domingo, 12 de diciembre de 2004

Me pareció ver a un lindo asesino con hacha...

Ayer (bueno, técnicamente, hoy) fui a ver La Semilla de Chucky, quinta parte de la saga del Muñeco Diabólico. En realidad quería ver Los Increibles pero cosas de mirar mal los horarios y los cines en que se proyectaban hicieron que me acabase decidiendo por la otra, que, al fin y al cabo, también quería verla. Y créanme que nunca me he alegrado tanto de tener que optar por un plan B, porque es la película más divertida que he visto en mucho tiempo.

La cosa empieza con la gestación de un bebé en primer plano, en plan reportaje del National Geographic, hasta que un primer plano muestra, en la muñeca del feto, la frase "MADE IN JAPAN". De ahí pasamos a un cementerio nevado, donde Chucky (el Muñeco Diabólico) y Tiffany (su novia, que se vió convertida también en muñeco durante la anterior entrega por parte de Chucky, y que previamente tenía el cuerpo -y sigue teniendo la voz- de Jennifer Tilly) se dedican a apuñalar a un Papá Nöel porque va a desilusionar a los niños. Pero no, en realidad lo que pasa es que están rodando una película sobre la leyenda urbana de los asesinatos del Muñeco Diabólico y su novia, que está interpretada por Jennifer Tilly as herself, riéndose de su situación de ex-estrella en horas bajas, obligada a trabajar en series B cutronas, con problemas de sobrepeso (que yo no se los veo por ninguna parte, la tia está jamona), y haciendo que hace el papel que hizo en la anterior entrega de la saga. Chistes autoreferenciales y guiños a otras películas (Scream 3 aquí), a patadas, como pueden comprobar.

De ahí pasamos a un concurso de ventrílocuos en Inglaterra, donde un jevi se presenta con un muñeco, que es algo así como una mezcla de Frankenstein, Eduardo Manostijeras, Macario (el de Jose Luís Moreno) y Agatha Ruiz de la Prada, más feo que Aznar con resaca, que sufre pesadillas donde asesina a gente, se mea encima, ama a los animalitos y las flores del campo y se sabe huérfano y desgraciado porque el jevi lo trata muy mal y se cree que es japonés porque tiene en la muñeca grabado MADE IN JAPAN. El caso es que ve en televisión un reportaje sobre la filmación de la película del Muñeco Diabólico, y, de casualidad, ve que Chucky también tiene el MADE IN JAPAN en la muñeca y deduce que ha de ser su papá. Así que huye del jevi y se autofactura hacia hollywood, a la dirección del estudio donde se está rodando la película. Allí, con la ayuda del medallón vudú, que era lo único que había heredado de sus padres, los devuelve a la vida, y ellos, lo primero que hacen es decapitar al encargado de los efectos especiales, para horror del niño, que, como ya he dicho, es como medio jipi. Resulta que sí, que es hijo de Tiffany y Chucky. O hija. Porque resulta que el muñeco es anatómicamente incompleto, así que no saben de que sexo es. Chucky quiere que sea un niño y llamarlo Glenn, y Tifanny que sea una niña, y llamarla (cómo no) Glenda.

A partir de aquí siguen más situaciones vodevilescas (que tampoco les voy a reventar toda la peli), que incluyen a Jennifer Tilly intentando pisarle el papel de Virgen María a Julia Roberts, un rapero metido a director de cine con ínfulas místicas, que quiere una Virgen María que esté buena de cojones y que se la chupe, unplan por parte de los muñecos para poseer los cuerpos de la Tilly y el rapero, una inseminación artifical para que Genn (o Glenda) también tenga cuerpo, John Waters haciendo de paparazzo, un intento (fallido) de terapia de desintoxiacación del asesinato por parte de Tiffany, muñecos asesinos travestis y medio locos, dos bebés (niño y niña), el chofer de la Tilly, que está enamorado de ella y que no es capaz de decírselo, parodias de El Resplandor, algún que otro asesinato creativo (incluyendo ácido sulfúrico, enervaciones genitales y lanzallamas de laca), pequeños secretos de familia, la confirmación de la doble personalidad del niño (Glen es el niño bueno y ahositable, y Glenda la psicópata asesina con hacha y un futuro muy prometedor, en palabras de su padre), cambios de cuerpo y susto final (probablemente el único digno de ese nombre de la película, aunque se vea venir de una hora lejos).

En fin, que como peli de terror, como que no, como stab, no funciona ni de coña, como gore, alguna escena aislada, pero como comedia descerebrada, no tiene precio. Recomendable, muy recomendable.

6 comentarios:

Kraken17 dijo...

Teniendo en cuenta que me lo pase como un enano con La Novia de Chucky (amén de que siempre me gustaron las pelis del muñeco este, incluso la tercera con lo floja que es) seguro que esta cae seguro a la hora de pasar por taquilla.

Y cuando te veas Los Increibles ya nos contarás.

Anónimo dijo...

Lo del nombre del ninio de Chucky&Tiffany me recuerda una tira de Liberty Meadows.

Salía un representante de una asociación de travestis antes conocida como "club de chicos jubilosos, Glen o Glenda". Lo cúál no deja en muy buena posición el nombre. :P

Urui.

Sota dijo...

Urui, la coña viene de una peli de Ed Wood, Glenn or Glenda?, donde el prota era él mismo as him/herself, dando su particular visión del mundo del transvestismo creativo con chaquetillas de angora.

Que una húngara de pro no sepa esto, por dios...

Anónimo dijo...

Es que aún no he visto ninguna peli de Ed Wood, no las hay en las videotecas.

Y ya puestos, tampoco he visto "Ed Wood". :(

Más material a la lista de cosas que ver/leer/oir, supongo.

Urui.

Sota dijo...

Bueno, tampoco te has perdido gran cosa, para qué nos vamos a engañar...

(Con las pelis de Wood, me refiero. Ed Wood SÍ que es una gran peli que hay que ver)

Spaulding dijo...

A mi lo que más me gusta de esta Semilla de Chucky es el poco respeto que tiene por todo. No hay colores para el director. Arremete contra todo, a saco, e incluso, acerca a la Virgen María a un hombre negro... ¡y la embaraza in vitro!

Le aseguro que esta película es mucha más políticamente incorrecta que la tan cacareada Team America, esa producida por los de South Park y con marionetas emulando a los Thunderbirds.

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