martes, 15 de enero de 2008

La vida política imita al arte la literatura

Yo soy un científico. Vale. Sensato, centrado, racional. Me gustan las magufadas, los cuentos de hadas y las historias sobre magia y encantamientos (cuando están bien hechas: Harry Potter es basura para orcos), sí, pero siempre soy consciente de que son fantasías.

PERO

El mismo hecho de ser un científico, un empirista, me hace concluír que las maldiciones realmente existen.

Es lo único que permite explicar que haya tenido que comprar cuatro (4) veces Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza, porque en tres (3) ocasiones el libro se haya volatilizado de mis estanterías. Con lo celoso y cuidadoso que soy yo con mis libros.

Que si hubiese sido otro igual no me hubiese importado tanto, al fin y al cabo no es más que una novelita chorras, bastante tonta, facilona, sin ningún tipo de trascendencia y que ha envejecido muy mal. Tiene demasiadas referencias que sólo tienen sentido cuando conociste (más mal que bien) un momento muy puntual y concreto de la historia, que además, no será una de esas situaciones que pasen a la historia: la histeria de la Barcelona preolímpica, la época en la que se escribió. De hecho, esa misma situación ha provocado que algunas de las situaciones que se presentan sean ya parte del pasado y no puedan darse nunca más.

Pero coño, que es una novelita chorras, divertida, que se lee sin problemas en menos de un día, que te hace sonreir (y en ocasiones, soltar alguna discreta carcajada) y que si ha sido traducida a un porrón de idiomas y se sigue reeditando, aun con el handicap de estar supeditada a un lugar y un momento muy concretos de la realidad que es imposible que se vuelvan a repetir, pues algo tendrá.

Y qué tendrá esa historia de dos aliens que llegan a la tierra en misión de reconocimiento y uno de ellos (Gurb) desaparece y el otro se dedica a buscarlo con hilarantes resultados?

Pues, entre otras cosas, tiene el que demuestra que el señor Mendoza es profeta en su tierra. Pero profeta de los que ven el futuro. Porque, recuerden, es una novela escrita hace casi dos décadas, y que contiene un párrafo como este:

La densidad del tráfico es uno de los problemas más graves de esta ciudad y una de las cosas que más preocupado tiene a su alcalde, también llamado Maragall. Éste ha recomendado en varias ocasiones el uso sustitutivo de la bicicleta y ha aparecido en los periódicos montado precisamente en una bicicleta, aunque, la verdad sea dicha, nunca lleva trazas de ir muy lejos. Quizá la gente haría más uso de la bicicleta si la ciudad fuera más llana, pero esto tiene mal arreglo, porque ya está casi toda edificada. Otra solución sería que el Ayuntamiento pusiera bicicletas a disposición de los transeúntes en la parte alta de la ciudad, con las cuales éstos podrían ir al centro muy de prisa y casi sin pedalear. Una vez en el centro, el propio Ayuntamiento (o, en su lugar, una empresa concesionaria) se encargaría de meter las bicis en camiones y volverlas a llevar a la parte alta. Este sistema resultaría relativamente barato. a lo sumo, habría que colocar una red o colchoneta en la parte baja de la ciudad para impedir que los menos expertos o los más alocados se cayeran al mar una vez efectuado el trayecto descendente. Quedaría pendiente, claro está, la forma en que la gente que hubiera bajado al centro en bicicleta volvería a la parte alta, pero esto no es cosa que deba preocupar al Ayuntamiento, porque no es función de esta institución (ni de ninguna otra) coartar la iniciativa de los ciudadanos.

A ver, los que me están leyendo y son de o han estado recientemente en Barcelona... A que les suena de algo?



El link proporicón del día

Hace 309 posts...

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Mira, el otro día le comentaba a Norda esto mismo, exactamente lo mismo. Que curioso :)

Es un libro que me ha hecho reír tantas, pero tantas veces...

