Hay gente que habría que colgarla de los cojones

Composición de escena:

Sevilla.

Barrio de las Tres Mil Viviendas. Un barrio, digamos, marginal. O incluso de fuera de los márgenes, si quieren.

Un barrio donde había un instituto que impartiese Bachillerato. Cualquier nacido en ese barrio con capacidad y/o ganas de estudiar (y esos los hay en los barrios marginales como los hay en los barrios pijos como los hay en todas partes) tenía que pasar por allí por cojones.

Me entero, vía maese Zifra (tienen la nota completa aquí que el delegado provincial de la Consejería de Educación, José Jaime Mougán, quiere chaparlo. Porque hay pocos alumnos. Suscribo la cita de Juan Luis Pavón que referencia maese Zifra:

Plantearse la supresión del nivel de Bachillerato en el Instituto Domínguez Ortiz, alegando que hay pocos alumnos para mantener los costes de esa enseñanza, es como eliminar el abastecimiento de agua potable y electricidad a un pueblo pobre y con pocos habitantes porque es mucho el gasto para el escaso consumo

Señores, un instituto no es un lugar donde aparcar los críos para que no molesten. Es una inversión de futuro que hacemos entre todos. Y en esos barrios más-que-marginales, más. Con que un (UN) chaval por generación lograse salir del barrio gracias al Instituto, la inversión estaría más que amortizada. Y he salido de un barrio que déu n'hi dó lo marginal que era, y he ido toda la vida a clase con chavales que venían de un barrio (el de al lado) que estaba también a un paso de cruzar la raya de la marginalidad y salir por el otro lado, sé de lo que hablo.

Pero se ve que no es rentable.

Tócate los cojones.

A dos manos.

Hasta que te sangren.

Recuerdan lo que decía hace tiempo sobre la nefasta mentalidad de los economistas? Que son incapaces de mirar más allá de a cinco años vista, cuando los ciclos reales son mucho más largos? Alguien que salga de ahí es socialmente productivo. Alguien que no (porque no quiera o porque no pueda), no sólo no produce, sino que consume, y, a ciclo completo, sale mucho más caro. Nos sale a todos mucho más caro. Sin olvidar la tendencia de esos barrios a convertirse en focos de lumpenproletariado que gritan "vivan las caenas" a las primeras de cambio. Que eso también sale muy caro. Pero claro, eso, a cinco años vista, no se ve. Y no digamos a cuatro, que es lo que duran las legislaturas.

Definitivamente, a ese imbecil, así, con todas las letras, de José Jaime Mougán, delegado provincial de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, habría que colgarlo de los huevos sobre una lumbre de cagajones. Por capullo.

Pero mientras tanto, háganse un favor, pásense por aquí y firmen. Porque a todos nos va mucho en ello.

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