jueves, 9 de noviembre de 2006

Tinta en las venas

Hace un tiempo (antes del impass por defunción de este, su blog) venía un artículo en el gratuito ADN donde siete (supuestamente) popes del mundo cultural (y entiéndase como tal la cultura "oficial", la "alta cultura", sea lo que sea eso) hacían su decálogo de los libros que toda persona debería haber leído antes de los dieciocho años para poder dejar de ser considerado un simple pedazo de carne con ojos. Me lo leí así en diagonal, y primero se me cayó el ojo derecho, luego el izquierdo, luego el cerebro intentó huir por la nariz, se me vaciaron todas las tripas de golpe y finalmente la neurona que me queda en funcionamiento se puso en huelga de axones caídos y amenazó con ir a manifestarse al aeropuerto y hacerme votar a Ciutadanos en las pasadas elecciones si no hacía algo, en la medida de mis posibilidades, para reparar aquel desaguisado. Sólo con decirles que los seis Grandes Arcanos escogidos eran:
- doña Ana María Matutes (1) (que esta se salva, tanto por ser quien es, como por su carrera, como por su elección de libros, con una salvedad)
- la menestra de Kultura (con K mayúscula) Carmen Calvo (2), de quien no diré nada porque estamos en horario infantil y no se pueden decir tacos
- Espido Freire(3), la primera escritora de la historia con nombre de bañador de competición
- Esther Tusquets(4), mítica editora (sic)
- Josep Herralde(5), otro del gremio de la edición (en este caso, de Anagrama)
- Fernando Savater(6), un tio que estaría mejor siendo abono para geranios que haciendo cualquier otra cosa, especialmente si esa otra cosa tiene algo que ver con la cultura, y
- Jorge de Cominges(7), director de la revista Qué leer (que viene a ser algo así como el Fotogramas de la literatura, pero en gafapasta)

Tócate los huevos ya con la selección de electores, todos ellos expertos pedagogos y especialistas en el mundo infantil, y tal... o incluso en el literario. Y así salió lo que salió. No se los voy a poner todos, que saldría un post de unos cuantos kilómetros de largo, así que me limitaré a reseñarles los que más ojiplático me han dejado. Agárrense, que vienen curvas:

- 1984, de George Orwell (1): Bien, aquí se nos plantea el primer problema. Que la pregunta está mal planteada. Qué entienden esta gente por "jóvenes"? 1984 es un libro ideal para alguien a partir de los quince-dieciséis años. Alguien de doce-trece (alguien normal, en el sentido de que siga la norma), no lo entendería. Y aún así, sólo si quieres que el ninio te salga un revolucionario peligroso. Y probablemente, un conspiranoico. Dudo mucho que los Grandes Arcanos permitiesen (es más, alentasen) una lectura tan potencialmente peligrosa como esta. Lo mismo vale para Espartaco, de Howard Fast (4), con el añadido de que es una novela histórica más o menos seria, que requiere un poso cultural importante para entenderla.

- Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carrol (2,5,7): Con este libro tengo un problema. O lo leí ya demasiado mayor (debía tener dieciocho o diecinueve años), o lo leí demasiado poco drogado. Y para un niño pequeño tampoco lo veo especialmente indicado. Y siempre saldría alguien diciendo que es apología de las drogas (y no iría demasiado desencaminado, tampoco...). Lo mismo valdría para - Peter Pan y Wendy, de J.M. Barrie, solo que substituyendo las drogas por sexo críptico.

- Carta al padre, de Frank Kafka (5): Kafka. Un libro donde se dedica a saldar cuentas con su padre, con quien no se llevaba del todo bien, para decirlo finamente. Dárselo a leer a adolescentes. Suponiendo que entendiesen algo... El concepto "bomba de relojería" les dice algo?

- Cuentos completos, de Hans Christian Andersen (2,4): Volvemos al problema: Qué es un "joven"? Los cuentos de Andersen (o los de Perrault, o los de los Grimm) o te los lees antes de los diez, o te esperas a pasar los cuarenta. Y en cualquier caso, encuentro que sería mucho más interesante leer las versiones anteriores a ser suavizadas.

