Sin embargo canchero y sin cabrearse
le dijo al gavilán: Puede rajarse
Que el hombre no es culpable en estos casos.
Y al encontrarse solo con la mina
pidió las zapatillas y ya listo
le dijo cual si nada hubiera visto
Cebáme un par de mates, Catalina.
La mina jaboneada le hizo caso, y el varón
saboreándose un buen faso la siguió chamullando de pavadas.
Y luego, besuqueándole la frente,
con gran tranquilidad,
amablemente...
Le fajó 34 puñaladas.
Edmundo Rivero, sobre un poema de Iván Diez
Serrat tiene una versión preciosa, pero ahora no la encuentro. Pídansela a los reyes. Que el fondo es tan deleznable como hermosísisma la forma, y lo vale.
Y repito, no hagan esto en casa. O me veré obligado a cortarles los huevos con un serrucho oxidado y hacérselos tragar.
Estamos?
7 comentarios:
como andamos, eh?
Pché...
Como siempre.
Qué tal se porta el bebeto?
jolin! :(
Esa cara es por el tremendismo de la canción, o porque querías hacer algo así?
Si es por lo primero... bueno, es una milonga, es lo propio. Si es por lo segundo... Que no me entere yo.
gracias por linkear mi post.
Saludos
¿como va a ser por querer hacer algo parecido sota???
Esta es de las veces que te quiero matar :P
Jirones, a mandar. Bienvenido por aquí. Pase y póngase cómodo.
Will, AJAJÁ! Así que SÍ quieres hacerlo! Te he descubierto! No contaste con mi astusia!
Uh...
Espera...
(miedito!)
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