Oh, deu meu, estem perduts!

Pues resulta que el otro día recibí un correo de D., un amigo-de-toda-la-vida (donde "amigo" quiere decir "amigo", y quienes me conocen saben que esa palabra yo no me la tomo a cuchufleta, y "de toda la vida" quiere decir, exactamente, desde que ambos contábamos con cinco años -cada uno-, que ha llovido desde entonces) donde se nos informaba (a mí y a otra serie de amigos, conocidos y -para mí, entiendo que para él no- perfectos desconocidos) que su compañía de teatro (porque entre sus muchas virtudes está la de formar parte de una compañía semi-profesional de teatro, en cargo de escenógrafo) iba a representar su última obra en el SAT, el teatro público de la vila de Sant Andreu de Palomar, y que si nos apetecía ir, pues que ya sabíamos dónde y cuando era, y que nos retratáramos en taquilla. Bueno, él no lo decía así, y probablemente tampoco quisiera decir exactamente eso, pero ya me conocen.

Así que, como fuera que este sábado (que es cuando fue la representación) tampoco tenía otros planes ni ganas de hacerlos, y que yo por un amigo hago lo que sea, pues me calcé las botas y me p'allá que me fui. Bueno, también influyó que a mi el teatro me gusta, y que D. me había asegurado que la obra era divertida y de mucho reir.Punto primero a comentar: Que, de los que yo conozco, al menos, fui el único que asistí. Ejem.Yo no se las excusas que podrán poner los otros, ni se si D. se lo anotará o no, pero... A ver, yo soy un asocial y un malqueda, y puedo estarme meses (y años) sin llamar a nadie ni verles ni nada (es más, hay gente con quien me veo en la Fiesta Mayor y en Fin de Año, y ya), y es por pura desidia mía, que me da una pereza terrible descolgar el teléfono, marcar y preguntar "oye, dónde habéis quedado?". Pero cuando se me convoca, sea para lo bueno, para lo malo o para lo peor, estoy allí como el primero. Pero en fin, igual soy yo que soy raro.

Punto segundo: La obra, pues muy bien, oyes. Un vodevil clásico, muy felices veinte, de puertas que se abren y puertas que se cierran, enredos matrimoniales, confusiones y diálogos rápidos y ágiles. Lo mejor y lo peor, en los actores (fantásticos los alsacianos, muuuy flojitas la criada y la prima casadera). La escenografía, por supuesto, fantástica. Y frases absolutamente memorables como "sólo se leer en francés cuando está escrito en alemán" o la que da título al post, auténtico rolling gag de la función. Mucho de reirse. Que si la ven por ahí (sea por este grupo de teatro o sea por otro, aunque si es por otro seguro que la obra sale peor), vayan a verla, que pasarán un buen rato.

Y ya.

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