Si alguien, a estas alturas del curso, es capaz de sorprenderse si digo que no soy, ni nunca he sido, una persona sociable ni social, es o que no me conoce de nada ni ha seguido este blog, o que es tonto de capirote. Pero dado que vivo en un país que fue capaz de darle una mayoría absoluta a Aznar, que revalida en su cargo a alcaldes implicados en casos de corrupción y que... bueno, no haré sangre sobre lo de Madrid y Valencia (que telita, nen), hace mucho tiempo que asumí y acepté que vivo en un país plagadito de tontos de capirote, imbéciles, lelos y lerdos, con lo que, por simple estadística, alguno debe haber que lo sea entre los lectores de este su blog. Así que, por si acaso, lo explicito y lo confirmo: No soy una persona social ni sociable. Y no es pose, decisión ni actitud, es carácter: no me siento bien entre la gente, así que si tengo la ocasión, la evito.
Y lo cierto es que, a día de hoy, soy bastante más (pero como de aquí a Lima) social de lo que fui durante mi adolescencia, que la pasé poco menos que siendo un ermitaño paria de la tierra. Y tan feliz, oigan, que no reniego de nada. Me limito a constatar el hecho. Si a eso le suman que siempre he sido un tanto (mucho) cinéfago (-fago, que no -filo. No me importa que no sean "buenas" películas, siempre y cuando no insulten a mi inteligencia), pues se pueden imaginar que gasté muuuuuchas horas de mis años mozos en los cines.
En un cine.
Porque verán, en Santako, desde que a mediados de los ochenta cerraron el Principal, el último cine que quedaba (y que fue reconvertido en supermercado, sigh...), estamos sin una mala pantalla que llevarnos a la boca. Y si queremos ver pinículas, nos tenemos que ir o a Badalona o a Barcelona. Lo cual, tal y como está el transporte público de Barcebollas, suponía un pico de tiempo y de dinero. Y no era plan, la verdad. Pero hete aquí que, a principios de los noventa, inauguraron en Montigalà (Badalona) un mini-centro comercial bastante cutre, pero que tenía cine. Nada más y nada menos que siete salas. Por aquellos tiempos las multisalas no eran la peste bubónica que son ahora, que lo que cuesta es encontrar un cine donde no proyecten cuarenta películas distintas, a cual más prescindible, y lo de tener a media horita a pie nada menos que siete salas siete de cine, en las que encima hacían matinales y sesiones golfas, se me antojaba un lujo asiático. Que se me abrieron los cielos, vamos. Luego, ya a finales de la década, abrieron en Baró de Viver otro centro comercial, este bastante más ganso, con otro multicine, este con no se si catorce salas, bastante mejor acondicionado, con pantallas más grandes y mejor sonido, y que me quedaba poco más o menos a la misma distancia, y empecé a frecuentarlo más que el otro, y abrieron los Icaria-Yelmo, en VO, y yo me hice mayor y lo de coger el metro a las brujas horas de la madrugada o el autobús nocturno para volver a casa, o simplemente aprovechar para dedicarme al vicio, el lubricio y el fornicio después del cine fue dejando de darme reparo, y... acabé dejando de ir a Montigalà, que en el interín había sido tomado al asalto por una plaga de garrulos salida de algún círculo del Infierno que Dante se olvidó de contar.
Pero no se me olvida que allí es donde vi La Familia Addams, las versiones del director de Star Wars y El Imperio Contraataca (de lo que nunca me arrepentiré lo bastante), Jurassic Park, Belle Epoque, Terminator 2, La Bella y la Bestia, La Nueva Pesadilla de Wes Craven, Stalingrado, Instinto Básico, Aquel País Desconocido, Jamón, jamón, Alien 3, Sonámbulos, Goldeneye o (sí, fui yo quien fue a verla al cine) Supernova. Y tantas, tantas, tantas otras.
El otro día, paseando sin rumbo fijo, acabé en Montigalà. Y me encontré con que hace quince días que habían cerrado los cines.
Vale, lo se, yo fui el primero que los abandoné, porque encontré otros que por el mismo precio me daban mejor servicio. Y la última vez que estuve allí, acabé de una mala hostia impresionante por el garrulerío y la mala educación de la parroquia.
Pero no se, es como si me hubiesen extirpado a las bravas, sin anestesia y sin avisar un cacho de mi juventud...
En otro orden de cosas, y como les recuerdo que los Servicios de Inteligencia de la República están en plena campaña electoral para las próximas elecciones generales (o para qué se creen que sirven los espías, si no?), les dejo con este bonito pasatiempo que he robado vilmente en La Fragua.
Kafka: “Todo lo que amas probablemente se pierda”.
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Paseaba Franz Kafka, quien nunca se casó ni tuvo hijos, cuando conoció a
una niña que lloraba porque había perdido su muñeca favorita. Ambos
buscaron ...
Hace 7 horas
19 comentarios:
En todas partes pasa lo mismo... Yo soy de sesión golfa (sin bromitas al respecto), y es muy difícil encontrar una sala donde la gente no hable como en el sofá de su casa y hablen por el móvil o manden mensajitos.