Anónimo dijo...

"si ha sido traducida a un porrón de idiomas y se sigue reeditando, aun con el handicap de estar supeditada a un lugar y un momento muy concretos de la realidad que es imposible que se vuelvan a repetir, pues algo tendrá."

¿Y eso mismo no se puede aplicar a Harry Potter?

Sota dijo...

Pry, serendipia, serendipia!

Anónimo, no. Primero, porque HP no está supeditado a un lugar y momento muy concretos. De hecho, el grueso del argumento (por llamarlo de alguna manera) sucede en un lugar que no existe y que está al margen del tiempo "normal". Y segundo, porque Sin Noticias de Gurb está bien escrita. Cosa que el Potter, ni por asomo.

Casta dijo...

He regalado tantísimas veces este libro que una parte de los derechos de autor tendrían que ser ingresados en mi cuenta corriente.

Sota, por una vez (y sin que sirva de precedente) tu post me ha servido para sonreirme.

Sota dijo...

Pero tu qué haces aquí?

TENDRÍAS QUE ESTAR HACIENDO UN EXÁMEN!!!

Anónimo dijo...

Sota, olvidas en tu argumentación que además, Sin noticias de Gurb, no ha recibido nunca el apoyo mediático ni la campaña publicitaria que sí ha recibido HP (me gusta ponerlo en siglas porque tanto lees Harry Potter como Hijo de Puta xD).

Anónimo dijo...

yo tambien tengo ese libro. esta genial! y gracias a el descubri a Eduardo Mendoza hace la tira de años...

Sota dijo...

Pry, no es una argumentación, es la descripción de un hecho. Los hechos no necesitan ser argumentados, sólo descritos.

Nan, no, si al final resultará que aún tienes buen gusto, y todo...

Luis dijo...

Las bicicletas son para el verano...

Maggie Wang Kenobi dijo...

uy, creo que hace siglos leí el libro y me reí bastante, sisisi. Y lo que hay es incentivar que la gente vaya haciendo futin de un lado para otro y colocar después cantidé de duchas para cuando llegue se puedan quitar el sudor y, de paso, veamos a buenorros restregándose jabón en plena calle. Eso sí que estaría bien :-D

Will dijo...

me parece una iniciativa genial sea o no robada, pero yo me pregunto ¿realmente sirve para algo? ¿la gente lo ha tomado en serio?

Condesadedia dijo...

El Ayuntamiento de Castellón ha copiado la idea de las bicis, pero de momento solo he visto los aparcamientos al lado del edificio, entre la Fuente de las Tortilleras y el Mercado Central. A ver cuánto dura la idea, porque esta santa ciudad, cada vez que copia algo lo empeora.
Y yo me he reído muchísimo con Gurb. Aunque debo confesar avergonzada que no conseguí terminar "La ciudad de los prodigios" (snif).

Sota dijo...

Luis, eso dicen...

Mag, siglos? Ya sabía yo que eras un viejuno...

Will, en según que zonas de Barcelona, hay que ir con mil ojos para que no te atropelle un artefacto de esos. Así que algo de éxito debe tener...

Condesa, yo ni la he empezado, ni entra dentro de mis planes, qué passssa...

Will dijo...

y es por eso... que no me dejan montar en bici a mi!

Nepomuk dijo...

Hey... :) libros tontorrones atemporales, sí... cada uno tenemos el nuestro para tener y desempolvar de vez en cuando. El mío es El Diario de Adrian Mole.

Es igual de surrealista pero un pelín más cabrón...

Sota dijo...

Will, a ti no te dejan montar en bici no por miedo a que atropelles a los demás, sino a que te hagas daño a ti mismo...

Nepo, mi libro es una cosa absolutamente desconocida, de autor alemán, llamado "La casa de los cocodrilos", inencontrable en ninguna parte, y que guardo bajo diez llaves. Pero sí, todo el mundo tiene uno.

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