de las personas de este país que más tiempo lleva subida en un escenario en el mundo del pop y sus derivados más o menos bastardos, ser una de las personas que peor se mueve en un escenario y peor directo tiene, y b) habiendo estado desde siempre rodeada de dos genios musicales con mayúsculas y por derecho propio como Carlos Berlanga y Nacho Canut, ser más conocida por la estética que por la música. Que también es verdad que se lo ha currado y nunca ha renegado de ello. Y seamos sinceros, su bioregeneración total ha sido de gusto más que discutible (me gustaría saber quién le dijo que ponerse unas tetas más grandes que la cabeza podía resultar ni lejanamente estético, ya no digamos erótico, o que iba a estar mejor con la nariz gris y sin personalidad que tiene ahora en lugar de la señora tocha que dios y la genética tuvieron a bien darle. Para aplastarle la cabeza contra una acera, más que nada), pero eso en el fondo es lo de menos. De su piel pa' dentro, manda ella. Igual que su obsesión de un tiempo a esta parte de ponerse unos vestidos que no sólo avergonzarían a una puta de arrabal, sino que le sientan como un tiro, cuando lo cierto es que siempre había demostrado un cierto gusto (exqusito, en ocasiones) a la hora de vestir. Quede como ejemplo lo que luce en el vídeo del primer single de El Extraño viaje. Niña, si te pones un body blanco semitransparente, o te pones un culotte completo debajo, o te pones un tanga, o no te pones nada. Pero no te pongas esas bragas de cuello vuelto, por el amor de dios! Que le cortas la libido a cualquiera durante una semana!

Y aquí empezamos a encarrilar el tema. Porque si el vídeo del primer single era... discutible, y la elección del tema también, para el segundo han escogido, ahora sí, una buena canción, pero...

Olvidémonos por un momento del naranja guantánamo, uno de los colores más horribles y odiosos del espectro visible...

Querida mía, pongamos las cosas claras. Se supone que un video-clip sirve para vender una canción. Y para ello hay muchos métodos. Se puede optar por hacer una representación más o menos abstracta de lo que cuenta la canción (el fantástico vídeo que os hicieron para Eternamente inocente, por ejemplo), por hacer el número de baile que-no-viene-a-cuento-de-nada (como en La mano en el fuego), o incluso por explicar una historia que no tiene nada que ver, pero que no desentona (demasiado) con la canción, y que pega con el grupo (como en Retorciendo palabras). Y esto último es importante. "QUE NO DESENTONE".

Querida mía, por mucho que te empeñes, no eres una megavixen. Para ser una megavixen hace falta algo más que tener unas tetas del tamaño del Octubre Rojo. Si fuera por eso, podrían haberlo sido Victor Mature o el Capi de Rob Liefeld. Y lo cierto es que, por más que te empeñes, no le llegas ni a la altura de las tetas a Kitten Natividad. Y mira que era más bien retaquillo, también. Y si hablamos de Tura Satana, es que ni a la suela del tacón. Es lo que hay. Pero es que además, Russ Meyer queda estéticamente fuera por completo del scope Fangoria. Quizás (y lo pongo muy en condicional) hubiese podido valer para El cementerio de mis sueños, pero definitivamente con Ni contigo ni sin tí no pega ni con cola de impacto. Que no. Que eso lo podrían haber hecho los Killer Barbies, pero a vosotros no os pega. Dejando de lado que me juego el huevo derecho a que tres cuartas partes de vuestro público no va a pillar la referencia (y no digamos ya fuera de vuestro público), y que Canut me imagino que aparece ahí por imperativo legal, porque para lo que hace, podría no aparecer y todo eso que nos ahorrábamos. Que parece mentira lo mal que ha envejecido este hombre, con lo mono que era en tiempos.

Si quieres jugar a chica Meyer, Alaska, querida mía, haz pelis. Que no te salían del todo mal, y en (aquel engendro que era) Sólo se vive dos veces, me parece, hacías de una pseudovixen (no daba el nivel, pero era una buena aproximación) que incluso daba el pego. Pero para lo que vienen a ser los videos, por favor, centraos un poco, anda. Porque de verdad, pero esto qué es? Pero qué invento es este?

Tu efervescente admirador...

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