La referencia del presidente de EEUU al juicio como «un hito en el camino de la democracia iraquí» constituye la mejor indicación de que ha sido Washington el que ha apretado el gatillo. Los dirigentes de la UE, presuntamente contrarios a la pena capital, han optado por la pasividad, como de costumbre.
Aunque en Bagdad ha habido algunas facciones chiíes que lo han celebrado, las cifras dadas a conocer por una organización verdaderamente independiente, el ICRSS (Centro de Investigación y Estudios Estratégicos de Irak), ponen de manifiesto que el 80% de los iraquíes tiene la sensación de que la situación del país era mejor antes de la ocupación. Sólo el 5% de los encuestados ha respondido que Irak está hoy mejor que en 2003. No es ninguna sorpresa que el 95% considere que la situación en cuanto a seguridad está más deteriorada que antes.
Añádanse a esto las cifras facilitadas por el Alto Comisario de las Naciones Unidas para los Refugiados: 1.600.000 iraquíes (el 7% de la población) ha huido del país desde marzo de 2003 y otros 100.000 lo abandonan cada mes (cristianos, médicos, ingenieros, mujeres). En Siria hay un millón de iraquíes, 750.000 en Jordania, 150.000 en El Cairo. Quizás hayan sido estas estadísticas, más las estimaciones de un millón de muertos entre los iraquíes, lo que ha hecho necesaria la ejecución del depuesto dictador.
Que Sadam era un tirano está por encima de toda discusión, pero lo que oportunamente se ha querido olvidar es que cometió la gran mayoría de sus crímenes cuando era un aliado incondicional de quienes en la actualidad están ocupando el país. Como reconoció durante el juicio, fueron el visto bueno de Washington y el que el gas venenoso le fuera suministrado por la entonces Alemania Occidental lo que le dio la confianza que necesitaba para rociar Halabja con productos químicos en plena guerra entre Irán e Irak.
La doble moral aplicada por Occidente no deja de asombrar. ¿Qué hay de aquéllos que han sido los causantes del desastre que es hoy Irak? ¿De los torturadores de Abu Ghraib, de los carniceros de Faluya, de los ejecutores de las limpiezas raciales? ¿Van a ser juzgados Bush y Blair en algún momento? Es dudoso. ¿Y el ex presidente del Gobierno español, José María Aznar? Ahora lo tienen empleado como profesor de la Georgetown University de Washington, donde el idioma en que se imparten las clases es el inglés, del que prácticamente no sabe ni jota.
Es posible que el linchamiento de Sadam haya producido escalofríos en las clases gobernantes árabes. Si se puede ahorcar a Sadam, también se puede ahorcar al presidente de Egipto, Hosni Mubarak, al monigote hachemí que hay en Amán y a los miembros de la familia real saudí, siempre y cuando aquellos que los derroquen se sientan a gusto cooperando con Estados Unidos.
Yo lo he sacado de aquí, via A sueldo de Moscú. Para encontrar la fuente original, sigan los enlaces.
Y recuerden, LOS REYES SON LOS PADRES.
3 comentarios:
Yo acabo de ver el ahorcamiento de Sadam ahora.
No se que tipo de justicia es esa, pero no es la mía. Porque si no, ¿como puede ser que vea morir a todo un h ijo de puta y aun así me quede un regustillo amargo?
Igual es porque sabes que por muy hijo de puta que fuese, era el hijo de puta títere. Para que ese tío hiciera lo que hizo necesitó la ayuda de muchos otros hijos de puta poderosos que se van de rositas y, aún así, se atreven a darnos lecciones de moral (Bush es el más clarito, pero fijo que ahí ha metido la zarpa media política mundial).
Forges hizo un chiste cuando pillaron a Saddam, estaba Saddam en una silla y le interrogaban.
Interrogadores: "¿De qué conoce a Bin Laden?"
Saddam: "De la tuna de la CIA"
Lo que dice Urui. Y que matar es matar, y si matar a un hijo de vecina es un asesinato, el hecho de que la vecina sea puta no cambia el que sea un asesinato. Y que cuando dicho asesinato se comete en nombre de un estado que se dice "democrático", corresponsabiliza a todos sus ciudadanos del mismo.
Y eso, la verdad, revuelve bastante las tripas.
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