- Cumbres borrascosas, de Emily Bronte (3,7): Madre del amor hermoso. Y cuando se lo acaben, les encasquetamos el Werther de Göethe. Y sería talmente como Battle Royal, a ver quien es capaz de acabárselos sin suicidarse antes.

- El Cantar de los Nibelungos, anónimo (3): Uffffff... No, si interesantes, las sagas nórdicas lo son. Y hay sexo a patadas, y violencia a patadas, y aventuras, y monstruos del infienno, y todas esas cosas que tanto gustan a nuestros jóvenes y jóvenas. Pero igual se hace un pelín pesado de leer (a no ser que en lo que estuvieran pensando sea en una adaptación al lenguaje moderno, y entonces no sería el Cantar del Nibelungo, y acabaríamos antes haciéndoles leer la etapa de Walt Simonson en Thor...)

- El guardián entre el centeno, de D.J. Salinger (5,7): Qué quieren, que se dediquen a matar presidentes de los Estados Unidos? Aunque ahora que lo pienso, igual no es tan mala idea, un magnicidio a tiempo es una victoria...

- El Pentateúco, anónimo (4): Voy a mantener la mente tan fria como sea posible. Quien dijo este (la Tusquets) debería recordar que no hay que beber antes de contestar entrevistas de este tipo. El Pentateúco es, entre otras cosas, un coñazo. Si me hubiese dicho el Apocalipsis, el Génesis o incluso el Éxodo, aún. Pero el Pentateuco? Hombrepordios...

- El sí de las niñas, de Leandro Fernández de Moratín (3): Me acaba de entrar el sueño sólo de pensarlo. Y hace mucho tiempo que dejé de ser adolescente. Qué pretenden, que odien la literatura para siempre jamás?

- Ética para Amador, de Fernando Savater (1): NO. Definitivamente, NO. Ese libro (y su autor) lo único que se merecen son las llamas. Antes, Potter o Anne Rice, miren lo que les digo. Esta... cosa es ética, moral e intelectualmente ofensiva. Además de ser HORRIBLEMENTE aburrida. Y lo se porque me obligaron a leerlo mientras contenía las arcadas. Bailaré sobre tu tumba por ello, Conchita, mala puta.


- Harry Potter, de J.K. Rowling (2): Y después de lo que he dicho sobre el de Savater, ahora con qué cara me enfrento yo a este? Sigo diciendo que la redacción es pobre, el argumento, nefasto y, en conjunto, lo peor que le haya podido pasar a la literatura fantástica. Definitivamente, NO.

- La Odisea, de Homero (3,6): Vamos a ver, almas de cántaro... Me gusta la épica. Me conozco la mitología griega mejor que mi propia genealogía. Me gusta leer, y no me asustan los libros gordos. Me considero (modestia aparte) una persona con un mínimo de cultura general. Y no me atrevo a abrir ese libro, porque se que no lo voy a entender, y por tanto no lo voy a disfrutar, antes de cumplir los cuarenta. Darle de leer eso a un adolescente es perder el tiempo. El de ustedes, y el del joven en cuestión. Y los jóvenes siempre tienen cosas mejores en que perder el tiempo.

- Las mil y una noches, anónimo (4): Me parecería espléndido, si no fuera porque hablan de una "selección". No veo por qué no todo. Unas historias fantásticas, y que pueden dar mucho que sí.

- Los miserables, de Victor Hugo (1): Pero que ansias tiene esta gente por mostrar desgracias a los ninios... Revolución Francesa por Revolución Francesa, casi mejor Scaramouche o La Pimpinela Escarlata. Bueno, sin el "casi".

- Poemas (a elección), de Federico García Lorca (1): No. A la poesía, para poderla disfrutar, has de llegar tu sólo, por tu propio pie. Como te la hagan leer, cagada pastor. Idem para el Romancero gitano (4), también de Lorca, y para Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda (1). Eso sólo serviría para que niñas atontolinadas (más de lo normal) las copiasen en forma de notitas, con caligrafía de cuadernillo Rubio, en los separadores de la carpeta.