Que me entran ganas de empezar a repartir hostias y maldigo el día en que la Madre Naturaleza no me dio superpoderes.
Da igual que vayas a un barrio pijo intentando huir de los garrulos... los pijos son igual de garrulos (a excepción de Will, que es adinerado, otro mundo, vamos).
Que por cierto, de verbena estuve yo en Santako, en casa de unos amiguetes... jejeje.
Lanzo aquí una idea: hacer un test de inteligencia (o de garrulería, según el caso) para permitir/denegar la entrada a las salas. Suena nazi, pero da igual, no????
Y prime otra vez!
Yo es que tengo los Icaria a 10 minutos a pie de casa y si quiero palomiteras me voy a Diagonalmar.
Por cierto LILI (mi gata) hace un papel estelar en Sherk!!!!
los pijos son igual de garrulos
No.
Los pijos, en ese sentido, son MUCHO más garrulos.
Por experiencia lo digo.
Casta, pero tu te vas y yo me quedo. Con los Icaria y con el Tío Ché. Elis-elis.
Yo evito a los garrulos (a mí mismo no puedo evitarme ;-) yendo entre semana a los pases de las 16 o 17 horas. Es que soy ave (por decir algo) diurna.
Yo tengo el cine a 10 minutos en coche, pero el coche ha de ponerlo mi amigo. Curiosamente los multicines de mi barrio tambien los cambiaron por un supermercado. En cuanto a la garruleria yo hago gala de mi punteria y me lio a gominolazos hasta que los demas hacen callar/echan al garrulo. Un dia tendre que probar a saltar desde las filas superiores sobre las cabezas de los alborotadores de abajo, sera mas rapido.
jo, pues nada....
:P
yo ya no... solo en ocasiones contadisimas voy al cine... para dormirme, me quedo en mi sofa, que es muy comodo.
Yo recuerdo una sesión en la que una pandilla de adolescentes hiperhormonados e hipergilipolllas celebraban un cumpleaños a grito pelado, sin apenas prestar atención a la película. Que vale, la peli era Harry Potter y la Cámara Secreta, y no Ciudadano Kane precisamente. Pero coño, hasta los gremlins que veían Blancanieves se comportaban con más clase...
Sota, darling, el tio Ché está en la esquina de casa y la tradición manda que primero un cine y después una horchata...
Que mala es la envidia...
Pregunta tonta, ¿por qué te arrepentiste de ir a ver el Imperio Contraataca?¿ :S
Yo siempre quise ver en el cine los episodios IV,V y VI
Kord, yo es que a esas horas estoy haciendo ver que curro (o currando, sigh).
Erynus, 10 minutos en coche es media hora caminando. Nada de saltar sobre los alborotadores, bombas desde el gallinero, como los anarquistas de Liceu.
Tony, vale, pues nada.
Nan, y menos que vas a poder ir...
Shimart, tratandose de eso, el comportamiento adecuado y civilizado hubiese sido quemar la sala. A poder ser, con los que hubiesen pasado por taquilla dentro.
Casta, la envídia es muy mala, sí, pero insisto... tu te vas y yo me quedo.
Grace, porque yo vi (de reestreno) la trilogía completa en su montaje original en el cine, cuando era chinorri, y luego la he revisitado en vídeo un montón de veces. Y cuando volvía a pasar por caja y me encontré con aquel engendro, me dieron los siete males.
He hecho el pasatiempos y no se me une casi (excepto lo de ser presidente) el Zapatero con ninguno, ¿es grave?
Pero yo veré mundo y aprenderé idiomas y el piso es MIO y de PROPIEDAD...
Continua siendo malísima la envidia.
El cine,ese bonito invento. Yo desde que planté el pantallón en mi salón, me cuesta taco eso de acercarme al cine, pero la lista de pelis que me gustaría ver siempre la tengo presente, jurjur.
Se me olvido invitarte al estreno de 300.
¡Riéte de las Termópilas! Maricas contra Garrulos. Imagina las hostialidades.
Como que me fui.
Por experiencia lo digo.
¿Ex-pijo?
¿Has ido a clase con pijos?
¿Trabajas con pijos?
¿Convives o has convivido con pijos?
¿Van al cine donde tu vas muchos pijos?
... ??? ...
Corredero, pues alguna conexión más hay, pero grave, grave, tampoco...
Casta, my dear, que sí, que es muy mala, que eso te lo reconozco. Pero yo seguiré teniendo el Tío Ché (relativamente) cerca, y tu no encontrarás otro sitio donde hagan un granizado de café como el de allí...
Mag, en cual de los salones de cual de las mansiones?
Troy, nunca me invitas a nada, snif... Los maricas garrulos (que haberlos haylos) de qué parte se ponían? Y tú de qué parte estabas?
Akroon, que nos cruzamos... A ver, por orden (del señor alcalde se hace saber):
No.
Sí.
Sí.
No (pero casi).
A veces...
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