Pelotón de fusilamiento (XLVII)

Admito que mi posición ideológica me puede llevar a cometer prejuicios un tanto febriles con algunas comparaciones de los políticos que ahora mismo daré buena cuenta, por lo que espero cordura por parte del lector.

Esas comparaciones vinieron a razón de unas preguntas que me desvelaban por las noches, inquietantes cuando las recuerdo, tan atroces que incluso me acongojaba cuando miraba a “Poco Yo” al lado de mi hija, esas preguntas reales o ficticias que tanto me angustiaban, en fin, esas que todos conocemos con las expresiones científicas de,…. ¿Por qué son tan mafiosos los políticos de derechas en España? ¿Por qué son tan tenebrosos? ¿Por qué tan demagogos? ¿Tan mentirosos? Al principio el
médico me recetó algo tan noble como apagar la TV, dejar de leer los periódicos, y dejar de escuchar la radio por las mañanas. E incluso algo más extraño como el dejar de ir a votar el próximo 9 de marzo.
No dio sus frutos. La falta de información en vena me trajo el síndrome del Mandril, eso que vulgarmente se llama el “mono”. Y en esas también descubrí que el médico era del PP. El muy cabrón. Por fin, en una larga noche de invierno la almohada me respondió mi tenaz duda, mejor dicho, me la susurró: Ni puta idea,….pero para el próximo 9 de marzo sólo tienes que hacer una cosa; compara macho, COMPARA!

Y en eso estoy, comparando, y de momento estoy en la convicción de que sí, que de momento prefiero la honesta sensibilidad y transparencia de María Teresa Fernández de la Vega antes que la mentira y demagogia de Acebes; ese que escondió sus responsabilidades entre las 192 víctimas del 11M; ese que es incapaz de digerir el valor de una sociedad moderna como alternativa a sus ideas trasnochadas y dogmáticas de fe.

También prefiero el valor de un político de partido eficaz como Rubalcaba, antes que el valor eficaz de entrar en política para forrarse de Zaplana; ese que esconde sus responsabilidades urbanísticas bajo el techo protector del parlamento. Escojo el bagaje y currículum económico de Solbes antes que la oscuridad mafiosa y lenguaraz de Pizarro; ese que escondió su exitosa responsabilidad de la OPA bajo un manto de color político y un odio territorial ahora y entonces evidente.

Prefiero las maneras, la educación y la profesionalidad de Alonso que el “cojonudo” Trillo; ese que se esconde debajo de los opacos escaños para no dimitir; ese cobarde incapaz de asumir sus responsabilidades ante 62 militares españoles muertos y posteriormente ultrajados en un miserable mercadeo de vísceras esparcidas en cajas de madera.

Sí, elijo la histórica posición internacional de Felipe González como tributo a su valor europeísta antes que el patético intento de mendigar alguna retribución económica como contrapartida a su escarceo militar de “sargento en jefe” en las Azores de Aznar. José Mari, ese bufón que escondió sus responsabilidades debajo de las inexistentes armas de destrucción masiva de Irak. El expresidente, ese vulgar tipejo que esconde bajo el resentimiento una incapacidad como persona para digerir lo que le refleja el espejo de la realidad. Esa realidad que cada mañana le martillea en las orejas, esa que las cacerolas le incrustaron entre sus pocos sesos tres días sin cesar hace ya 4 largos años. Esa realidad tan escondida en su vida de años mozos que este cabrón no sabía ni de su existencia. Esa realidad que nosotros llamamos Democracia.

Y finalmente sí, prefiero la ingenuidad utópica de Zapatero que le hizo entrar en política pensando que podía cambiar el mundo, antes que el tradicionalismo eclesial, el catastrofismo radiofónico y esa rancia deriva política de Rajoy; ese que hace de su vida una contradicción existencial, y ese que escondió sus responsabilidades y reputación en negras y putrefactas toneladas de hilillos de plastilina.

Ya veis, el próximo 9 de marzo no es la economía, ni el terrorismo, ni la conspirativa “venta de Navarra”, ni tan siquiera el destierro de Gallardón. Es la COMPARACIÓN.

Arnau-El catalán en un comentario en Escolar

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