A ver, que también dijeron cosas que indiscutiblemente, . Hamlet, de William Shakespeare (3) (aunque puestos a poner un Shakespeare, mejor Macbeth -es más entretenido-, Mucho ruido y pocas nueces -es más divertido- o incluso El sueño de una noche de verano -es un culebrón-) pero Shakespeare SIEMPRE es recomendable, como Olvidado Rey Gudú, de la Matutes, los Cuentos Fantásticos, de Poe, cualquier cosa de Mark Twain (aparecen tres o cuatro), Defoe (una), Stevenson (una) o Melville (una), o las Crónicas de Narnia, de Lewis. Cervantes aparece, pero, como no, con El Quijote, cuando a cualquier adolescente le parecerán más divertidos e interesantes los Entremeses, cuajados de putas, ladrones y concejales de ayuntamiento. Pero encuentro increíble que no aparezca Bécquer (las Leyendas, que no las Rimas, ni Lovecraft, ni Sabatini, ni Tolkien (y no precisamente por El Señor de los Anillos, más bien tenía en mente El Hobbit), ni Shelley, ni (horror de los horrores) Verne (que es el autor de “literatura juvenil” por antonomasia), ni...

Demasiados huecos, a mi parecer. Y demasiados “clásicos” infumables, que son cualquier cosa menos adecuados para un “joven”.

Por cierto, y a título de curiosidad. La mayoría de los libros que se citaban en el artículo, no los he leído, ni ganas. Ya saben, según los encuestados, no sólo no soy un perfecto inculto, sino que no debería ser considerado ni persona. Y tan feliz, oigan.

Hace 309 posts...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

En mi opinion no es del todo mala la politica de "los clasicos hay que leerlos por cojones" asi pueden leer los buenos libros por placer o recomendacion de alguien que de verdad los haya disfrutado. Aunque si pusieran un poco mas de enfasis en propiciar la cultura en lugar de imponerla (y la cultura no es solo lo que se lee en los libros, aunque tambien) igual no saldrian niños como salen.

Anónimo dijo...

Hrmm, muchos de los libros que mencionas no los he leído y considero que tengo una buena cultura bastante buena.

Lo de la Odisea es para matarlos, pero al menos no han dicho la Ilíada, que eso sí que es un peñazo. Si tuviese que elegir, diría directamente la Eneida, que está escrita (sólo he leído un par de capítulos) de una forma mucho más amena.

El Guardián entre el centeno sí que se lo recomiendo a cualquier chaval, aunque casi mejor que luego se lean algo divertido, porque ya le vale al Sallinger. Y, si nos ponemos, que les den también El Señor de las Moscas, más mal rollo imposible. Y Lost se parece mucho y tal.

Y si quieren que lean cuentos y que les guste la literatura, más valdría que recomendasen a Roald Dahl y a Ende, dos de mis autores preferidos, con unos libros para niños (y no tan niños) cojonudísimos. Nunca se hacen pesados y si eso no te da ganas de leer más cuando eres un mico, es que nada va a conseguirlo.

No creo que Harry Potter esté tan mal redactado como dices. No es una obra maestra ni nada parecido, pero es muy correcto, bueno para habituar a la lectura sin cansar. Y la historia será simple, pero los personajes están MUY bien hechos.

Narnia (me he leído El León, la Bruja y el Armario) es un coñazo. Tendrá unas descripciones muy bonitas, pero no le veo el mérito en cuanto a narrativa. Y la historia no es nada del otro mundo.

Joder, Cumbres Borrascosas me lo leí hace no mucho y me dio un mal rollo de la hostia. Es totalmente enfermizo, los personajes dan miedo y el tipo de amor que se estila es casi, casi venenoso. Que lean mejor a Jane Austen, así aprenden algo de ironía.

De todas maneras, lo suyo es cogerle el vicio a la lectura. Luego todo va rodado y a poco que tengas algo de cultura y ganas de aprender, buscas y encuentras buena literatura sin problemas. Pero hay que darle tiempo. Que, vaya, el primer libro que leí entero yo sola fue uno de Los Cinco. Después fui alternando verdaderas buenas lecturas con cosas infames como la colección de Pesadillas y así hasta ahora, que fui incapaz de pasar de la tercera página de Eragon, de lo malísimo que era. Uno aprende a diferenciar la buena lectura de la mala con el tiempo, pero no se consigue nada dándole a un niño con un libro en la cabeza y diciendo "Lee esto, que es una obra maestra!"

Y por recomendar algo de literatura fantástica, creo que cualquier chaval debería leer la saga de La Materia Oscura.

... Ugh, creo que el comentario es ya demasiado largo. Ea, ea.

Urui dijo...

De los cuentos, mejor los de Grimm antes que los de Andersen.

Aparte que ya traen diversión cuando vas a buscar la versión menos suavizada que puedas encontrar por las librerías, asustar a los dependientes explicando el final de la Cenicienta que vas buscando es entretenido.

Encontré ese (el de mutilaciones y palomas sacando ojos), pero no la versión de la Bella Duermiente donde hay sexo.

Sota dijo...

Erynus, a mi sí me parece una mala política. Una política pésima, de hecho. Los clásicos son buena literatura. Coño, son clásicos (en la mayoría de los casos, por lo menos) porque han pasado la criba del tiempo, que es la más implacable de todas. Pero por eso mismo son libros totalmente anacrónicos, que requieren de mucha cultura (que, lógicamente, un joven no tiene, porque no ha tenido tiempo ni ocasión de adquirir) para poderlos entender, no digamos disfrutar. Obligar a alguien que, además, no está en absoluto interesado en ellos, a leerlos, sólo puede llevar a que acaben considerando la lectura como "esa cosa odiosa que nos obligaban a hacer en el cole". Yo estoy por, a la hora de recomendar (bonito eufemismo) libros a esas edades, tirar directamente hacia cosas más contemporáneas y cercanas a los ninios, aunque su calidad literaria sea infinitamente inferior, pero que realmente puedan despertar en ellos el gusanillo de la lectura. Tiempo tendrán de llegar a los clásicos.

Sans, en lo de considero que tengo una buena cultura bastante buena, lo siento por tí. Es mucho más divertido tener una mala cultura (insertar pelotita de tenis sonriente). Ende! Me había olvidado de Ende! Fustígome. Potter no es malo, es peor. No llega ni a la categoría de fast-food literario. Antes, novelas de a duro de Clark Carrados y Marcial Lafuente Estefanía, hombrepordios. Y de qué personajes hablas?

Urui, y cualquier cosa antes de Perrault o LaFontaine. Cuidado con lo de la Bella Durmiente, no te vayan a colar de rondón la cosa que perpetró Anne Rice (otra que debería arder en la hoguera junto a la Rowling).

Aranluc dijo...

A esos les pidieron títulos de libros y pasaron de lo de los "niños". Pero yo tengo otra teoría en cuanto a lo de infantil: nunca obligues a un niño a leer algo, pero deja a su alcance todos esos clásicos peñazos que nunca llegaste a terminar, porque si por casualidad resulta que pilla alguno y se emperra en leerlo, te lo agradererá toda la vida, porque hay cosas que solo es capaz de soportar un crío ilusionado. Y ya tendrá tiempo para entenderlas si quiere cuando crezca. De todos modos siempre podrá fardar de culto cuando tenga 18 entre sus amiguitos adolescentes pedantes... porque no hay nadie más pedante que un adolescente que se cree culto.

Alicia en el Pais de las maravillas y peter Pan son libros que se entienden mejor de adultos, pero yo no tendría inconveniente en que se los leyesen mis hijos.

Las mil y una noches seleccionada es una mierda. Lo bueno del libro es que Sherezade no acaba jamás un cuento, sino que en mitad de cada cuento se dedica a empezar otro. Así que seleccionados, osea, cortados y pegados, no valen mucho. Pero casi mejor que seleccionen, porque una historia que mantiene despierto a un rey que se dedica a decapitar a sus mujeres después de la noche de bodas debe tener, si, exacto: SEXO Y VIOLENCIA a punta pala.

La Odisea no tiene gran misterio, yo si la he leido, y es amena. Mucho más que la Iliada. Así que que no te asuste. Más árida es la muerte de arturo de thomas mallory y hay quien se la lee...

Lo de Mellville es Moby Dick? Eso no se yo si un niño normal lo soportaría... bueno, en versión acortada y masticada puede ser, pero Mellville tenía un problema serio y su prosa marea. Mola, pero marea.

El señor de los anillos hay que leerlo antes de los doce años para que tenga el efecto deseado. Yo lo hice y me encantó, pero no he podido repetir la jugada. Sopor. Y como ya se lo que pasa a continuación...

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